Capítulo XIII

112K 9.4K 43K
                                    


Just stop your crying, it will be alright
It's only that the end is near
We gotta get away from here

Just stop your crying, have the time of your life
Breaking through the atmosphere
And things are pretty good from here
Remember everything will be alright
We can meet again somewhere
Somewhere far away from here

Just stop your crying, have the time of your lifeBreaking through the atmosphere And things are pretty good from here Remember everything will be alright We can meet again somewhere Somewhere far away from here

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—PAN-PAN —pronunció claro, apretando con los dedos el transmisor inalámbrico—. PAN-PAN PAN-PAN. Aquí Porta Elyse, Porta Elyse, Porta Elyse. —Una inspiración profunda cuando, con la vista fija en la pantalla del panel de mandos, anunció las coordenadas de su posición—. Nos precipitamos hacia las peñas de Gilstone. Por la fuerza de la marejada parece imposible controlar la embarcación. Corremos riesgo de daño en el casco si continuamos aproximándonos. Atentos a siguientes retransmisiones. Cambio.

La llamada estaba dirigida a todas las estaciones.

Era una de urgencia.

Recordó al viejo Andrew cuando sintió una vez más la fuerza de otra ola. El timón agarrotado cuando sus manos se aferraban a él. Recordó al viejo porque esa mañana le había avisado de que él no saldría con su buque a faenar.

A esas horas, las condiciones meteorológicas no habían prevenido una situación de alerta. Él y otros patrones habían salido con sus embarcaciones.

Porque George Tomlinson creía que conocía el mar.

Era un patrón meticuloso en su trabajo, se conocía aquellas aguas y, como él los llamaba, también sus "obstáculos". Reconoció muy rápido el islote de St Agnes. Se sabía incluso el nombre de las peñas que habitaban cerca. Creyó reconocer la de Gilstone cuando precisamente se percató de que, a causa del viento y las furiosas olas, tomaban rumbo hacia allí. El cielo se había tornado gris muy rápido; gotas de lluvia chocando con saña contra la cubierta, acompañadas de una marejada que poco a poco se volvía más airada. Sus marineros lo habían advertido...

Justo cuando una ola irrumpió a babor.

—¡Patrón!

La frente de George se había perlado de sudor... El timón se escapaba de sus manos, el mar arremetía contra ellos, enrabietado, haciéndole cambiar constantemente el rumbo. Habían incluso perdido por momentos la comunicación por radio.

Tomlinson había sido marinero durante años. Comenzó en su profesión con apenas quince años, conociendo antes al mar que a sí mismo. Una vida dedicada a ello y donde apenas ese año iba a cumplir diez siendo patrón de la embarcación Porta Elyse, el arrastradero que cada día abastecía de pescado fresco al puerto de Plymouth.

Sí, debido a su experiencia, se había encontrado antes con marejadas malas. Siendo marinero vio a compañeros caer por la borda. Vio desespero, angustia... Mas cuando ascendió a patrón nunca tuvo grandes sustos, nada que no saliera de fallos en el motor, nada que no se arreglara con un simple aviso para que los asistieran.

En rutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora