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"Beis"

Hoy Jungkook despertó asustado, pues había olvidado por completo la alergia de su hermana por los gatos.

Afortunadamente, el gato no había salido de su habitación, así que existía la mínima posibilidad de que no se supiera la existencia del felino en la casa.

Se levantó cautelosamente de su cama y marcó el único número telefónico al que podía confiar en ese momento.

De la misma manera en que la llamada fue respondida, Jimin acudió a su casa.

—¿Cuál es el problema?

Eran eso de las siete de la mañana cuando Jungkook le abrió la puerta de su casa al pelinegro. Sooyoung había llegado agotada desde el trabajo, y en esos momentos dormía como bella durmiente en su cama. De esa manera no tendría en cuenta la visita imprevista de aquella mañana. Se encararon discretos y silenciosos en la entrada al cerrar la puerta y empezaron los susurros para no causar mayor sonido en la casa.

—Es Sooyoung; su alergia a los gatos es algo serio —Jimin dejó caer su mandíbula al comprender—. ¿Podrías llevar el gato a la casa de Taehyung?

—¿A su casa?

—Normalmente dejaba al gato allí cuando mi hermana llegaba a casa, pero nunca pensé que arrasaría con anticipación...

El pelinegro le miró compasivo y con su mano en la barbilla asintió.

—¿Y dónde está el gato?

—¡Oh, sí! —mantuvo su susurro— Espera aquí...

Jungkook trotó de puntillas hasta llegar a las escaleras. Una por una se aseguraba de que la madera no crujiera bajo sus pisadas.

Park acomodó su parca en el perchero y sacudió sus extremidades para tratar de deshacerse del calor que le invadió al correr hacia la casa del castaño con prisa. Nunca se imaginó a él mismo yendo a una casa con apuro, por lo que le pareció irónico y muy entretenido. Y es que no se podía negar al chico. Había algo en él que simplemente bloqueaba su pensar y no podía denegar a nada.

Y en eso, recordó a Taehyung.

Taehyung pasaba la mayoría de tiempo con Jungkook, y se cuestionaba cómo sería el alrededor entre ellos dos. ¿Sería que Taehyung estaría sintiéndose bien de esa manera? Por lo que entendía, se encontraba dudoso respecto al menor. Algo raro ocurría con esos dos, lo supo al disponerse a pensar profundamente luego de ese día en el que habló con Kim. Sus ojos reflejaban claramente una angustia, y le hubiera gustado ayudarle emocionalmente aquella vez, mas no había mucho que decir por su boca y se frustró.

El gato, mientras tanto, se rehusaba a entrar a la mochila de Jungkook. Era pequeño, por lo que debía caber dentro.

Jungkook se llevó la mochila abierta y bajó la escalera con fingida parsimonia. El felino se removía un poco pero esa la única forma de sacarlo de su casa. Al llegar a Jimin le tendió la mochila y un ovillo de lana, sintiéndose aliviado.

—¿Para qué el ovillo? —le preguntó examinando el interior de la mochila abierta.

—Le gusta jugar con eso muy a menudo.

—Bien —se colocó la mochila por al frente, en su pecho y sostenida por sus hombros. Echó el ovillo dentro y acarició el pelaje del animal con cariño. Jungkook le miraba de brazos cruzados, mordiendo su labio inferior—. ¿Qué pasa?

—Nada. Gracias por ayudarme, ya puedes irte —habló al sentir sus sentidos recapacitar.

—¿También quieres que te acaricie el pelo?

camaleón ¹ • taekookМесто, где живут истории. Откройте их для себя