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CAMERON
Creo que cualquiera que haya prestado atención podría decir que cree que yo maté a Melody. Bah, creo recordar vagamente que yo mismo lo dije, pero la verdad es que es mucho más difícil de explicarlo. No es como si hubiese querido matarla, o como si hubiese sido un accidente. Ya lo dije, es complicado, tanto que creo que no voy a encontrar el aliento para hacerlo pero te conozco, Richard. Estás ahí parado para saberlo, no por mí. Puede que hablar incluso esté dándome vida, ¿eh? Es curioso, porque también me está matando.
Pero, al final del día, ¿no funciona el mundo de esta forma? Porque hay frases que aseguran que lo que no te mata te hace más fuerte, ¿pero qué hay de lo que sí te mata? ¿O de lo que te da vida?
Yo creo que lo que te da vida también te la quita. O, en cualquier caso, podría llegar a quitártela. Es como aferrarse a una persona. Conoces bien eso, ¿verdad, Richard? Amar a alguien y no como se ama a una pareja. Ser consciente de que es un mundo, tu mundo, y de que no hay forma de que las cosas se encaminen si esa persona llega a irse. Como una madre. ¿Te imaginas perderla? ¿Te imaginas una vida sin ella?
¿Dirías lo mismo de no haber tenido ninguna?
No planeo hacerte entrar en razón. Sólo... estoy hablando para distraerte.
¿Que vaya al grano? ¿Quieres que vaya al grano? Está bien. Vayamos a él.
Puede ser que yo haya matado a Melody Hansen. Puede ser que una parte de mí haya querido hacerlo. Y también puede ser que Aldous haya colaborado, al menos indirectamente, a la causa. Pero todo lo que esa noche sucedió fue planeado por ella.
A ver, eh... no sé cómo explicarlo.
Volviendo a la noche en la que hablé con ella por casi primera vez, nada muy extraño sucedió. El sol comenzó a asomar, por alguna razón, cuando terminamos de hablar, ella se sentía en confianza conmigo y, sólo por eso, se permitió recostarse sobre mi pecho. Cerró sus ojos, no tardó en dormirse. Al principio sólo pude observarla, sus labios, su nariz, la forma de su cara, además de intentar acariciar su cabello, pero cada vez que lo hacía sentía que todo eso era parte de algo muy peligroso que yo desconocía. Porque mirarla, sentirla sobre mí, notar su tranquila respiración y su evidente confianza, despertaba en mi interior un nuevo sentimiento.
Afecto.
Uno que me obligó a querer hacer algo bueno por ella. Así que, por eso, me incorporé y la cargué en mis brazos hasta su casa. Puede sonar loco, pero no quedaba ni una sola persona en ella cuando llegué. Ni siquiera Aldous había esperado. Como todos, se había esfumado, dejando las puertas de la casa abiertas de par en par. Al entrar supe que tenía que cerrarlas, pero cuando miré el desastre que era todo una nueva cuestión surgió para mí. Tenía muchas cosas que hacer, como volver al orfanato o dejar a Melody en su cama, pero quise quedarme para ayudarla a limpiar.
