CAPÍTULO 21 | Perfidia

1.9K 224 105
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

CAMERON

El tiempo sigue pasando y no tengo idea de cómo contarlo. La primera vez que desperté creía estar seguro de que era de noche, pero ya no puedo decir lo mismo. Sigo sentado en la misma silla, aunque ahora Richard tuvo la compasión de soltarme al entender que tanto mis intenciones como mi fuerza para escapar son nulas.

Dolor es todo lo que siento, de pies a cabeza. Parece insoportable pero de alguna forma sigo aquí, sentado, con tantas palabras en la boca y un hombre dispuesto a escuchar cada una de ellas. Al principio creía que iban a matarme, pero ahora siento que voy a morir dejándolas salir. Creo que eso es bueno. Bah, espero que lo sea.

Estoy harto de toda esta mierda.

—¿Cuánto tiempo de vida me queda?—le pregunto al espacio que siempre hay justo delante de mis narices.

Nadie puede verlo, pero ahí está Aldous. Alto, pálido y delgado, como los típicos clichés del tío torpe con el cabello ondulado. Pero no. Aldous es algo así como la estúpida excepción, un fantasma de mierda que es más inteligente de lo que cualquiera de nosotros ha llegado a pensar. Es fácil darle a alguien menos importancia de la que merece, ¿ah?

—El suficiente—responde Aldous mirándome con cierto recelo—. Aunque deberías elegir bien tus palabras, hermano.

No puedo moverme. Es algo que él sabe. Pero, de poder hacerlo, sé que habría apartado la mirada.

—No me llames hermano.

—¿Te ofende que lo haga?—replica él, enarcando ambas cejas con desdén—. Es una lástima que pienses que me odias cuando lo único que he hecho por ti es cuidarte. Desde el primer momento, Cameron.

—Cuidarme implica seguir las reglas que rompíamos al escaparnos del orfanato—digo, notando el metálico sabor de la sangre en mis labios. Me detengo a tragar saliva, lo que me parece la cosa más difícil del mundo hasta que consigo hacerlo. Luego caigo en la cuenta de la forma en la que ahora Aldous me mira: como si estuviese apenado. Triste de verme así, en este estado—. Realmente mereces un premio.

—No. El que merece un premio eres tú por permitir que las cosas acaben de esta forma.

Lo tenemos claro, es obvio, pero de todas formas hay una pequeña parte de mí que todavía no sufre demasiado y es mi orgullo. Lo he dejado en alguna parte del pasado, pero una pequeña parte aún me acompaña e impide que abra la boca para decir estupideces a todas horas. Por ejemplo, en este mismo instante. Podría comenzar a tirar mierda sobre Aldous con simples palabras, pero no lo estoy haciendo. Al contrario, le estoy dando a él la ventaja de hacerlo por mí.

—Te dispararon—prosigue, señalando mi pecho—. Permitiste que lo hicieran.

—Lo merecía—intento defenderme, aunque sé que no es suficiente. Aldous, tan amable como siempre, me da tiempo a volver a tomar aire antes de contradecirme—. Y... sabía que tarde o temprano sucedería. Maté a alguien. Entonces alguien debería intentar matarme a mí.

PerfidiaWhere stories live. Discover now