XLIX | Capitulo

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CAPITULO 49


— ¡Papi, mira! —me removí en la cama de Christian intentando ignorar los chillidos de Olivia y volví mi atención a los bocetos que tenía en frente de mí, debía confeccionar un vestido de novia a la perfección.


Agarre la tableta entrando a las notas, por aquí había dejado lo que aquella mujer me había pedido.


— ¡Ayúdame! —hice tronar uno de mis dedos viendo corretear a la niña en toda la habitación, hasta llegar a Alexander y mostrarle el estúpido dibujo que estaba haciendo.


Respira Melissa, es una niña.


Antes de volver a mi trabajo le eche una larga mirada a Christian, estaba parado en un costado de la habitación, pintando con sus nuevas cosas, hasta lo que me había dicho era un auto de carreras, si algo había sacado mi hijo de mi familia, era la fascinación por los autos.


Por el otro extremo de la habitación estaban Alexander —quien no se separa de mi hijo— y la niña—quien no se separa de Alex— el no hacía nada en especial, más que mirar lo que hacían todos y ella hacia un intento de dibujo con los lápices que había traído de su habitación, porque hasta donde llegue a escuchar, Christian no le presto nada.


— ¡Paaaa! ¡Mira se rompió! —bufe abandonando el trabajo escuchando el jodido chillido de la cría, para ser alguien de cinco años era jodidamente insoportable y eso que cuando Christian era bebe era insoportable, pero ella lo sobrepasa.


Desde que había entrado a la habitación hace una hora, juro que abre escuchado su voz más de quinientas veces.


— ¡Christian! —jadee cuando la vi correr hacia mi hijo—. ¿Me prestas una hoja? —señalo con su mano a una de las mesas donde estaba el tomo de hojas recién abierto.


Mire de reojo el ceño que levemente se le estaba frunciendo a Alexander cuando mi hijo no contesto y simplemente la ignoro, él no le iba a prestar nada, la niña era una desconocida y Chris odia lo desconocido.


— ¿Christian? —Olivia se impaciento—. ¿Si me prestas? —empezó a picar uno de sus brazos—. ¿Si? —siguió haciéndolo—. ¿Por favor? ¿Si? Solo quiero una h...


¡¿Quieres callarte?! —me levante de la cama cuando Christian empujo su mano para que lo dejara de tocar y elevo su voz.


—Yo—desde donde estaba veía perfectamente como los labios de la niña empezaban a temblar, no paso mucho cuando soltó su primer sollozo y corrió afuera de la habitación.


— ¡Olivia! —el grito de Alexander llamándola solo me hizo confirmar que se avecinaban problemas—. ¿Por qué no le prestaste una maldita hoja? —me acerque a Chris cuando vi el enojo en los ojos de Alexander al ver que su hijo lo ignoraba por completo—. Es una niña—dijo acercándose.


—Es muy mimada—baje la mirada al piso cuando Chris dijo eso intentando ocultar mi sonrisa, él ni siquiera sabía lo que era eso.

Una Madre En La MafiaWhere stories live. Discover now