CAPÍTULO 39

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Derek

Salgo corriendo para ir detrás de Emma, ella se percata que estoy intentando alcanzarla y entre sollozos, empieza a correr ella también, hago un esfuerzo extra en mis piernas y logro atraparla, la tomo del brazo sintiendo que mi corazón late con rapidez. Ella se detiene en seco de inmediato, pero no voltea para mirarme, ni forcejea, solo baja la cabeza. Me asomo sobre su hombro para intentar descifrar que es lo que está sucediendo y logro ver que las lágrimas caen sobre el pavimento de la calle.

—Emma ven adentro, todo estará bien— Le digo en un intento vacío de que se calme. Emma niega con la cabeza.

—Nada en mi vida está bien. Déjame ir por favor, tengo que hablar con mi padre— Me suplica moviendo la muñeca. Percibo la desesperación en su voz. Quizás porque su vida se está desmoronando o puede ser porque realmente no sabe cómo reaccionar ante eso.

—Sabes que podría significar que nos descubran y el vídeo...— Emma me interrumpe.

—El vídeo que se vaya a la mierda, junto contigo y con Magy—explota de repente—. Lo único que sucedió desde que me topé con los dos, fueron desgracias, mi vida era perfecta y ahora todo está mal, todo está muy mal— me dice soltándose por fin de mi agarre, en parte porque yo deje de presionar mis dedos contra su piel cuando la escuche maldecir en mi nombre y por otra parte porque ella concentro mucha fuerza en su brazo y lo alejo bruscamente de mí.

Sus palabras me duelen, no me gusta verla así, creo que realmente le he cagado la vida, ella no tenía porque enterarse del pasado de su padre, ella no tiene la culpa de nada de eso.

Siento que una mano toca mi hombro mientras Emma se aleja dando zancadas calle abajo, es Magy se ha colado detrás mío con sigilo.

—Más le vale que no arruine nuestros planes— me dice mirándola marchar. Su comentario me revuelve el estómago.

—Déjala tranquila, ha tenido que soportar mucho— le reprocho.

—Dudo que haya soportado más de lo que tú y todos en la periferia, es una niña mimada que ha tenido una dosis de realidad y no puede con ello, debería madurar— sus palabras me enojan. Quien se cree Magy para hablar sobre lo que Emma siente. Quizás sea cierto que yo si superé situaciones más duras que las que ella tuvo que afrontar, pero eso no significa que Emma no lo esté pasando mal en este momento, todos sufrimos por diversidad de cosas. Puede que para una persona sea terrible perder a un ser querido por culpa de la muerte, pero quizás para alguien más, sea más duro perder a su pareja o a su mascota que perder a un ser querido de esa manera. Las personas somos muy diferentes unas de otras, simplemente Magy no entiende eso y me molesta mucho que no lo haga.

—Mira quien habla de niñas mimadas— le digo con cizaña. mirándola de pies a cabeza.

—Yo no pedí nacer aquí— me dice soltándome el hombro.

—Emma tampoco, no puedes odiarla por eso— le digo caminando hacia la puerta de su casa.

— ¿Por qué la defiendes?, simplemente no deja de complicarnos las cosas y tú sigues y sigues defendiéndola— me reclama siguiéndome el paso.

—Sí, Cegándola como tú, cuando casi publicas el vídeo de Emma en plena fiesta de la élite, ¿crees que eso no iba a arruinar nuestros planes?— Magy deja de caminar.

—Eso fue estúpido, estaba borracha y no sabía lo que hacía. De todos modos no pasó nada — me dice quitándole importancia.

—Para tu suerte, la mía y la de Emma no pasó nada. Pero nos salvamos muy apenas gracias a la amiga de Emma—La conversación empieza a frustrarme demasiado, estoy molesto con Magy por su actitud— ¿sabes qué? Deja de hacerte a la justiciera y a la santa. Tu naciste en cuna de oro como Emma y casi cagas el plan tal y como ella lo hizo, no son tan diferentes, hasta trabajaste en la orden, deja de odiarla, ella no te hizo nada—Tenía que decírselo o iba a explotar.

Entre dos mundosWhere stories live. Discover now