XLII | Capitulo

37.9K 2.9K 236
                                    

CAPITULO 42


—Bueno cariño—le sonrió a la niña—. Ve a jugar un rato ya te alcanzo, tengo que algo que atender con la señorita—me miro por segundos.


Ambos quedamos en silencio mientras escuchábamos los pasos de la niña al salir de la habitación, mi mirada nunca se apartó de ella.


—Verdaderamente nos has olvidado—ese susurro se me escapo.


—No—lo mire negar—. Tú me quisiste hacer olvidarlos Melissa, tú me hundiste tanto—frunció su ceño—. Tal vez nunca lo aceptes, pero verdaderamente me dolió lo que hiciste.


Claro que lo se Alex, lose claramente.


— ¿Me ayudaras con lo que te dije? —toque mi cabello.


—Lo pensare—apreté mis labios en una fina línea escuchándolo.


— ¿Cuánto? —me levante mirándolo.


—Dos días—me sonrió—. Pero no te prometeré nada.


Rodee mis ojos saliendo de la habitación, tome mi bolso en el camino, esto había salido mejor de lo que esperaba, verdaderamente. Mientras recorría el pasillo buscaba el móvil en mi bolso, tenía que darle mi ubicación al chofer. Deje de caminar por el obstáculo que me impedía salir de la casa.


Levante la mirada antes de suspirar, la rubia de cabello ondulado, nariz pequeña, con pecas y gruesos labios me miraba con unos profundos ojos celestes, sus brazos cruzados demostraban que se sentía amenazada, su cuerpo demostraba seguramente las horas de ejercicio al día que haría.


Iris Hasbun.


La famosa modelo.


—Muy poca cosa—me sonrió después de susurrar eso.


Le di una sonrisa antes de mandar el mensaje al chofer, seguramente en cinco minutos estaría afuera esperándome. Guarde el móvil con tranquilidad antes de volcar mi mirada a la mujer que ahora me miraba con furia, por haberla ignorado.


— ¿Me das permiso? —pregunte.


—Esta es mi casa—fruncí su ceño—. No te quiero aquí.


—Cariño, sabes muy bien que te puedo sacar esa seguridad si quiero—seguí hablando a verla intentar replicar—. Y no, no es porque me sienta segura, es porque tu sola me has dado esa seguridad—le sonreí—. Si te sientes amenazada, no lo demuestres, es una gran desventaja.


Moje mis labios antes de acercarme y mirarla fijamente, por segundos nos miramos antes de que se moviera y me dejara salir de esa casa. No sabía que pensar al respecto.

Una Madre En La MafiaWhere stories live. Discover now