C U A R E N T A Y U N O

2.5K 211 29
                                    

Sus reacciones tardías me permitieron lanzar una flecha a los que hace unos segundos atrás eran de mi mismo bando. La flecha de fuego cayó en la formación Este, que, debido a la distracción de los hombres en aquel lugar, logró atrapar a varios y prenderlos en fuego; no los mató, pero sí los distrajo y mantuvo ocupados e inhabilitados para luchar.

Ese fue el click que necesitaron todos para retomar la batalla, de la cual comenzó la guerra.

Todos peleaban contra todos, a mí me pasaban desapercibida. Pudo haber sido por la confusión momentánea; el ejército de Dann no me atacaba porque no perdían sus esperanzas por mí dentro de su bando, mientras que el ejército de Jason estaba aún estupefacto. Su confusión me facilitaba todos lo que tenía en mente llevar a cabo.

Me alejé de la colisión de los ejércitos, aunque ahora estaban todos mezclados y luchando individualmente. El voluptuoso cuerpo de Jason se interpuso en mi camino junto a su aroma embriagante y empalagoso. Se encontraba a espaldas de mí, dando órdenes a unos jóvenes que no sabían dónde ir. Terminó de conversar con ellos y, tan pronto como lo hizo, se volteó, encandilándome con no solo su pechera dorada sino también con esa perfección que se encargaba de llevar siempre consigo.

Uní mis labios en una línea recta. Ya no tenía por qué guardar apariencias ni pretender odiarlo, todo se iba a acabar ese mismo día, al cabo de unas horas tal vez; necesitaba darme tiempo para pensármelo bien y realizar todo lo que estaba en mi mente antes de cumplir mi cometido.

Caminé hacia él, aparentando tener tiempo. No aparté mi mirada de la suya, entonces me permití sumergirme en los colores que relucían sus ojos. Mi parsimoniosa caminata fue interrumpida cuando él desapareció y, en una milésima de segundo, ya estaba parado frente a mis ojos, provocando que subiera mi vista para mirarlo. Sus manos se enredaron en mi cabello y lo acarició delicadamente, sin desconectar nuestras miradas ni un segundo. sus manos bajaron y se aprisionaron en mi cintura, entonces su cabeza se apoyó en mi hombro. Me permití cerrar los ojos y solamente sentir su tacto, sin importar el peligro al que nos exponíamos al no ser cuidadosos, porque cualquiera podía aprovechar y atacarnos. Pero estábamos juntos, ¿qué más importaba?

—Oh, diablos, no sabes cuánto deseaba hacer esto. Se siente tan irreal... —Suspiró pesadamente, el aire que exhaló tocó mi cuello, enviando así, espasmos a todo mi cuerpo—. Siento que por fin puedo descansar tranquilo, no creí que podría volver a tocarte de esta forma.

Una risita se escapó de mis labios. Sus manos tantearon mi rostro cuando él se separó un poco de mí.

—Aprovecha a verme tanto como puedas, porque no sé qué va a ocurrir después de esto.

Me estiré y dejé un casto beso en sus labios, él luego los mordió con insistencia.

—Hay tantas cosas que quiero hacer contigo, no terminará todo aquí —aseguró. yo sabía que no iba a ser así, pero me mantuve callada—. Saldremos de esta, pequeña, lo prometo.

Sentí mi pecho doler de tristeza. Deseé poder prometer lo mismo.

—¡Hey, cuidado!

Oí gritar a lo lejos, me dio tiempo a reaccionar y opté por tomar la daga y entregársela a Jason, quien con rapidez la estiró y clavó la misma en el pecho de un vampiro que quiso saltar sobre nosotros. Al venir más vampiros detrás de él, no nos quedó más remedio que separarnos y luchar cada uno por su lado, a pesar de ser fácil para mí hacerlo. Un simple empujón y el vampiro salió volando, cayó metros más lejos y le fue difícil levantarse, antes de que pudiera matarlo, otro lo hizo por mí.

Me tomé el tiempo de mirar a mi alrededor y pude darme cuenta que no sabía lo que planeaban ellos. Sabía todo sobre el ejército de Dann, incluso sus planes bajo la manga y sabía cómo detenerlos, pero no podía seguir el paso de ese ejército, no podía realizar nada sin que no fuera lo que ellos acordaban, iba a arruinar sus planes.

Jason ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora