Ella es Annabeth Chase una chica inteligente y muy tímida. Es la mejor de su clase y muchos de sus maestros la creen una genio, pero oculta un duro pasado que sólo sus mejores amigos conocen.
El es Percy Jackson, uno de los chicos más populares, u...
Luego de esa extraña escena, en donde me sorprendí a mi misma, ya que no me creía capaz de tal atrevimiento con un chico, sé que no fue mucho, pero se mucho más de lo que creía lograr.
En fin, luego de eso, fui a buscar a Jennifer, no sé por qué, pero la busqué en casi todas partes, pero no se me ocurrió buscar en su habitación, que es en donde estaba y ha estado toda la mañana, excepto cuando bajó a desayunar con nosotros.
Toqué la puerta y esperé a que me permitiera el acceso, aunque ella misma me abrió la puerta.
-Hola Jenny, ¿te puedo llamar así?-
-Si, no tengo ningún problema. ¿Es qué puedo ayudarte?-
-Te quería preguntar si querías que fuéramos al centro comercial a pasar la tarde ahí, podríamos ir al cine, o ir a algún parque, como quieras.-
-¿Lo que yo quiera?- Preguntó con aire malicioso. Eso me gusta.
-¿Qué tienes en mente?-
-Es que yo jamás he ido al spa, y tal vez tú conoces alguno bueno por aquí.- Dijo nerviosa, yo solté una carcajada.
-La verdad jamás he ido a un spa, pero Helen si, le preguntaré e iremos a alguno.-
-Claro, me cambio de ropa y nos vamos, ¿te parece?-
-Está perfecto, pero antes debo tomar una ducha, estoy sudando.-
-Te esperaré abajo entonces.- Me dijo con una sonrisa.
-Si quiere puedes ir a mi habitacion a esperar, tengo muchas entretenciones ahí.-
-¿Eres como esas chicas de las películas con un armario del tamaño de una tienda? Siempre que querido saber si son reales.-
-Entonces ven conmigo, y dejaré jugar en el mío.-
La tomé de la mano y la arrastre a mi cuarto, ella quedó impresionada con el, luego le mostré mi armario y fue mayor el asombro.
-Tienes un cuarto de princesa.-
-Gracias, me gusta pensar eso. Escoge algo de ahí, y si no lo usó seguido te lo obsequiare.-
-¿De verdad?- Preguntó ilusionada.
-¿Por qué te mentiría? Diviértete.- Le dije y me fui a dar una ducha muy corta para quitarme un poco el sudor de mi victoria.
Luego me puse unos pantalones negros y una polera y zapatillas blancas. Las zapatillas tenían una línea roja, así que decidí ponerme un pañuelo rojo con diseños de colores a modo de diadema. Quería llevar algo cómodo porque algo me decía que caminariamos un buen poco.
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