XLV | Capitulo

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CAPITULO 45


—Es perfecta—murmure recorriendo por tercera vez toda la habitación—. Tomo cada comentario y consejo que le di—sonreí—. Ciertamente a mi hijo le encantara esta habitación—comente.


—Me divertí mucho haciéndola, señorita—le castaño me sonrió—. Esta es uno de mis mejores diseños.


—Te felicito—lo mire—. Ciertamente tienes talento, además lo has hecho en muy poco tiempo.


—Como dicen por ahí, el dinero hace milagros—reí.


—Ciertamente—asentí—. ¿Y mi habitación, como esta? —cuestione.


—Solo falta un retoque de pintura, pero esta todo como ordeno, colores cremas, grande, con muy buena iluminación—enumero.


—Bien, confiare en ti y no la veré hasta mudarme—sonreí—. ¿Por casualidad sabes dónde está el señor? —alce mis cejas.


—Según tengo entendido mientras las dos señoritas salían, él se quedaría a trabajar en su oficina.


—Bien—me dirigí a la puerta—. Gracias.


Baje las escaleras y busque a Isaac, él era el único que podría decirme donde quedaba la oficina. Mire la casa durante todo el trayecto, ciertamente "ella" no había puesta una opinión en la decoración de la casa, todo gritaba, hombre, Alexander.



Le agradecí a Isaac cuando me dijo por dónde ir, lo había investigado la semana pasada y ciertamente, Isaac era uno de los pocos hombres confiables que darían su vida, por Alexander.


Alexander.


Debía decirle tantos secretos.


* * *


Abrí la puerta y me adentre a la habitación, cuando después de tocar escuche la voz de Alex, darme permiso. Le sonreí mientras él me miraba fijamente alzando sus cejas, estaba sentado en su escritorio rodeado de documentos y su portátil.


—Necesito hablar contigo seriamente—murmure dejando mi bolso en uno de los sofás de ahí y dirigirme a la mini nevera cerca del escritorio—. Y necesitaremos esto—tome las botellas de whiskey y vodka.


— ¿Y eso? —ignore la sonrisa socarrona que me dio y me senté en frente de él, destapando ambas botellas.


Le tendí una y cuando la tomo, las choque haciendo el típico sonidito antes de tomar un largo trago de vodka.


—Es algo serio—su sonrisa desapareció y me miro con su ceño fruncido.


Una Madre En La MafiaWhere stories live. Discover now