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Suspendido en el tiempo. Vasijas servidas, pies fríos, atrapados en cuatro pares. A lo lejos se oye el goteo de alguna tubería que debiera producirla. Josh observa por mucho la escena. Se repite ante él, insistente, como si debiera entender y no lo hace. Caen los ojos del castaños contra los suyos encontrándose. 

Es Tyler, claro que es él

El castaño se sonríe a si mismo, esta perdido en algún lugar que solo él conoce y Josh le ofrece esa privacidad.  Lo sabe, es consciente de como recorren sus ojos el lugar, de como su pequeño cuerpo se contrae de ¿emoción? Podría denominarlo así porque es realmente como lo distingue. Observa que Tyler jugando con un pedazo de pizza descuidado, dejando a la crema caer por su barbilla con sus temblorosas manos rodeando una soda que aprisiona contra si.  Todo en Tyler es lo que ha necesitado todo este tiempo. 

—¿Todo esto es tuyo? —pregunta el menor. Sus ojos siguen en todos y ningún lugar al mismo tiempo. 

Josh se mantiene de brazos cruzados, los tatuajes traslucen de la musculosa captando la atención del menor que le observa curioso la piel. Se retrae, encoge los brazos e instintivamente los baja de la mesa.

—Aquí vivía cuando era pequeño.

—¿Estamos en tú casa?

—Si —dice Josh. Ahora es él quien recorre el lugar embelesado en recuerdos. Observa sobre sí el desgastado techo, las ruinas prevén una quejumbrosa vista del yeso que en penumbras combina con la descolorida macha de colores observados por el tiempo. Por lo pronto, estar en su viejo hogar lo llena de tristeza, una pena toma lugar en su interior.

—¿Y qué mas? —oye insistente al menor. 

—¿Que más? —se preguntó— Claro. Viví aquí desde  infante, aprendí a caminar aquí, reí, llore, vi pelear a mis padres aquí, los escuche hablar de mi, bese a una chica en ese viejo sofá  de allá, utilice mi primer...

Aprovechando su curiosidad, el de cabello azul tomo la soda del más bajo y siguió observando en derredor. Al parecer Tyler había perdido interés en sus palabras pues se hallaba de pie frente al umbral consumiendo en sobremanera todo lo que sus ojos podían captar.

—¿Fue allí? —señaló con una inclinación la esquina inferior. Un viejo sofá de cubierta desgastada dejaba al entrever su interior, un mecanismo destrozado por los años que se suspendía en bisagras oxidadas aún cubiertas con soporte.

Caminó sin notarlo hacia el lugar. Fue aquí, no conocía mucho de ella salvo que le había pedido sus apuntes en clase esa tarde. Era linda, recordó que escucharla dirigirle la palabra primero, le dio a el impulso de invitarla a salir esa misma tarde. Una sonrisa acaricio su rostro y el rubor le subió a las orejas al recordar lo inexperto que era en ese entonces, lo joven e inmaduro.Su temprana adolescencia que partió sin retorno una noche después pero eso era historia. 

Antes de abandonar sus recuerdos había sentido una pequeña mano tomarlo del brazo y escuchar la bocesilla de Tyler contra sus sentidos. Cuando se enfoco en él lo notó con una sonrisa en los labios. Tyler aún traía una atractiva marca violácea en la mejilla inferior pero no se había quejado de esta, es mas, no había hecho mención alguna sobre su inesperado viaje que al parecer nunca llego. 

—¿Ella era experimentada? —pregunto el menor con enormes ojos llenos de curiosidad. 

Negó, había intentado hablar con ella un par de veces después, sus intentos solo sirvieron para comprobar cuan arrepentida estaba esta de haberle entregado su primer beso a un sin lugar como él. Se alejó poco después de comprender, forzado por las circunstancias, que no existe nadie que realmente le entregue algo tan insignificante como el primer beso, a alguien que logre contener de verdad.  

VOICE // JoshlerWhere stories live. Discover now