Epìlogo.

6.4K 469 24
                                    

Camine unos pocos pasos más hasta encontrar un lugar adecuado para dejar mi mochila. Luego seguí mi camino hasta el pequeño bosque,el cual no se compara al gran y frondoso e interminable bosque en el que había estado alguna vez; este era muchísimo más pequeño pero me servía para poder ocultar mi gran cuerpo durante la transformación.

Después de dos semanas de haber regresado a casa tuve problemas con mi apetito,un día al ver a un gato callejero tuve ganas de correr tras él y matarlo, al principio me pareció asqueroso y no entendía qué pasaba pero luego de hablar con Arissa me explico que un Beatorum siempre mantiene parte de su instinto animal vivo,así que necesitaba cazar,me refiero a perseguir la comida y matarla.Llevo haciendo esto un poco más de un mes.

Obviamente en mi otra casa no habría podido hacerlo,no había lugar donde ocultarse y no podía andar por la acera como si nada siendo un enorme lobo negro,así que había insistido hasta que mis padres aceptaron mudarse,me llevo un poco de tiempo pero ahora ya nos habíamos mudado,el lugar no estaba tan lejos del otro pero me acercaba a mi a los parques y a este pequeño escondite. Sentí el cambio de lugar de los huesos,ya no dolía,ahora sólo era un pinchazo y al instante ya estaba a cuatro patas,camine por el lugar,el invierno ya estaba sobre nosotros y el frío comenzaba a sentirse.Mire hacia el cielo nocturno,las estrellas parpadeaban.

Habían pasado ya tres meses,y como todos me habían dicho,si volvía a mi vida humana no seria fácil. Y no lo fue,deje a mis amigos atrás y también la idea de fingir que era la misma de hace tantos meses,de nada servía ya,me adapte.Algunos días después de volver había hablado con mis padres respecto a mi verdadera familia,se sorprendieron al darse cuenta que yo sabia que había sido adoptada,lo había pensado bastante y era obvio,ellos no eran Beatorum y mi hermano menor tampoco;ellos me contaron que me adoptaron en un orfanato,apenas tenia un año cuando lo hicieron,me dijeron que no sabían nada de mis verdaderos padres y me rogaron que no los odiara por no haberme contado la verdad hace tantos años.¿Cómo podría odiarlos? Durante años me criaron como su verdadera hija,no había razón para odiarlos.

Clave la mirada en un zorro,era algo pequeño y su pelaje rojizo que se hacia más oscuro en las patas y en la punta de la cola,sus orejas se movían como radares. En un tiempo me abría dado pena tener que matarlo pero ahora solo me daba hambre,me oculte sin hacer ruido alguno y al estar a su espalda salte sobre él, pero me escucho y salio corriendo,lo persegui durante unos pocos minutos hasta que logre darle un zarpazo,el cuerpo callo y fui por mi premio. Había intentado no hacer casería pero había descubierto que era necesario,si no cazaba al menos una vez a la semana no comía y me sentía constantemente ansiosa,aparte de que me provocaba estar de mal humor,era necesario y después de algunas caserías se había vuelto algo placentero y completamente esencial.

Después de comer camine un poco más en mi cuerpo de lobo y salí del bosquesillo y me dirigí al lugar donde había dejado la mochila,volví a mi forma humana y con rapidez me vestí,ya tenia practica. Mientras me ponía los pantalones vi la cicatriz de la mordida del lobo que se había infiltrado en la manada y que yo había descubierto mientras estaba en el instituto,ahora era una cicatriz blanca en la que se distinguía levemente los dientes del lobo.

Me subí el cierre de la campera y camine cabizbaja hasta el frente de la iglesia. Mi padre me había comprado una bicicleta,porque se rehusaba a comprarme un auto,me subí a ella y pedalee hasta casa.Distingui el jardín delantero donde mi madre ya había comenzado a plantar aunque aún nada había florecido,deje la bicicleta en el jardín trasero y fui hasta la puerta,cuando estaba dándole vuelta a la llave escucho unos suaves pasos detrás de mi.

—Linda casa.—la voz no me hubiera asustado porque ya sabía que estaba detrás de mi,pero fue su voz la que hizo que el bello se me ericé. Me di la vuelta aun con las llaves en las manos.

—Pero qué...

—¿Creias que te librarías de mi?.—dijo.—¿Así de fácil?. —negué con la boca abierta.

—Pero,es que...yo...—él sonrió ante mi desconcierto y se acerco,me quede de piedra mientras él me tomaba la mano con las llaves y la otra libre y las unía.

—Tuve que investigar un poco pero te encontré. —beso mi mejilla y rozo sus labios con los mios.—Ya es hora de que vuelvas a casa.—me quede en una nube de puro placer cuando su olor a chocolate me envolvió.

—Pero...I..Isaac y...—él unió nuestras bocas en un beso desesperado,me tomo de las caderas y junto nuestros cuerpos,el beso no duro mucho.

—Ya pasó. —dijo, en un susurro.—Tiene a otros a quien atormentar.—sus palabras tardaron en llegar a mi entendimiento pero cuando pasó lo mire a los ojos

—¿Qué?.

—Al parecer ha encontrado a otro Beatorum.—mi corazon se detuvo por unos segundos.Era imposible.—Ya estas a salvo.—negué.

—Claro que no,él ira por el otro Beatorum.—Alaric me abrazo.

—Y eso te deja libre a ti.—no estaba de acuerdo con eso,Isaac debería de estar muerto.—Es momento de que los dos estemos juntos.—eso hizo que me desconectara.

—Quiero ayudar a ese Beatorum.—dije,él asintió.—Quiero hacerlo,si hay más debemos de hallarlos.—Alaric me sonrio dulcemente y beso mi mejilla mientras me apretaba a èl.Hablo a mi oìdo.

—Y asì serà.— dijo.Suspire.—Pero primero arreglaremos lo nuestro.— levante la cabeza y lo mire entre mis pestañas.

—¿Lo nuestro?. — èl asintio con una sonrisa complice.

—Sì.No volverè a perderte,lo que sea que quieras hacer,serà junto a mi.— me apreto,yo clave las uñas en su campera.—Como debio ser siempre. 

Alianza de SangreWhere stories live. Discover now