LII | Capitulo

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CAPITULO 52


—Lo cuidare con mi vida, señorita—le sonreí a Isaac antes de que el coche desapareciera de mi vista, llevando en el a Chris.


— ¿Es cosa mía, o Christian está yendo demasiado a casa de tu padre?


—Creo que es una buena situación para que se encariñe con ellos, Christian debe socializar sin mi presencia, o eso fue lo que me dijo su psicólogo—suspire—. Igual ahora que lo dices, todavía no he visto a nadie de tu familia aquí—comente mirándolo.


—Créeme—sonrió—. Lo que menos deseas es tener a mi familia aquí, no eres el favorito que ellos desde que te fuiste con mi hijo hace años—reí—. Y no te miento cuando te dijo que mi madre llama todos los días preguntado por los niños—agrego emprendiendo camino a la casa.


— ¿No me digas que ella también se encariño con la niña, a causa de todo esto? —pregunte siguiéndolo.


—Aunque te cuesta aceptarlo—me miro de reojo—. Muchos te han sacado de ese pedestal en el que crees que estas—bufe—. Y lo único que nos interesa de ti, es Christian, deberías recordarlo y dejar de decir tantas cosas desagradables.


Ladee mi cabeza a un lado quedándome en la puerta viéndolo partir a su despacho. Verdaderamente el aun no había entendido absolutamente nada.


¿Se habían olvidado de mí? Era lo mejor en muchas circunstancias, pero debía encargarme de eso, no podía simplemente dejar todo como estaba, no era bueno.


Tal vez también debía alejarme un poco de Alexander, aunque muchos de mis pensamientos y actos no estén de acuerdo con eso, debía hacer lo mejor.


* * *


—...fuentes cercanas dicen que su renuncia se debe a que tiene a varios investigadores en su caso, a pesar de que muchos compañeros y allegados estén satisfecho por su renuncia, muchas personas han optado por pedir su regreso, esto es una verdadero conflicto, quien diría que Alexander Anderson seria tan odiado por sus compañeros y tan querido por aquellos a los que tanto apoyo—la morena hizo una pausa—. Sin mucho más que decir, me despido y los dejo con mi compañera.


Puse en silencio la tele cuando la imagen de una rubia apareció, dejando atrás a la morena que hacia la entreviste frente al congreso de la ciudad, varios días después se había hecho publica la renuncia de Alexander de su puesto.


Nunca me hubiera podido imaginar que causaría tanto revuelto, pero en parte lo entendía, Alexander cuando estuvo en su cargo hizo todo lo posible para ayudar a los más necesitados y porque mentir, también se llenó sus bolsillos.


Un mundo hipócrita.


—Ciertamente es todo un escándalo—murmure mirando a la televisión en silencio, cuando vi de reojo a Alexander parado en la puerta de la sala.


—Totalmente—escuche sus pasos—. Aunque eso no me he importante ahora.


— ¿Entonces, que lo es? —pregunte sin dejar de acariciar el fino y suave cabello rubio, Christian se había cansado demasiado hoy en casa de su abuelo.


¿Qué hizo? Verdaderamente nose, a pesar de ser su madre y ser la única persona muy cercana a él, Chirrían no deja de ser alguien reservado, callado.


—Mis hijos—lo mire cuando se sentó en el sofá individual a la par de donde estaba yo.


—Cuídalos—mire a Chris dormido entre mis piernas—. Protégelos—susurre—. Y ámalos.


—Te has vuelto, muy extraña—dijo recostándose—. Fría, calculadora y sin sentido—reí.


—Siempre fui fría y calculadora para muchas cosas—negué—. Solo que ahora es diferente.


— ¿Qué es diferente? —alzo su voz.


—Todo—lo mire—. Todo es diferente.


— ¡Porque tú lo quisiste así, Melissa! —bufo—. Tú te fuiste, tú te alejaste, tu apartaste a mi hijo de todos, tu destruiste nuestra familia—reprocho—. Siempre fuiste tú, desde el momento que me ocultaste la existencia de mi hijo, hasta el momento en que lo apartaste de mí.


— ¿Mi culpa? —Reí antes de apoyar mi cuello en el respaldar y mirar al techo—. Fuiste tú el que hizo toda la mentira desde el principio—cerré mis ojos—. Y no perdonaste mi mentira, que era idéntica a la tuya. Tú te apartaste de mí, ¿Qué esperabas que hiciera? No iba a buscarte solo para que me odiaras más, ocultarte mi embarazo fue lo mejor, en su momento—suspire—. ¿Mi culpa? Tú te apartaste Alexander, fuiste tú el que me dejo en una gigante mansión en el medio de la nada, fuiste tú el que me dejo sola con mi hijo, tu que eras mi marido, tu que eras todo—sonreí—. Tú fuiste el que se metió con otra cuando me tenías, me tenías por completo—negué—. Tú fuiste el que me quiso destruir—parpadee cuando mis ojos picaron—. Yo solo hice lo que pude en su momento.


— ¿Pero porque con él? —Miro a Chris antes de volcar su mirada en mí—. ¿Por qué lo involucraste a él?


— ¿Es enserio? —quise chillar—. Es mi hijo—recalque—. Contigo, en ese entonces no hubiera estado bien, nose si te acuerdas, pero apenas lo mirabas—negó—. Y es la verdad—suspire—. Christian es todo lo que tengo, todo lo que me queda y todo lo que tendré—susurre.


—Todo esto no hubiera pasado si tu...


— ¡Basta, Alexander! —Eleve mi voz—. Él hubiera no existe, porque por más que digas, nada cambiara.


—Eres hipócrita.


—No más que tú.


* * *


Mire por ambos lados del pasillo antes de meterme en mi habitación y entrar, cerrando con pestillo. El pulcro sobre cerrado entre mis manos, no duro mucho, cuando ya tenía la hoja principal entre ellas.


Sonreí inevitablemente ante cada palabra que leía, nada cambiaria, no ahora y tal vez nunca lo hiciera, esto tal vez era todo lo que tendría y debía aceptarlo.


Debía vivir con ello, hasta la hora.


Se me estaba acabando el tiempo y no lo estaba usando bien.


Debía moverme mejor. 

Una Madre En La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora