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Josh ingresó a Peterson con cansados pasos deteniendose en cada escalón. No había podido pegar el ojo en toda la noche. Por extraño que aún lo aconteciera, no podía dejar de pensar en como fue que Tyler no fuera capaz de pegar el ojo en toda la noche. Jamás había escuchado tantas quejas juntas, y ahora que las recordaba lo hacía con una burlona sonrisa en los labios ¿Era él, el mismo que había guiado a Tyler dos noches anteriores entre risas, que no logró comprender en su momento ni lo haria ahora, hasta su vieja casa en las afueras de la ciudad de ohio para ocultarlo? ¿De dónde había sacado el valor para raptarlo? Porque eso había hecho, ¿verdad? No lo creyó en el momento, no mientras Tyler reía, de quién sabe qué, corriendo por las oscuras calles con la luna iliminandole los ojos, y la sonrisa mas hermosa que ahora guardaba para sí en sus pensamientos mas íntimos. 

Pero pasó, se llevó a Tyler esa madrugada, curo sus heridas esa noche y lo oyó delirar entre risas hasta quedarse profundamente dormido cuando sus ojos le repetían que era peligroso. 

Tal vez Tyler no le estuvo jugando una broma, tal vez si era peligroso tenerlo. Pensó en ello cuando antes de poder impedirlo un puño lo cegó por completo. Inmovilizado oyó el coro de gritos femeninos elevarse cuando más golpes lo impactaron, y solo estuvo seguro que su agresor era quién se imaginaba cuando la luz apareció.

—Josh ¿qué hiciste? —era la voz de Brendon. Su amigo lo ayudaba a mantener el algodón de alchol contra su mejilla miéntras le daba miradas nada cuitelosas al otro hombre que permanecía en la camilla de al lado. 

—De qué hablas no se por qué me atacó.

Brendon, junto a unos alumnos del teatro habían defendido a Josh, logrando que el atacante también recibiera merecidamente lo suyo.

—Los padres de Tyler estan aquí desde que Peterson abrió, por cierto muy listo de tu parte quedarte a dormir fuera también. No tienes ni a tu propia tía de tu lado. 

Josh se lo quitó de encima, buscando a Zack con la mirada furiosa, con esto estaba seguro que fue él quién golpeo a Tyler. No lo dejaría tan fácil, se arrepentiria de haber tocado al menor.

—¿Y qué quieren contra mí?

Brendon le dió un leve golpe en la cabeza.

—Te robaste a su hijo.

Soy peligroso para ti.

—No es cierto.

Notó que en la habitación, conversado en volumen muy sugerente se encontraban dos hombres de saco con postura inquebrantable. Reconoció a uno de ellos como el máximo benefeciario de Peterson, él otro sería el padre de Jenna Black, lo supo por la mirada infiderente de la rubia sobre él, quien era sostenida del brazo por una elegante mujer para nada longeva como el patriarca. Cerró los ojos avergonzado cuando observó a su tía acercarse. Estaba listo, listo para recibir su confrontación.

Brendon lo tomó del hombro.

—¿Dónde esta Tyler?

—Ya te dije que no lo sé. ¿Por qué me lo preguntas?

—Hay una recompensa y tenía que intentarlo.

—Pues no lo sé.

El azabache se tiró de los cabellos.

—Saliste de aquí como un demente preguntando a cualquier alma qué se cruzará en tu camino si conocía su paradero. —lo tomó de la camiseta —Josh, van a demandarte.

¿Protegerme, tú a mi?

—No se dónde esta. Lo juro.

Un ruido hizo a todos los presentes girar. Josh volvió el rostro con la mano sobre su mejilla. 

VOICE // JoshlerWhere stories live. Discover now