CAPÍTULO 31

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Emma
Puedo escuchar mi corazón latiendo a mil por hora, siento como la piel de mi pecho se levanta a cada latido, estoy sujetando la mano de Derek cada vez con más fuerza. Mientras, intento pensar en lo que sucederá después de que ese video salga a la luz.

Todo el mundo se encuentra en silencio y el lugar permanece a oscuras. De pronto la enorme pantalla se enciende alumbrando a todos los espectadores que están en la planta baja. Los nervios me llegan al límite y siento que estoy a punto de desmayarme.

—Dame eso— se escucha una voz que retumba en los parlantes de IVA. Es una voz que creo reconocer—. Buenas noches, todo esto fue una broma de mal gusto, hoy no es el cumpleaños de mi ¡mejor amiga! Emma, así que ¡enciendan las luces!, ¡Ahora mismo! — Chilla Gretel. No puedo creer que sea ella, pero ¿qué hace ahí?, ¿sabrá lo que contiene el video?

Derek aprieta mi mano, más fuerte de lo que yo apreté la suya antes. Instintivamente volteo a mirarlo y apenas lo hago, encienden las Luces. Él también está mirándome, portando una sonrisa de alivio. Yo no puedo devolverle el gesto por más que lo intento, estoy muy confundida y preocupada por lo que acaba de suceder.

Volteo a ver el escenario y veo a Gretel de pie, con el micrófono en las manos mirándome. Me hace una seña para que baje. Parece estar enojada, solo espero que no haya visto el video y si lo ha visto espero que entienda porque hice lo que hice.

—Mmm, Voy a ir un momento abajo— le digo a Derek intentando solarme de su agarre. Él, al percatarse de que aún está sosteniendo mi mano la suelta de inmediato.

—Lo siento — masculla poniendo su mano en el bolsillo.

No respondo a sus disculpas y me dispongo a regalarle una media sonrisa para luego bajar las escaleras lo más rápido que puedo.

Cuando estoy a punto de llegar a la parte de abajo, noto que Gretel va caminando en mi dirección. Apenas mis pies tocan el suelo, mi mejor amiga me toma del brazo y me lleva detrás de las escaleras.

—Emma, tienes que decirme que está sucediendo— me reprocha poniendo las manos en las caderas. Típica pose de ella al regañarme.

—¿Qué es lo que sabes? — Le pregunto, antes de hablar de más.

—¿Qué es lo que sé? Nada, no sé absolutamente nada, y ¿sabes por qué?, porque no confías en tu mejor amiga para contarle tus problemas— me da un pequeño golpe en la frente con la palma de su mano—. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea tonta— me dice con ternura.

—Si Gretel pero esto, esto es algo muy gordo— le confieso. No pienso que sea buena idea contarle lo del video.

—Supe que se trataba de algo gordo cuando vi que ese tipo te empujó hasta casi tumbarte y tu ni te inmutaste— replica molesta—. Y en cuanto te vi llorar mientras hablabas con el otro tipo. Ese, el del pelo Rubio. Entendí que las cosas iban realmente mal. Lo peor de todo fue cuando escuché el anuncio del video, supuestamente hecho por uno de tus mejores amigos— lanza un su piro antes de seguir hablando—, ahí caí en cuenta de que alguien intentaba sabotearte y no podía permitirlo y aun menos en la noche de tu regreso.

—Gretel, gracias por ayudarme. No tienes idea de lo mucho que significó esto para mí, podría decir incluso que salvaste mi vida—no sé cómo explicarle que no puedo contarle lo que pasó—, pero, pero la verdad es que. No, no puedo contarte lo sucedido—decido lanzárselo así sin más.

—¿Qué hay en ese video Emma?, estoy segura que esto tiene que ver con los protestantes. Si estas en peligro tienes que decirlo. Olvida el protocolo de confidencialidad, lo importante aquí es tu vida, tu integridad— protesta subiendo su tono de voz en las cuatro últimas palabras.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora