CAPÍTULO 22

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Emma
La idea de salir de aquí me está consumiendo la cabeza y me siento como una completa idiota por haberle confesado a Derek todo el sufrimiento que me hizo vivir por tantos años, pero de eso no puedo culpar a nadie más que a mí, esto es lo que sucede cuando no se logra borrar alguien que sabías podría lastimarte. Debí haber hecho algo al respecto en ese entonces.
Kalem no ha dejado de abrazarme desde que Derek se fue y para mi sorpresa no ha hecho ni una sola pregunta acerca de mi llanto, en verdad me alivia estar entre sus brazos pero  este momento es crucial, debo tomar una decisión y para eso  quiero tener la mente despejada, así que con la fuerzas que me quedan, le pido que salga del cuarto y me deje sola, hace caso sin cuestionarme pero antes de cerrar la puerta me susurra.

—descansa, todo estará bien— sus palabras no me reconfortan, aun así le regalo una sonrisa.

Cuando la puerta se cierra, me siento sofocada por mis pensamientos, la soledad crea un hueco en mi estómago y la indecisión hace que mis entrañas se revuelvan.

Cualquiera pensaría que en el silencio del cuarto es fácil pensar, pero cuando todo esta callado es imposible controlar lo que piensas, es más, los pensamientos son los que te controlan a ti.

Mientras intento centrarme y no ahogarme en la desesperación, escucho un zumbido leve proveniente de mi maleta, me toma unos segundos darme cuenta que se trata de mi Iophone. Cuando lo tomo me doy cuenta que es una llamada entrante de la orden, contesto de inmediato intentando que mi voz no suene entre cortada.

—Hola.

—Emma, ¿Qué sucede? Hemos perdido la señal de sonido por completo desde hace horas— es Madeleine al otro lado de la línea. Suena muy preocupada.

Dudo un momento antes de contestar, me pregunto si debería delatar a Derek, después de todo no parece importarle demasiado el haber desaparecido de mi vida.

—Todo está bien— digo para no alargar más el silencio. Siento un gramo de remordimiento al mentirle a Madeleine.

—Emma, si esto se trata de un secuestro por favor usa el código que te enseñamos e iremos en un segundo por ti— me dice Madeleine aún más preocupada que antes.

—No, tranquila te juro que nada sucede, es probable que haya una interferencia de tipo técnico nada mas— le digo intentando tranquilizarla, al parecer se ha tomado la decisión sola, no voy a delatar a Derek– además Derek ha seguido las ordenes de Gwen al pie de la letra todo está bajo control.

—Gwen está muy preocupada, teme que estén tramando algo y que no estemos enterados, tienes que averiguar que está sucediendo— hace una pausa antes de seguir hablando— es que de verdad Gwen está muy molesta por no poder escuchar nada— me dice nerviosa.

—Está bien, averiguaré todo lo que pueda— le digo sonando segura. Antes de darle oportunidad a que cuelgue, le hago la pregunta que ha estado rondando mi cabeza estos últimos días— Madeleine... ¿crees que pueda irme ya de este sitio?— le lanzo sintiendo mis manos sudar. Ella se queda callada, siento que quizás una eternidad.

—Emma, no puedes desertar, eso significaría tu expulsión de la orden y lo sabes. Además Gwen confía en ti, eres su única fuente de información confiable en ese sitio, Roky es solo una recluta voluntaria, no es de fiar.

—Pero...— Madeleine me interrumpe antes de que pueda seguir la oración.

— Imagina lo que le pasaría a tu familia si renuncias a tu misión. Podrían tomarte como traidora y enviarte a la periferia— siento que su respuesta es una completa exageración, pero en el fondo sé que algo de verdad tiene. – Además Gwen ya sabe que conoces  Derek desde antes— me lanza de pronto. Mi corazón se acelera y el sudor en mis manos se duplica.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora