CAPÍTULO 32

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Emma
Ya son las 5 de la madrugada y el club está comenzando a quedarse vacío. He pasado toda la noche con Derek, lo cual me pesa demasiado en la conciencia, pero para ser sincera me lo he pasado bien. De todas formas, no tenía más opción, después del incidente las protectoras han desaparecido de IVA, incluso Gretel, se fue sin decirme. No entiendo porque desaparecieron, así sin más. Solo ruego que no tenga nada que ver con ese video.

—¿Estás segura de que esta noche puedo quedarme en tu casa? — me pregunta Derek interrumpiendo mis pensamientos. Mientras, observa la gente que se va.

—Sí, tenemos que descifrar ese código lo antes posible y mañana mis padres trabajan, lo único que me preocupa es Rose, la cocinera; pero pensaré en como deshacerme de ella por la mañana— Sé que es muy arriesgado meterlo en casa, pero es la única persona que puede ayudarme. Solo espero que sepa más sobre códigos de seguridad que yo.

—Bueno, solo recuerda que si algo me pasa—hace una pausa antes de continuar— Magy todavía tiene ese video tuyo, y me quiere mucho, en verdad mucho— me entran dudas al escucharlo. ¿es que acaso piensa que voy a entregarlo a la orden o algo parecido?

—Derek, te prometo que esta vez si puedes confiar en mí, no necesitas amenazarme con el video— le reprocho un poco molesta y ofendida. Pero Derek lanza una carcajada.

—Aunque hayamos hecho las paces, tú sigues siendo protectora y yo un protestante—me dice son una sonrisa burlona.

—Sí, lo sé. pero, aunque seas un protestante y yo una protectora. Alguna vez fuimos amigos— su expresión cambia—, aunque no lo quieras admitir—Derek pone los ojos en blanco.

—Puede que en algún momento si te haya considerado mi amiga, pero ahora mismo no estoy seguro de nada — me dice negando con la cabeza— en especial, no estoy seguro sobre todo lo que paso en esa época de mi vida y tampoco quiero pensar en ello.

—No quise molestar, es solo que para mí si fuiste alguien importante— le digo intentando salvar la situación.

—Lo se Emma, lo sé— me dice regalándome otra sonrisa—. Y bueno, ¿nos vamos? — me pregunta levantándose del sofá blanco en el que hemos estado sentados por la ultima hora. Miro alrededor para darme cuenta que ya quedan muy pocas personas en el lugar.

—Sí, creo que ya es hora de marchar— le respondo levantándome también.

—¿Me pregunto dónde se ha metido Kalem?, seguramente Magy le ha contado que hemos peleado y ahora está enfadado conmigo— me dice mientras busca con la mirada a su hermano.

—Ustedes pelan demasiado— le digo riendo.

—¿tú crees? — me pregunta mofándose—, la verdad es que, normalmente él pelea y yo escucho— lanza una pequeña risa sin dejar de buscar a su hermano.

—Eres un mentiroso total, tu sí que sabes pelear— Me meto con él un poco, mientras seguimos caminando hacia la salida.

—Sí, si que se pelear— admite volteando a mirarme— pero solo contigo— añade guiñándome el ojo. Eso me pone incomoda, incluso algo nerviosa. Me rio por cortesía. Él, de alguna manera, nota mi risa falsa y voltea la mirada de nuevo.

—No lo busques más, seguramente ya se fue con sus amigos. Brandon nunca se quedaría hasta después de las cuatro— le digo intentando captar su atención de nuevo.

—Si supongo que ya se fue— se limita a decir sin mirarme.

La verdad me siento algo confundida, su tono de voz suena molesto, pero no entiendo porque se ha puesto así de pronto. ¿Habrá sido por mi falsa risa?

Derek:

Después de un corto viaje en el hibrido más caro en el que me he subido en mi vida, llegamos a la casa de Emma.

Al entrar por la puerta principal, puedo notar que muchas cosas han cambiado. Me sorprende que aun recuerde con tanto detalle cómo era este lugar.

—¿Derek?— me llama Emma desde la sima de las escaleras—, rápido, sube— me ordena moviendo la mano para que me apresure.

Me apuro a subir las escaleras intentando hacer el menor ruido posible.

Apenas llego a la parte de arriba, miro las puertas que están frente a mí en el pasillo, y por alguna razón aún recuerdo cuál es la puerta del cuarto de Emma. Ella lo abre y entramos casi al mismo tiempo.

El cuarto de Emma ha cambiado por completo, ates era color amarillo, con miles de soles dibujados en la pared y tenía juguetes por todas partes. Ahora es todo de color blanco y tiene un mural en la pared del fondo, el mural simula el paisaje de un gran árbol en pleno otoño, está pintado a escala de grises.

—Has estado muy callado— me dice Emma mientras se sienta en su cama y se quita los zapatos.

—¿Si? — le pregunto fingiendo sorpresa— Quizás es por el shock de volver a entrar en tu casa— intento excusarme.

—Si quizás es por eso— me dice girando la mirada al suelo—. ¿Recuerdas cuando me tomabas por los brazos y dábamos vueltas? — cuando lo menciona, no puedo evitar recordar esos momentos y empiezo a reír.

—Y el ochenta por ciento de las veces, terminábamos en el suelo los dos— le digo aun riendo. Ella empieza a reír también.

—¡Es verdad! — me grita entusiasmada, al instante le hago señas para que baje la voz— Lo siento— se disculpa bajando su volumen, luego continua hablando—, ¿recuerdas cuando de tanto dar vueltas, te caíste encima mío y me clavé un lápiz en la espalda? — me pregunta con una sonrisa—. Tuve que esconder esa herida por semanas. Temía que, si mis padres se enteraban, ya no dejarían que vengas a casa.

—Claro que me acuerdo de eso y es que acaso ¿tú no recuerdas que escondí el maquillaje de mis padres en mi mochila, para traértelo y así puedas esconder esa herida? — le pregunto, mientras recuerdo todo lo que hice para que mis padres no supieran que fui yo quien les robo el maquillaje.

—Lo había olvidado— me dice con una sonrisa en el rostro, pero después de un instante cambia su expresión, parece estar preocupada— Derek, ¿para qué era ese experimento? — me pregunta de pronto. Su pregunta me deja desconcertado.

—No puedo decírtelo Emma— Es lo primero que se me ocurre.

—A mí también me utilizaron. Merezco saberlo— me reclama poniéndose de pie y aproximándose a mí. Quizás tiene razón, ella también fue parte del experimento, a pesar de que no sufrió ni la mitad de lo que yo, probablemente si se merezca saber la verdad.

—No se Emma, no me gusta hablar de eso— le digo con dudas. Emma se queda mirándome por unos segundos. Parece estar pensando algo.

—¿Y si yo también te cuento un secreto? — me propone.

—No quiero saber ningún secreto tuyo— le digo aun con la duda de si contarle o no.

—Es sobre ti— me confiesa, tengo que admitir que una pequeña parte de la semilla de la curiosidad despierta en mí.

—Está bien, cuéntamelo tu primero y si es algo realmente bueno, te contaré de que trataba el experimento.

—Trato hecho— me dice con una sonrisa de satisfacción.

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Segundo capitulo del maratón :)

espero que lo hayan disfrutado y ya saben si les gusto, me pueden dejar su voto y un comentario con su opinión <3 gracias por leer.

XOXO.

Entre dos mundosWhere stories live. Discover now