CAPÍTULO 43

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Este capítulo va dedicado a @War33z que siempre está pendiente de la historia :) gracias por ser tan atento, mandando mensajitos y dejando comentarios y votos en la historia. Eres de los lectores que valen oro <3

Derek:
La cabeza me duele y no dejo de escuchar un pitido en lo mas profundo de mis oídos, abro los ojos con dificultad debido a que la luz del sol no me deja abrirlos por completo. Intento mirar a mi alrededor, pero solo veo manchas blancas, parpadeo repetidas veces hasta que la imagen se hace un poco más nítida.

El traje de Emma refleja contra mis ojos la luz del sol, puedo notar que está de pie mirando el panorama atónita, puedo percibir que se encuentra a unos metros de mí. De inmediato me incorporo para buscar a mi hermano y a Diego, para mi alivio no tardo mucho en encontrarlos, están tendidos en el suelo cerca de Emma.

— ­­¿Dónde estamos?— Pregunto con dificultad para sacar las palabras de mi Garganta, Emma me mira desorientada pero no responde a mi pregunta. Solo niega con la cabeza.

— Estamos en México—dice la voz de Magy a mis espaldas. Haciendo que pegue un respingo por la sorpresa.

Emma y yo intercambiamos miradas de confusión. ¿México?, el ¿México del viejo mundo?, no lo entiendo.

— No me digas que...— le dice Emma con la boca entre abierta por la sorpresa.

—Si, Emma— le responde Magy.

—A ver, A ver. ¿me pueden decir que carajos hacemos en México? — les pregunto esperando que no se guarden esa información solo para ellas.

Magy Camina hasta ponerse en frente de mí, la observo con desconfianza mientras sigo sentado en el suelo arenoso, su figura tapa a mi rostro del ardiente sol.

—A ver, cómo te lo explico— Hace una pausa simulando pensar—, Dieguito, tu amigo del alma, hizo que viajemos a 2018— me suelta cruzando los brazos y mirando con cara de asco hacia donde yacen Diego y mi hermano.

—¿Qué? — Mi cerebro no puede terminar de procesar las cosas — ¿Estamos en el viejo mundo? — le pregunto sabiendo que la respuesta es obvia. Magy ni siquiera me contesta y se da media vuelta para aproximarse hacia Diego. Apenas lo tiene en frente, le arrebata de sus manos inmóviles, el extraño artefacto que nos ha traído hasta aquí.

Miro a mi alrededor en busca de respuestas, todo está desolado, el terreno es árido no hay vegetación, exceptuando uno que otro arbusto seco y pequeño. A nuestra derecha hay una carretera por completo desierta, de hecho, parece que estamos en un desierto, o algo muy parecido. Me pongo de pie petrificado por la situación y me acerco a ver cómo está mi hermano.

Se encuentra boca abajo, con el rostro enterrado en la tierra, le doy vuelta y sacudo el polvo de su cuerpo. De pronto me entra el pánico ¿está respirando?, ¿acaso está vivo?, lo sacudo un poco para ver si se despierta, pero no reacciona de ninguna manera, me acerco a su pecho con la oreja, me alivia sentir que su corazón sigue latiendo.

—Magy, ¿qué les pasa?, ¿Por qué no despiertan? — pregunto sin dejar de mirar el cuerpo inmóvil de mi hermano. Al no escuchar nada, volteo en busca de una respuesta. Me sorprendo al darme cuenta que las dos chicas se están alejando de nosotros. En mi desesperación dejo a mi hermano de vuelta en el suelo y empiezo a correr para alcanzarlas.

—¡Magy! — grito sin parar de correr, ella ni se inmuta con el sonido de mi voz. Empiezo a correr más rápido.

Gracias a mis largos pasos que dejan una nube de polvo a mis espaldas, logro alcanzarlas. Mi primer instinto es tomar del brazo a Magy.

—¿Qué carajos te sucede?, primero nos traicionas, luego nos abandonas en medio de la nada, no te reconozco, éramos amigos— Es lo que me sale decirle apenas posa su atención en mí. Magy me mira con una sonrisa burlona.

Entre dos mundosWhere stories live. Discover now