" 48 "

2.5K 410 203
                                    

"Gules"


—Jungkook, ya va siendo hora de irnos —avisó el animado pelirrojo sosteniendo el peso de su cuerpo en su bastón e ignorando el frío que le calaba los huesos.

—Vale, vale. Solo dame un momento —le pidió marcando un número en su celular.

Ya, era diciembre. El tiempo corría y la nieve caía. Taehyung decidió que era mejor para Jeon descansar un momento de todos los problemas que se le acumulaban en la cabeza luego de que este se desmayara víctima del estrés, a mitad de un examen. Es así como decidieron tomar vacaciones navideñas en casa de Jungkook, Busan. Su madre, encantada de volver a ver a su hijo,  los hospedó con gusto en casa. Taehyung estaba profundamente emocionado con el hecho de que conocería al ser humano que dio vida a la persona que ama, y con el pensamiento de Jungkook aceptando una invitación a visitar a su familia. Después de todo, Jeon Jungkook fue la esperanza de volver a tener fuerzas y creer en que era posible ponerse de pie por sí solo, otra vez. Era por él que despertaba cada día con la corazonada de que cosas buenas se le avecinaban a su lado, como si el castaño fuese su anti-depresivo preferido para sus pesares y duelos. Por otra parte, Jungkook se encontraba embobado por Kim Taehyung. Pensaba en él como un ser increíblemente perfecto y halagüeño, una mezcla de peculiaridades fascinantes. Era simplemente singular, y le amaba. No comprendía como es que se pudo ganar su corazón siendo él mismo, pero estaba eternamente agradecido.

—¿A quién llamas, Kook? —preguntó el pelirrojo, quien observaba curioso a su novio intentando comunicarse con alguien por celular. No sabía de quien se trataba hasta que vio la pantalla.

—Jimin Hyung pidió que lo llamara en cuento estemos a punto de partir.

—Ya veo...

Conectaron sus miradas y sonrieron. Taehyung depositó un beso en el lunar de su cuello y la llamada del castaño fue contestada, por cámara.

—No es momento para una habitación para dos, chicos. Por favor —incómodo se quejó el pelinegro amigo. Jungkook y Taehyung rieron ante el comentario y prestaron atención a la pantalla frente a ellos—. ¿Ya están por partir?

—Faltan alrededor de unos diez minutos.

—¡Ya deberían estar por partir, Jungkook! ¿Qué hacen allí? Muevan sus traseros.

—Descuida, Park. Tenemos al tren justo a nuestra derecha, ¿puedes verlo? —voltearon el aparato para enfocar la cámara en la maquinaria a su lado. Una exclamación de sorpresa se emitió por el celular, y la pareja se miró dudosa— ¿Hay alguien contigo? ¿Estás con alguien ahora mismo?

—No...

—Sí —respondió la voz detrás del pelinegro—, soy yo. ¿Qué tal todo, chicos?

—¡Dahyun! —le nombró el castaño alegre de verla.

—¿Dahyun? ¿Qué haces ahí con Jimin? —quiso saber el pelirrojo.

—Este tipo quiso invitarme a un paseo por la ciudad, ¿pueden ver aquel árbol de navidad gigantesco? —no dejó que el gato le comiese la lengua como al pelinegro y recibió un pequeño golpe en la nuca— ¡Hey! No dije nada malo.

—¿Qué está pasando ahí?

—Nada —se excusó sonrojado el amigo—, solo invité a Dahyun a dar un paseo por aquí. 

—¡Luego iremos a su casa e intentaremos hornear pastel! —anunció emocionada, recibiendo otro golpe— ¿¡Y ahora qué dije!? —reclamó observando con recelo al pelinegro.

camaleón ¹ • taekookUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum