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"Verde Cian"

Pies siguiendo un camino parsimonioso y sin apuro. Calle abajo, callejón a mano derecha se repetía una y otra vez. Calle abajo, callejón a mano derecha.

En sus manos colgaba entre sus falanges una bolsa llena de croquetas de diversos sabores y gustos, pescado y algunas cajas de leche en otra.
No sabía con exactitud el paladar que no fuera el suyo, así que sólo infirió. Pues, todo aquello no era para él.

Calle abajo, callejón a mano derecha.

Había pasado la noche en casa de Taehyung, y acababa de salir de allí no hace mucho. Fue al supermercado más cercano y aprovechó las monedas que hacían llevar con él peso en sus bolsillos delanteros.
Taehyung le aconsejó aquél lugar, pero la verdad, no tenía ni la más mínima idea de lo que iba a comprar el castaño.

Jungkook solamente pensaba en la delicada noche que compartió con Kim. Éste le había contado muchas cosas. Demasiadas agregó mentalmente. Pero al saberlas finalmente, siempre que su cabeza las traía de regreso sentía dolor en su incomprendido corazón.

Taehyung había pasado por tantas cosas...

Detuvo sus pasos y giró su cabeza; había llegado. Calle abajo, callejón a mano derecha.

—Sigues aquí, eh.

Agazapado, alejó una bolsa y extendió su mano al gris felino. Éste, alegre y eufórico, irguió su larga cola meneándola de lado a lado y frotó su cabeza en la mano del castaño.

—Yo también te extrañé mucho —le miró con sus ojos llenos de un abrasador brillo.

A Jungkook le encantaban los animales; lástima que su pasado lo siguiera atormentando...

Tomó todas las bolsas en una sola mano y llevó al pequeño minino en sus brazos para llevarlo a casa. Definitivamente, a un lugar mucho mejor que un callejón frío y sin salida.

Jungkook disgustaba de las matemáticas, siempre se esforzaba de mejorar en ellas, pero verdaderamente le era imposible llevar a cabo simples propiedades. Calentaba su cabeza para subir su promedio ¿y lo que conseguía? nada muy halagador.

Él se esforzaba mucho, pero no tenía idea de lo que fallaba en él.

Frustrado masajeó sus sienes y se levantó de su silla. Dejó el escritorio y tomó asiento en el suelo de madera, cruzando sus piernas y jugando angustiado con sus pulgares.

—No puedo seguir así...

Una escurridiza lágrima recorrió su mejilla, y no la alejó. Una tras otra cruzaban por su rostro, y las dejó ser por un momento. Sentía que necesitaba desahogarse un momento a solas, al menos una vez.

Su hermano mayor no se encontraba en casa, ya era una costumbre. Sin embargo sabía al derecho y al revés los conflictos que se crearían en su casa cada vez que su hermano no se encontrara en ella. Jungkook no quería ser otra carga para su familia, ya tenían varias disputas debido a su hermano y no quería que introdujeran sus notas en sus discusiones.

camaleón ¹ • taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora