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No, no saldría así.

Nunca

Podían torturalo con pinzas en los ojos e igual se seguiría negando.

—Una niña tan bonita como tú, diciendo palabrotas. Eso esta mal, muy mal señorita —dijo Cole.

Henryy Maykel están retorciéndose de risa a una esquina. De la mochila oscura ya noquedaban más prendas, solo había muchos accesorios de maquillajes en el suelo.Cole sostenía una horrible peluca rosa entre manos.    

—¡Te irás al infierno! —bramó el castaño.

—¡Sujetenlo bien!

Esas manos eran pinzas alrededor de sus muñecas, Tyler trató de tirarse para atrás todo el tiempo, en algunas oportunidades Cole lo había abofeteado para que se quedará tranquilo y Henry había comentado que eso le daba rubor en sus mejillas.

—¡Ya quedo! —grito Colé— De pie señorita.

Henry y Maykol se encargaron de ponerlo de pie. El castaño sintió que era día mas vergonzoso de su existencia, pensó que ahora las cosas no podían empeorar. Vestía el uniforme escolar mas obsceno que Cole pudo robarse de la dirección, una diminuta falda a pliegues marrón, muy ajustada a su cintura con la tela alejada de sus rodillas; la blusa tan abierta que dejaba entrever un brasier rojo, perteneciente a quien fuera la señorita que una vez uso copas tan grandes, pero al castaño le quedaron flojos, casi no habia nada que elevara la blusa; tenia unos zapatos de mujer a ebillas que agradeció fueran sin tacones, se adornaban con medias bajas que no escondían sus piernas. No sabía como se veía con la peluca rosa, pero seguramente nada bien, sentía melosos los labios y ya se los había chupado tanto que con seguridad logro desaparecer el labial rojo con el que lo habían maquillado.

—Caminando mujercita —concurrió Maykol.

Sacarón a Tyler empujones de ese lugar, creia estar en el armario de alguna habitación pero no, había sido el antiguo despacho de la conserje. La cual ya hace mucho había abandonado el lugar.

—¿Dónde escondieron mi ropa? —preguntó. Notó que no se dirigían a la salida de la escuela, sino detrás de esta y aquello empezaba a inquietarlo

—Henry se lo comió —bromeo Colé.

El mas gordo solo se carcajeo un poco. Cuando llegaron a la parte de atrás que interconectaba con los jardines nuevos. Maykol arrastró a Tyler hasta dejarlo frente a los demás.

—Ahora sonrie, amorosita.

***

Josh observó la última petunia marchita de entre las otras, no sabía con seguridad a que venía eso, se supone que no marchitaban en esta temporada. Qué mas daba otro soldado caído, otro que nacería. Si su tia no fuera tan ansiosa tomaría un descanzo, pero no claro, algo podia acontecer que pusiera en peligro sus queridos jardines.

¡No me toques!

Escuchó un grito. Aquello lo había hecho despegar las narices de los arbustos.

¿Qué habia sido eso? ¿Ladrones de petunias? No, no señorona Ronda, son solo chiquillos inofensivos jugando.

¡Atrapenlo!

Debieran estar jugando por los lares, seguramente amigos muy animados. Como esperando algo se quedo un rato en silencio, se oía el crujido de las hojas unas contra otras, súbitamente un golpe seco, como si un peso cayerá, despues otro, otro y otro. Josh decidió que eso era normal, pero no muy seguro se abrió paso entre los arbustos más altos. Ocultó entre estos visualizó a cuatro adolescentes; dos muchachos que sostenían a una muchachita entre sí, y otro algo mas apartado, que la fotografiaba.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora