CAPÍTULO 48

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Emma:

Observo desde mi habitación el gran árbol que me acompañó durante los últimos meses, menea sus hojas al compás del viento, como si todo ahí afuera estuviese tranquilo y no hubiese nada por lo que preocuparse. Mi mente divaga entre las posibilidades de que toda esta travesía termine bien para todos aquellos a los que quiero, incluyéndome a mí misma.

Desde que me enteré que por fin los chicos han sacado información a través de Bea y que la maquina está casi lista, no he podido pegar un ojo y esta noche no ha sido la excepción. Hoy es el día en el que Magy se suponía iba a completar los últimos ajustes de la máquina del tiempo y eso significa que es momento de despedirnos del viejo mundo. A pesar de todo el caos que se desarrolla a nuestro alrededor, Derek estuvo durmiendo conmigo desde aquella noche en la que le dije que lo amaba, cada noche me aferré a él mientras dormía, solo verlo y sentir su respiración me trajo un poco de tranquilidad a esta mente que nunca descansa.

Ya hace unos minutos que se fue de mi habitación para ultimar los detalles del escape junto con Diego y Kalem, yo debería estar preparándome, pero las ramas de este árbol me han atrapado en un bucle sin salida o más bien, los que me han atrapado son los pensamientos que se ligan a esas hermosas ramas que nunca volveré a ver.

—Amor, ya estamos listos— Entra Derek de pronto en la habitación. Aun no me acostumbro a que me llame "amor"—. Emma ¿Está todo bien?

No respondo, solo me giro para mirarlo a la cara, ¿cómo decirle que podría decepcionarlo de nuevo?, después de todo lo que ha sucedido, ¿cómo explicarle que no quiero perder eso que hemos tenido aquí?

—Son solo nervios— le digo y lanzo un suspiro. Derek sonríe.

—Tranquila, esto no es nada en comparación a todas las cosas que ya hicimos y esta vez tenemos la ayuda de Bea, Beatriz la primera gobernadora, eso tendría que darte seguridad, es una de las personas más importantes—hace una pausa y me mira contorneando los ojos como si estuviera intentando deducir algo acerca de mí— pero claro, eso tú lo sabes mejor que yo— continúa hablando y luego ladea la cabeza para observarme más detenidamente—. Sé que hay algo más que te preocupa, ¿por qué no me lo quieres decir?

—No te preocupes, son cosas mías— le suelto intentando evadir su pregunta, mientras me pongo los tenis evitando su mirada.

—Emma, solo te pido que si tienes dudas no nos traiciones, Kalem y Diego no se merecen sufrir por mi culpa—Sus palabras me duelen, quisiera que pueda confiar más en mí.

—No, no es eso, no te preocupes— decido explicarle todo de una vez—. Es solo que quisiera que las cosas fueran diferentes para todos. Que tú y yo podamos estar juntos como las últimas semanas, que nuestra mayor preocupación sea qué vamos a cenar o qué película vamos a ver, vivir en una casa alejada de la ciudad, donde al mirar por la ventana no haya más que el viento y los árboles, que ustedes puedan salir a la calle, comprar las cosas que les hacen falta, hacer amigos, ser libres— Derek no borra su sonrisa mientras me escucha y se acerca más a mí.

—Emma, sería hermoso vivir esa realidad, pero no es así. Es más, estas semanas tuvimos una probada de algo inimaginable para mí, para Diego y mi hermano, estamos felices por eso, pero es tiempo de regresar y enfrentar lo que viene, podemos hacerlo. Además, tú no tienes mucho que perder, tu vida en el nuevo mundo será muy parecida a esta.

— Excepto por una cosa— le digo levantando la mirada para encontrarme con sus ojos.

—Si, lo sé— me susurra acariciándome la mejilla con la yema de sus dedos—. Yo tampoco puedo hacerme a la idea de no estar juntos, pero es lo que toca— siento algo recorrer mi pecho y mi garganta, me invaden las ganas de llorar.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora