CAPÍTULO 14 | Nada más que la verdad

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Canción: Ruelle - Game of survival 

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BRENTON

—Vale, ¿puedes decirme por qué miras ese punto fijo como si en realidad estuviese mirándome a mí?

Dos centímetros a la izquierda y estoy observándolo. Ese tal Cameron se encuentra sentado, otra vez, al borde de la pileta y yo vuelvo a estar, también sentado, sobre la casa de blanco. Ahora él vuelve su vista hacia el cielo como si estuviese mirándome, pero gracias al sol no puedo comprobarlo. Aún así, sé exactamente a quién le está hablando: no hay nadie más alrededor.

—¿Por qué miras tanto el agua?—pregunto.

—No estoy mirando el agua.

—¿Entonces qué estás mirando?

Vuelve la vista a ella, y en esta oportunidad parece estar riéndose de mi pregunta como si fuese estúpida. Vale, lo es, pero no tiene idea de por qué la estoy haciendo. En parte la tiene, es verdad: quiero una respuesta. Pero la verdadera pregunta no está explícita.

—Estoy buscando—me corrige con condescendencia—, buscando tu maldita explicación de por qué me miras como si supieses que estoy loco.

Permanezco en silencio un par de segundos.

—¿Estás loco?

Él vuelve a mirarme, esta vez con una extraña sonrisa.

—¿No es lo que acabo de dejarte en claro?—exclama, alzando incluso más la voz—. Además, ¿qué clase de pregunta tan estúpida es esa? Se supone que los locos no admiten su locura.

—Entonces, quizás, no estés tan loco—replico, encogiéndome de hombros aunque quizás él no pueda verme—. ¿Por qué dices estarlo?

No recibo ninguna respuesta más allá de una mirada perdida y un simple gesto sin importancia como correr la mirada. Actúa como si no quisiese responder a esa pregunta ni ahora ni nunca, pero no llega al punto de resultar extraño, sólo se ve como alguien que recuerda algo que, probablemente, no desee recordar. Suele pasarme más de una vez cuando vuelvo la vista atrás para pensar en mi padre, en la última vez que lo vi antes de dejar de verlo para siempre.

PerfidiaWhere stories live. Discover now