CAPÍTULO 38 | Tan presente

1K 146 42
                                    

STEPHEN

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

STEPHEN

Por loco que suene no hay forma de que en mi cabeza tenga sentido el simple hecho de que Maddie ya no esté. No puedo entenderlo. Ella es incapaz de sólo desaparecer de un día al otro habiendo aparecido en su habitación cuando yo estaba ahí por ella, cuando descubrí las píldoras. ¿Qué significado tiene todo esto? La vi viva, tan presente como yo. Hablé con ella. Estaba ahí. ¿Cómo es posible que esto ya no sea así?

He encontrado una nueva caja con más manzanas, tres botellas de agua y poco más. Por más que muera de hambre, al ver lo que contenían sólo pensé en que ellas me ayudarían a llegar a Heather para pedirle ayuda. Por eso he tomado la caja, la he alzado y estoy parado ahora justo en la puerta con todo a mis pies y las palabras en mi boca.

Justo ahí sin saber cómo salir.

¿Debería simplemente llamarlas? Heather ya no tiene sentimientos. ¿Cómo podrá ayudarme? No veo cómo puedo llegar a convencerla para que esté dispuesta a buscar respuestas sobre Maddie. Parece que ahora todo le da igual y claro que no la culpo... pero la necesito.

Tiene que saber qué hacer. Siempre ha sido así.

—¿Disculpad?—digo finalmente, observando la puerta entreabierta de la habitación de Heather. Nada sucede—. He encontgado algo paga... nosotgos.

Somos tres.

Fuimos siete.

Con lentitud una puerta se abre pero no es la de Heather, sino la de Bradley. Ella lleva, como solía hacerlo Maddie, el cabello despeinado. Luce como alguien que está jugando a un juego macabro en el que no tiene tiempo ni para pensar en ducharse y, vaya... es eso lo que está sucediendo. Bradley ve la caja y, sin salir de la habitación, espera a que le diga qué hay dentro.

—Tiene manzanas y agua—explico—, pensé que...

—Ya veo—me interrumpe Bradley—. Vienes por Heather, ¿verdad?

Hago una mueca, por más que no entiendo cómo es que se ha percatado de ello. En lugar de asentir o darle a entender que está en lo cierto, me acerco a la caja, tomo una manzana y luego la impulso para que entre a la casa. Ya no está a mi alcance.

Bradley asiente pero, aún así, abandona su habitación para acercarse a la caja. Toma una manzana, dos botellas de agua y se acerca a la puerta de Heather para llamar sin vacilar en ningún momento. No me había dado cuenta de que mis manos temblaban tanto. ¿Desde cuándo le tengo miedo a Heather? Se supone que está de mi lado.

¿Entonces por qué tengo el presentimiento de que no es así?

La puerta se abre porque Bradley la empuja. Desde donde estoy veo que Heather está sentada a los pies de su cama y ni siquiera se preocupa en alzar la mirada por Bradley cuando esta entra, se agazapa a su lado y le dice algo.

No alcanzo a oírlo, pero veo que Heather la ignora. Bradley toma la manzana que había sacado de la caja y la deposita justo sobre la mano de Heather. Posteriormente también coloca la botella a un lado, dice algo más y aguarda.

PerfidiaWhere stories live. Discover now