Capítulo XXX

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 Septiembre, 2010 Dos semanas después

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Septiembre, 2010
Dos semanas después

Llegaron tarde a casa. Era un viernes por la noche y habían ido a aquel bar en Piccadilly que tenía a Niall fascinado. Lo nombró por días, al igual que el plan de que salieran los cuatro a cenar. Ya había sido la segunda que organizaban. Harry y Louis siempre tenían que esperar por Niall y Liam, quienes venían refunfuñones por quién tuvo la culpa del retraso. El beta aseguraba que habían pasado tarde a buscarlo mientras Niall juraba que, aun así, no estaba listo y tenía que esperarlo por diez minutos más. Liam ante eso ponía los ojos en blanco, haciendo que hablaba despreocupado con Louis. El alfa, por su parte, bufaba porque sabía que detestaba que lo ignoraran. Al final era Harry el que le daba una palmada en el hombro, anunciándole que ya le había pedido una cerveza. Luego, las conversaciones no tardaban en tornar.

Era media noche cuando abrieron la puerta del piso. Harry dejó los zapatos en la entrada y Louis se dirigió al baño para cambiarse. Fue el alfa el que se quedó por la cocina, tomando un vaso de agua y comprobando unos mails en su teléfono. Le entró al instante un mensaje de Niall, avisándole que ya habían llegado a casa. Le hizo prometer que lo avisaría ya que, como era de esperar, se pasó con la ronda de cocktails. Todos se pidieron uno, menos Louis que prefirió su refresco. El irlandés se bebió tres, mostrándose más dicharachero y cariñoso con Liam, quien lo tuvo que acompañar a casa.

Cuando fue a dejar el móvil sobre la encimera, le entró un nuevo mensaje. Niall de nuevo:

"Notas menos raro a Louis?"

Resopló.

Sabía que no había sido buena idea comentarle eso a su amigo cuando ambos fueron al baño. De hecho, había sido el de ojos cian el que lanzó la pregunta. Él también lo había notado. Fue justo después de que hablaran de trabajo y los mecánicos que se incorporarían en menos de un mes. Liam había mirado con incertidumbre a Louis, quien se limitó a agachar la cabeza.

Harry era el único que sabía que eso seguía sin tener respuesta.

Iba a contestar el mensaje, pero no supo qué teclear. Lo cierto era que Louis había permanecido callado en el camino de vuelta. Estaba seguro de que Niall no se molestaría por eso. De hecho, apostaba que ya se encontraba ocupado con el beta. O dormido. Precisamente él conocía muy bien las fases de ebriedad de su mejor amigo.

Dejó a un lado el teléfono y se quitó la chaqueta del traje, dejándola sobre el sofá. Cuando entró a la habitación, desabrochándose los botones de las mangas de la camisa, vio que Louis estaba sentado en su lado de la cama. No se había puesto el pijama.

Se permitió entonces observarlo unos instantes.

—¿Louis?

El omega alzó la vista al oírlo. Sonrió.

—¿Todo bien? —El alfa volvió a hablar, avanzado con pasos cortos hacia él—. ¿Sucede algo?

Louis se movió apenas del sitio, rodándose de donde estaba para, sin palabras, invitarlo a sentarse. Harry lo hizo.

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