18 (A)

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¿Has pensado alguna vez qué puedes lograr lo improbable?

¿Haz acertado con tus propias palabras los pensamientos de alguien más?

¿Lo haz logrado?

— Él estará bien. —dijo Tyler. — Sé que está bien.

— Cállate. —pensó Josh.

Muchas veces había presenciado la apatía del pelirrojo, pero hoy estaba petrificado frente al ventanal. Tyler se había opacado con las lágrimas resecas que podían visualizarse en el rostro de su paciente favorito, a quién no abandonaba la tristeza.

— Debes confiar en los hogares de acogida. Muchas personas son realmente amables. Y los niños a veces no se quedan,  los devuelven. —una seña de Brendon lo detuvo de continuar. Guardó silencio.

Hoy se cumplen dos semanas desde que el pequeño pelirrojo fue adoptado. Los días fueron todos grises desde entonces y si el sol salía era maldecido. En el reducido dormitorio del paciente, tres figuras conocidas permanecían de pie, cada una igual de innecesaria que la otra.

Ryan fue el encargado de hablar contra argumento al silencio. No podía dejarse consumir con el silencioso respeto de Brendon, había convivido con sus desorbitados ojos, perdidos en otro tiempo, los últimos días. Así que se dirigió a la castaña quien removía documentos sobre la camilla.

— ¿Hay posibilidad de saber quiénes lo adoptaron?

Ella no se veía muy conforme, nadie lo estaba, esto sucedió sin previo aviso. Ya las razones estaban expuestas. — Hay una remota posibilidad de contactar a la asistencia social. Ellos tienen los datos de la familia.

— ¿Pueden devolverlo? —Tyler volvió a interrumpir. — Si lo adoptaron podrá tener una mejor vida, una casa, padres amorosos, será feliz. Pero ¿Lo pueden devolver?

Nadie quería mandarlo al diablo, todos esperaban que Josh tuviera ese honor. Sin embargo el pelirrojo solo atinaba a seguir sintiéndose miserable. En ese pequeño rincón alejado de los demás, se preguntaba por que todo lo malo caía siempre sobre él.

Sí, había llorado como evidenciaba su rostro, y no pensaba en las buenas razones del desmemoriado.

— Lárgate. —pensó. Cuando lo vio caminar hacia su lugar.

No pudo deshacerse de Tyler durante las primeras semanas no podría ahora. 

— Josh quiero que entiendas. A veces cosas malas suceden, y es mejor que fuera adoptado en este estado. Pequeño.

Brendon le puso una mano sobre el hombro a Ryan y mientras se inclinaba susurro: — ¿Estado? Para Tyler todo es una enfermedad. Igual que su madre, ha de pensar que todos somos bacterias. Pero nos bañamos, ¿Te bañaste hoy, verdad?

— Al menos él dice algo, tú solo ignoras lo que pasó. Y hablas estupideces.

— Se llevaron al niño no hay nada que yo pueda hacer. Y sí quiero saber si te bañaste es porque soy tu jefe y debes responder

— Jo-de-te.

— Estás despedido.

— Bien, me voy.

— Bien, perdón. No quiero que te vayas.

Debby intentaba no oírlos para concentrarse en los documentos pero sus insinuaciones solían perturbarla, descuidó los cuidados a Josh, no podía atender a nadie con tantos números en la cabeza. Tenía que realizar llamadas, buscar contactos, persuadir el sacramento del silencio que habían hecho las superioras. Necesitaba hacerlo por Josh, ultimamente sentía que se había alejado de su confianza, fueron dos semanas durante las cuales no pronunció palabra alguna. Algo sucedía, y ella tenía que remediarlo. Se obligó a hacerlo. 

VOICE // JoshlerWhere stories live. Discover now