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—¿Desde cuando estas aquí? —pregunta Tyler, acusando a Brendon con la mirada. Los minutos han pasado, se han convertido en horas reflejadas por el lejano reloj que yace solitario en la habitación azul del paciente. 

— Él no te va contestar —dice Brendon. Y continua: —Hace un par de meses lo traje de San Francisco.

— ¿Qué pasó con él? ¿Por qué esta aquí? —pregunta el castaño con rapidez.

Las viejas ruedas de la silla, oxidadas por el inadecuado cuidado y el presuroso tiempo, han atraído la atención del más joven por largos minutos. El paciente ésta de espaldas nuevamente, sentado sin exclamar palabra alguna, con la mirada ocupada por nada más que sus pensamientos. Excluido, ajeno a todo lo que oye en la habitación por parte de sus acompañantes.

— Si me trajiste aquí por un consejo, debes saber que te pido, no, te ordeno. Llevarte a éste hombre a una clínica de salud privada en Europa.

A unos metros junto a él, con las manos cubriéndole el rostro. Su amigo esta entretenido con las redes sociales, aún así contesta: —¿Siempre crees tener la razón en todo? ¿o lo dices solo para impresionar?

—Tienes que sacarlo de aquí.—repite Tyler, el volumen de su voz captando la atención del tercero. Cuando lo nota, se inclina un poco más hacia su amigo. —Hazlo por él, es tú familia. Hay muchos lugares dónde pueden ayudarlo mejor.

— No es tan fácil.

—¿Por qué? ¿No puedes vender uno de tus autos y ya?

— Esto es más complicado Tyler—dice Brendon, con seriedad. Confidente, se acerca al castaño antes de susurrar: — Él tiene problemas con la ley.

Restando importancia a sus palabras, Tyler continúa acusando a su amigo de no esmerarse mucho en ayudar a alguien de su propia sangre, los segundos se ahogan y tras una pequeña discución entre ambos, es la voz del más joven la que logra ganar la batalla de silenciar al otro.

Enervado el sonoro grito, el amable silencio es interrumpido por el chirrido de las ruedas oxidadas que se trasladan de la lejanía hacía ambos.

— Te traje porque quiero que hables con él.  —dice Brendon. — Conmigo no ha dicho ninguna palabra desde que esta aquí. 

— ¿Y por qué crees que hablará conmigo? Soy un completo desconocido para él. 

Sin más que añadir, Brendon se ha puesto de pie e ignora todas las acusaciones del castaño, atraviesa la puerta por dónde ingresaron y antes de abandonar por completo el lugar, se vuelve contra ellos una última vez.

— Preguntaste qué tenía.  —dice Brendon— Sinceramente no lo sé. Tal vez puedas convencerlo de decir alguna palabra que nos ayude a descubrirlo. 

***


El sonido de la respiración dificultosa de Josh interrumpe la huida de Tyler a sus pensamientos, lo que lo obliga a poner todos sus sentidos en examinar al hombre que tiene frente a él; su cabellera roja llama mucho su atención al igual que sus facciones, tan diferentes a Brendon. Alejando sus dudas, se encoge hacia él.

— Me llamo Tyler, ¿Lo recuerdas? —pregunta con sonrisa tímida.

Josh lo estudia sin hablar, observa su rostro luego se detiene en sus delgados brazos, se toma un tiempo observando la piel del castaño y poco a poco con lentitud baja la mirada hacia sus piernas, tan firmes y largas. En un intento de sentirse en confianza ante la situación, el castaño lo imita descubriendo nuevamente las horribles cicatrices sobre sus descuidadas piernas. Incomodado, Tyler aleja su mirada. 

VOICE // JoshlerWhere stories live. Discover now