CAPÍTULO 44

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Derek:

No pude pegar un ojo en toda la noche, los pensamientos que revolotean dentro de mi cabeza no me dejan descansar. Si vuelvo al nuevo mundo estaré condenado, nunca más seré libre y si me quedo aquí, nunca volveré a ver a Carly o a mi padre, incluso me duele el pensar que no veré a mi madre.

La que pensaba era mi mejor amiga, me clavó una daga en el corazón sin ningún tipo de anestesia, la enterró mil veces hasta producirme una herida que no para de sangrar y que, en verdad, duele mucho. Para colmo, todo este tiempo pensé que me encontraba a salvo de los experimentos de la orden y que había logrado ocultar mi identidad, pero no, fui un iluso con letras mayúsculas. Me engañaron justo frente a mis narices, e hicieron conmigo lo que quisieron, siguieron con su puto experimento sin que yo si quiera me enterase. Pensar en eso me llena de impotencia, de miedo y rabia, quiero encontrar una solución, en verdad me esfuerzo por hacerlo, pero lo único que he conseguido es no dormir en toda la noche, pero hay algo que me come aún más por dentro y es que creo, que esta vez no hay una escapatoria en la que yo salga ganando.

— ¡A levantarse, que nos van a echar pronto! — grita Magy encendiendo las luces de la habitación.

Me incorporo de inmediato y la miro, sus ojos se clavan en los míos. Existe una tensión que pesa toneladas entre nosotros. Ninguno dice nada, solo nos miramos, se que ella ve el dolor que me ha causado, no puedo evitar pensar que quizás ya me ha borrado, pienso que tal vez por eso es tan fría. No era necesario, podía solo contarme la verdad sin ser tan dura, sin tratarme como basura, no puedo hacer nada, así son las protectoras, frías como el hielo mismo, pero he de decir que no pierdo la esperanza de que se ablande y me diga que lo que siente de verdad o al menos lo que sintió antes de borrarme.

Todos en el cuarto se levantan desganados, Kalem tiene una maraña en el pelo, Emma lleva los ojos hinchados y el pelo atado en una trenza despeinada, Diego bosteza un par de veces antes de ponerse de pie. Todo sigue como anoche. La desconfianza, el miedo y la tensión se pueden palpar en el aire, nadie habla, todos nos miramos con recelo.

—Anoche estuve pensando— dice Emma en voz baja, parece que solo se está dirigiendo a Magy. Como si nos hiciera invisibles a todos los demás. Magy mueve la cabeza animándola a seguir hablando. — Podemos buscar a Beatriz Luna, ella vivía no muy lejos de lo que es Hatchbean en el nuevo mundo. Si mis cálculos no fallan, ella en este año ya estaría construyendo el botón, quizás podemos explicarle nuestra situación y ella pueda ayudarnos a reparar tu iophone o al menos nos puede ayudar descubrir cómo funciona la máquina.

—Beatriz Luna, ¿la primera gobernadora? — Pregunta Diego confundido, y yo comparto sus dudas, quiero saber de qué Beatriz están hablando.

—Como se nota que no terminaste la escuela— le contesta Magy de manera despectiva.

—Si, es la primera gobernadora. Bueno aun no lo es, probablemente ahora solo tiene como 19 años— Le explica Emma a Diego.

—Emma, ella nació a finales del siglo veinte, como esperas que arregle un artefacto creado casi mil años después de su nacimiento. Si yo, que soy una ingeniera avanzada de la orden, no puedo hacerlo, te aseguro que ella tampoco podrá— Afirma Magy con indignación.

—Bueno quizás no pueda arreglarlos, pero puede proporcionarnos piezas parecidas a las que necesitas para el iophone, quizás encontremos los componentes básicos que juntos hacen el componente que hace falta para arreglar un iophone. Ella también era ingeniera, bueno, es ingeniera, tiene que poder ayudar, está en su época, conoce a la perfección todos los componentes de última generación de este siglo y tu aunque seas ingeniera, no conoces todos los artefactos existentes en el viejo mundo y menos como utilizarlos, te aseguro que ella si lo sabe, de alguna manera tiene que poder ayudarnos— Magy le lanza un gesto de aprobación dubitativa.

Entre dos mundosWhere stories live. Discover now