Alianza de Sangre

57.Beatorum.

Pase los brazos por las mangas de la camiseta de Ean,la cual tenía su olor a jabón,deje que mi cabello mojado cayera suelto sobre esta .Me movía de forma robótica,pero mi mente no estaba en esa casa ni en lo que estaba haciendo,la imagen de mi cuerpo lleno de sangre se repetía en mi cabeza al igual que otras imágenes,mi mente en este momento era como un remolino con ideas ,recuerdos,imágenes que pasaban a una velocidad tan grande que no podía capturar una por mucho tiempo,no podía concentrarme en una en especifico.¿Cómo termine bañada en sangre?,¿cómo salí de la manada?,¿por qué?.

Sólo podía hacerme las preguntas una y otra vez porque realmente no podía concentrarme en nada,todo se me escapaba de las manos,comenzó a ser irritante y quise poder dejar de pensar por un minuto para poder poner todo en orden,o sólo para darme un respiro. Antes de darme cuenta ya estaba abajo,Ean estaba en la sala con la laptop sobre la mesa,al verme la dejo a un lado luego de cerrarla,me senté a su lado casi por inercia,hacia todo casi por puro accidente.

—¿Cómo te sientes?.—"no tengo idea".

—Bien.—conteste,pero había dudado .Ean se giro para quedar de frente a mi,era algo que hacia siempre.

—Siena...—se quedo callado en medio de la oración,parecía no saber qué decir. Por primera vez ni sus ojos zafiro lograron distraerme,estaba desesperada y comenzaba a entrar en pánico al no saber qué hacer.

—¿Qué pasa Ean?.—pregunte. Me sentía algo triste,creo que esa es la palabra,aunque era la única emoción que podía reconocer a la perfección,ya que ahora mismo estoy hecha un lío .Pero ¿por qué triste?,era un sentimiento de ahogo,tuve ganas de decirle a Ean que saliéramos para así poder tomar aire,pero él habló antes.

—Esto será difícil para ti y seguramente no lo creerás en un primer momento,pero es realmente necesario que lo sepas.—fruncí el gesto y me removí en mi lugar.—Quiero que sepas que yo estoy aquí para ayudarte,en todo,lo digo en serio.—asentí cuando sus ojos se clavaron en los míos y parecían estar suplicando algo.—Y por favor no me interrumpas hasta que termine de contarte todo.—me puse derecha porque parecía estar hablando en serio.—¿No te has sentido diferente?.Me refiero a que si no has notado algo diferente a como eras antes de llegar aquí.—dijo,no estaba segura.

—No,creo que no...—se remojo los labios con nerviosismo.

—Te contaré una historia. Hace muchos años,el mundo de los cambia formas chocaba constantemente con el de los vampiros,había guerras todo el tiempo,había muertos,miedo,desesperación .Las personas ya no tenían fe,sólo quedaba pelear para no morir y cada día que despertaban era un regalo,traer niños al mundo era tan horrible que las embarazadas lloraban durante los nueve meses,muchos niños que lograron sobrevivir al parto morían al poco tiempo de nacer ya que los ataques constantes provocaban que sus padres no pudieran protegerlos.

<<En la guerra se sumaban las brujas y hadas y otras criaturas,algunas estaban de nuestra parte pero muchas otras aceptaron los beneficios que los vampiros le ofrecían. Todos los días había muertos,todo era un caos y descontrol total;no había reglas y debías de dormir con un ojo abierto porque el respeto ya no existía y a nadie le importaba nada.

Ese fue el tiempo en el que las mandas se unieron,ya no eran cientos de manadas como ahora,en ese tiempo solo eran algunas manadas ya que todas se juntaron para hacer manadas más grandes. Por muchos años esto fue así,muchos creyeron que nunca se terminaría;según la historia un día una niña que había perdido a su padre en la guerra le perdió a la Diosa Luna que los ayudara,que entregara esperanza a su pueblo,a su gente.

Se dice que la Diosa escucho el pedido de la niña y al ver lo que sucedía decidió hacer algo más que entregar esperanza. Bajo a la tierra y en su recorrido se encontró con tres hombres que peleaban con fervor contra unos vampiros,defendiendo a una mujer y su hijo. La Diosa observo el triunfo de estos tres hombres y se acerco a ellos,les pregunto si querían ser sus guardias,estos la reconocieron y sin pensarlo aceptaron.