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"Perla"

—¿Qué están haciendo aquí?

Dahyun miró a Jimin con estupor en medio de ese pasillo.

—Viajamos desde Seúl a Busan para verlos. Estábamos muy preocupados, Taehyung.

—¿Y qué hay de Dorian, Jimin?

—Está con Momo, no te alteres... —trató de apaciguar al pelirrojo.

El enfrentamiento parecía haberse sosegado: Taehyung se encontraba confuso por la llegada de sus amigos y, por otro lado, Yoongi aprovechó para mensajear a la colorina que le había pedido las llaves de la furgoneta.

—No tengo tiempo para reuniones de curso, y aclaro que esto no terminará aquí. Taehyung —clarificó el rubio, tirando dardos filosos como navajas hacia Kim. Se dio media vuelta y se marchó.

Taehyung no impidió que se fuera, ya no le interesaba. Jungkook estaba a salvo, y no volvería por el día de hoy. O eso figuró. Se frotó sus cabellos y empezó a caminar en círculos, sin saber qué era lo que se suponía hacer ahora.

—Taehyung... —le llamó suave la pelinegra, alcanzando su hombro. Y en unos segundos, la enfermera de Jungkook apareció para informar que ya era la hora de visitas. Podían entrar a ver al chico. Giró su cabeza y a la lejanía vio a Min Yoongi, aún huyendo de su presencia. Luego observó a sus amigos— Entren ustedes, chicos.

—¿Dahyun? —llamó dubitativo Jimin.

—Debo ir a una parte. Entren ustedes y los veré al rato, ¿sí?

Nadie pudo objetar algo, pues la chiquilla salió corriendo como alma que lleva al diablo a quién sabe dónde.

Hace mucho que la pelinegra no se disponía a correr tan rápido como lo estaba haciendo en ese instante —nunca fue buena en los deportes—, pero no le quedaba de otra para poder alcanzar al rubio. Sí, quería llegar a él. Tenía que saber todo lo necesario para que su alma estuviese en calma. Por eso, cuando lo vio abrir la puerta de una furgoneta color almagre, algo magullada, aceleró con las fuerzas que sus delgadas piernas le concedían.

—¡Min Yoongi! ¡Detente ahí! —gritó hasta llegar finalmente a su lado. El chico ya estaba apunto de abrochar su cinturón y la chica de cabellos anaranjados al mando del auto le miró brava. Ambos desprendían un aire intrépido, intimidante— Me recuerdas. Necesito saber de ti —aquello no era una pregunta.

—Espera un segundo, entrometida —frenó la pecosa chica al volante, dejando de masticar su chicle—. ¿Quién te crees que eres para encarar a Yoongi-ah así como así? Déjalo en paz y no lo vuelvas a buscar. ¿Entendido?

—Yuqi —posó su mano en su antebrazo en señal de retención, recibiendo un cruce de brazos apretujado y un puchero de su parte. La chica continuó mascando su chicle y jugueteando con sus trenzas, intentando controlar su irritación. Yoongi volvió sus ojos a Dahyun y acercó su rostro a la ventana, con sus cejas fruncidas—. Sí te recuerdo. ¿Qué necesitas?

—Bueno... —no sabía con exactitud cómo iniciar— ¿A qué has regresado? Creo que este no es el mejor momento.

—Lo es. Es el momento preciso.

—¿Por qué?

Yoongi quitó su cabellera del rostro y arrugó la frente.

—Le hice una promesa a Jungkook. No puedo dejarlo así como así. Teníamos algo especial... Una conexión.

—¿Por qué no puedes dejarlo ir...? —enarcó sus cejas, sintiendo su corazón palpitar con mucha frecuencia- Jungkook está con Taehyung. Jungkook se va a recuperar. Saldrá de toda esta pesadilla como siempre lo hizo, sin tu ayuda. No comprendo. ¿Qué haces aquí? ¿Piensas que algo cambiará con tu llegada? ¿O...?

camaleón ¹ • taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora