CAPÍTULO 29

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Derek:

Después de mucho tiempo, voy a entrar en Urbem como una persona normal, voy a caminar por sus calles como si viviera ahí desde hace años y a demás nadie se dará cuenta que mi hogar esta en la periferia, o al menos espero que nadie lo descubra. Kalem me ha entregado un traje que vale más que nuestra casa; apenas me lo he puesto, no he podido evitar sentirme culpable por estar vistiendo algo de semejante precio mientras a mi alrededor hay tantas personas que están muriéndose de hambre.

El plan para entrar en Urbem está muy bien pensado, se nota que lo han ido perfeccionando a lo largo de los años. Los contactos que tiene Kalem son realmente impresionantes, la verdad es que no logro comprender como es que todas esas personas tan importantes en el medio gubernamental pueden relacionarse de esa manera con Kalem, bueno la verdad es que tampoco sé si ellos saben que se trata de un protestante. Aunque no sé si podría definir a Kalem como un protestante.

Sé que no debería, pero estoy muy nervioso por esta noche, y no por lo que cualquiera se imaginaria. Si no, por el hecho de estar en el foco de atención de la élite. Sé, que son personas normales, pero el solo pensar en que sus miradas pueden matarte si dices la palabra incorrecta, me aterra.

Cuando aún vivía en Urbem no me llevaba muy bien con ellos. Eran ese tipo de personas que a pesar de estar en tu curso o en tu barrio eran como dioses, a los que no se les podía dirigir la palabra a no ser que ellos te hablasen primero.

Recuerdo muy bien esa vez que me invitaron a una de sus grandes fiestas, nada salió como yo esperaba. Primer fallo, me habían invitado por equivocación, estaba muy entusiasmado por ir, pero al llegar, las miradas juzgadoras de todos me transportaron a un estado de ansiedad tan grande que no pude evita derrumbarme allí mismo, era claro que no me querían ahí y que además no encajaba, mis temas de conversación y mi aspecto eran un muro gigante que no estaban dispuestos a atravesar para conocerme un poco más. Ni siquiera Emma, que estaba ahí se percató de mi presencia. Yo ya no asistía a su escuela, habían pasado años desde la última vez que la vi, pero fue imposible no reconocerla, a decir verdad, el verla fue lo que más ansiedad me produjo. Una parte de mi quería que me reconozca, pero sabía que si lo hacía; mi familia estaría en peligro.

Es por eso que esa noche papá insistió en que no fuese a esa fiesta, pero yo quería ir, quería sentirme normal por una vez. Ahora me doy cuenta que papá tenía razón, nunca debí haber ido, porque esa noche me sentí como la persona más miserable en el mundo.

Está claro que tengo una muy mala relación con la Élite, pero mi hermano siempre fue lo opuesto a mí. Desde mu pequeño, de alguna manera él supo ganarse la amistad de las personas más importantes en la élite, es por eso que cuando nos exiliaron Kalem se derrumbó, él amaba su vida en Urbem, él era prácticamente un miembro de la élite. No me quiero imaginar lo que sufrió cuando todos sus amigos se enteraron que su familia iba a ser exiliada a la periferia.

Emma:

Cuando llego a casa estaciono mi Hibrido en el garaje, aun sin poder creer lo que me acaba de suceder. Literalmente, toda mi vida está pendiendo de un hilo y lo peor, es que a pesar de que le doy mil vueltas al asunto, no encuentro una salida en la que la orden y yo podamos salir ilesas.

Al salir del garaje puedo notar que hay una extraña y alta cantidad híbridos aparcados fuera de mi casa, sin pensar mucho en la situación me dispongo a aproximarme a la puerta de entrada; cuando la abro me sorprendo al ver la cantidad de gente que hay dentro. Maquilladores, cocineros, diseñadores y estilistas. Además, hay personas que van de un lado a otro con percheros llenos de ropa. Apenas cierro la puerta se aproxima una chica y me quita la cazadora que traigo; de inmediato, se acerca un camarero con una bandeja llena de copas de Martini y me las ofrece, cojo una cuestionándome de donde ha salido toda esta gente. Mientras camino hacia la sala tomando mi copa, me encuentro con Gretel hablando con una de las estilistas.

Entre dos mundosWhere stories live. Discover now