Una Madre En La Mafia

Capitulo 24

CAPITULO 24

Melissa

- Te lo dije.- Rio Alex

- Joder, ¿A que persona enferma le gustaría vivir aquí?

- Es su casa, hace con ella lo que quiera.

Y claro que hizo que lo quiso, por fuera es una gran mansión color blanco crema, muy normal, corriente y común en la residencia donde se encuentra. De hecho me había agradado.

Hasta que entre, oro, todo era oro, que fuera real era otra cosa, pero todo: Paredes, alfombras, cuadros, decorados, techo todo estaba pintado en dorado. Lo único diferente de otro color que podrías encontrar tenia seguramente algún detalle en oro. Si el hombre se creía un rey, claramente quería que todos quienes lo visitasen vieran todo lo que se podría permitir: Y eso incluye una casa de oro.

Babosadas.

- Hm.- Le lance una mirada a Alex, antes de que su brazo me rodeará mi cintura y me acercara a el, rápidamente una pequeña sonrisa se formó en mis labios.

Bien Mell, eres una excelente actriz.

Literalmente soy una actriz de palabra de honor, me cambie y todo, supongo que el ajustado y corto vestido bordo que muestra mucha piel, maquilla suave, pero aun es mas de lo que estoy acostumbrada a usar, mas un perfecto collar de piedras que creo son reales, pero nose, mas unos tacos de aguja que me están matando los pies, es muy evidente que estoy con un mafioso y que este mismo me tiene como reina. Porque en este mundo la mujeres solo son eso, un arte para mostrar: Según tu mujer, según tu dinero y posición.

 
- Alexander.- La elevada voz del dueño de la casa se sintió por toda la casa, pronto de una de las tres escales que había, si tres, bajo un hombre, nada favorecedor.

Pequeño, en serio creo que si me saco los zapatos le saco una cabeza y eso que mido 1,62 centímetros, nada de otro mundo. Cabello negro, que desde lejos se veía reluciente, el hombre estaba recién bañado, ademas la exuberante cantidad de colonia de hombre que se sentía a su alrededor, delataba que se le había pasado un poco la mano.

- Os doy la bienvenida a mi pequeño hogar.- Ja, claro pequeño, pequeño es el.- Disculpar mi atrevimiento, pero ¿Quien es la bella mujer que os acompaña, Alexander? - Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza.

- Ella es Melissa.- Sus labios se posaron por un momento en mi cabeza, justo cuando pase mi brazo por su cintura.- Mi prometida.

El señor Abdel Maalouf, si me tuve qué aprender su estupido nombre, jadeo, si jadeo. Sus ojos se abrieron demostrando el asombro ante las palabras de Alexander.

- Oh.- Asintio lentamente.- No estaba enterado de que se había comprometido.

- Es que no lo hice.- Alex rio.- Desde hace cuatro años estamos juntos, solo que no lo hacemos publico aun.