Peligro y Muerte

35. Muerte

Mis ojos pesan, ya estoy empezando a odiar infinitamente estos jodidos desmayos, hace ya bastante que se detuvieron y así debió de ser, pero no... tienen que llegar justo cuando toda mi vida se está desarmando.

-¿Cómo te sientes? - Susurra muerte a mi lado

-¿y a ti qué? - escupo incomoda

-Solo preguntaba - se encoje de hombros

-¿Ahora si puedo saber que hago contigo... Sola? - enfatizo mientras tensiono mi mandíbula

-Te has desmayado tonta - gruñe - antes agradece que te he atrapado... - piensa unos segundos y comenta - tu lindo trasero se hubiera dado un gran golpe - sonríe

-No me vuelvas a decir tonta nunca más en tu estúpida vida ¿entendido idiota? - Trato de acomodarme pero todo mi cuerpo duele. Una pequeña sonrisa se asoma en mi rostro pero con rapidez la desecho.

-¿Qué tan cierto es que en dos días tu hermano cumple años? - ladea la cabeza.

Me veo tentada a decirle lo poco que eso le debe importar pero prefiero responderle a mi manera.

-Tan cierto como que eres un jodido acosador - gruño tomando su mano como apoyo hasta poder quedar sentada

-Tomare eso como un "si"...- hace un guiño y yo bufo

Miro la habitación, estamos en la enfermería del colegio.

-sabes que nos pueden suspender por estar aquí sin permiso - suelto completamente nerviosa, en mis planes no estaba ser suspendida en este lugar

-lo sé - sonríe de lado - pero no lo harán... recuerda que

Y conociendo perfectamente lo que está pensando termino la frase por el - puedes jugar descaradamente con la mente de las personas - sonrío con eficiencia

-Exacto - se acerca demasiado

-¿Qué haces? - mi cuerpo tiembla

-Creo que... oh dios no - finge asombro mientas sigue acercándose - no. No. No. - Exagera con burla - Ohhh al parecer Si... te besare - y dicho eso sus labios chocan con los míos

Mi seño se frunce pero le permito besarme, de hecho ahora soy yo la que lleva las riendas del beso, me gusta, me gusta su sabor, odie el par de beses que me beso antes, pero ahora... ahora solo quiero que no acabe.
Lamentablemente se separa de mí y con una sonrisita susurra.

-Recuerdo que me odiabas

-Cállate - Gruño deseosa- bésame - lo arrastro desde el cuello de su camisa y sigo besándolo, la tención aumenta y el lleva sus manos a mis piernas haciendo que rodee su cadera

-Esto... - trata de alejarse pero no lo logra

-Eso no está bien...- completo lo que no dijo. Una vez siento que debo parar lo alejo de mi - lo siento... - me pongo de pie con poco equilibrio y no le permito ayudarme

-¿es enserio? - me mira con una sonrisa. Creí que se enojaría o algo así

-Si...

Su mirada se posa en mi y considero que este momento se está volviendo intimo, de hecho creo que...

-Me tengo que ir... mi novio probablemente se enoje - no sé porque he dicho eso. Es obvio que él sabe perfectamente que es una mentira, una gran y estúpida mentira. Mis mejillas se coloran y me riño mentalmente.

-Vamos Elizabeth... cuando te convertiste en la típica chica que pretende tener novios para deshacerte de chicos - frunce el entrecejo con burla

-desde que eres lo suficientemente acosador como para obligarme a hacer ello - lo rodeo y me dirijo a la puerta