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"Azul Acero"

Estoy enfermo, lo siento.

El mensaje se envió casi instantáneo ante el delicado contacto entre el tembloroso dedo de Jungkook y la pantalla de su celular.

Hace una semana atrás había comenzado el mes de junio, y con él el verano.

Eran las tres de la madrugada con dos minutos, y él se encontraba removiéndose entre sus sábanas con la respiración pesada, como si a su habitación se le hubieran desaparecido las ventanas.

El mensaje que acababa de enviar a Taehyung no le preocupó que éste no lo mirara en ese mismo segundo, pero sí para cuando despertarse por la mañana. Porque él no llegaría a la clase, y estaba seguro de eso.

Jungkook tenía fiebre.

Tosió con la garganta adolorida y volteó su cuerpo para alcanzar la botella de agua que yacía cerca de su lámpara apagada. No quería prender las luces, Jungkook pensaba que era sólo una fiebre y que pronto recobraría el sueño perdido y se despertaría por la mañana, que todo era parte de un engaño creado por su organismo para jugarle una mala pasada. Y eso a Jungkook le inquietaba. No quería ni imaginarse enfermo y ausentarse a clases. Jungkook nunca faltaba a una. Pero viendo por donde van las cosas, ya creía hasta en el karma.

Tragó algo de agua y volvió a derretirse en el mundo creado entre sus sábanas. Un desastre.

Inspiró y exhaló, y volvió a repetir la secuencia, sintiéndose desfallecer. No sabía porqué le sucedía todo aquello, y de pronto sintió un nudo en la garganta.

—Maldición...

Tosió y se sobresaltó ante lo rasposa que se demostró su muy adolorida faringe. Apretujó fuerte entre sus dedos la blanca sábana que le cubría su sudoroso cuerpo y observó el techo de su cuarto. Maldijo una y otra vez, haciendo pucheros de pura angustia y negó severamente con su cabeza. Sus cejas se arrugaron y volteó su cuerpo a la otra pared.

Nada, no había solución alguna ante sus delirios.

Una doliente lágrima amenazaba lastimera a salir de los preciosos párpados de Jungkook, y éste se abstuvo, mordiendo su labio.

Solo esperó a que milagrosamente el sueño se apiadara de él...

Taehyung se había despertado temprano ese día, pues ya le era costumbre. No le parecía ningún problema el llegar temprano ahora, siendo así, se convirtió afortunadamente en un buen hábito.

Gracias a Jeon Jungkook.

Por ese mismo motivo, Park Jimin también tuvo que amanecer como tempranero para ayudar a su amigo a ir a la universidad. Con una sonrisa forzada por el cansancio que se eliminaba al instante al ver a Kim con un buen ánimo.

La responsabilidad y Kim Taehyung ahora eran sinónimos y buenos amigos.

Al llegar al salón de clases y acercarse a su lugar en aquella sala, la sonrisa que traía con él durante todo el camino a la universidad fue decayendo lentamente al ver el puesto que ansiaba estar ocupado por esa persona vacío.

camaleón ¹ • taekookWhere stories live. Discover now