" 54 "

1.7K 304 142
                                    

"Aguamarina"

Hacía mucho calor, otra vez. A Jungkook le empezaba a aborrecer el fuego, las llamas furiosas cerca de él. ¿Habría adquirido pirofobia?

Se encontraba por segunda vez en su cocina, y esperaba ver la cabellera negra que vio la última vez. Y así lo hizo, solo que el muchacho solo mostraba la espalda.

¿Jimin?

El cuerpo delgado se dio la vuelta muy lenta y tortuosamente para encarar a Jungkook, pintando terror en su rostro. Destrozó cada esbozo. 

El delgado pero, ahora musculoso, cuerpo del desconocido pelinegro prendió un cigarrillo. Lo llevó a su boca y se deleitó con la toxicidad. Suspiró con placer y rió desquiciado. Jungkook no lo conocía, le provocaba escalofríos por todas partes, y más al recibir la mirada ahogada en odio hacia él. Y fue en ese mísero momento en que las llamas regresaron a prenderse, esta vez con más rabia. Con más desquicio. La desgraciada casa se derritió como cubo de hielo en pleno horno y todo se tornó color sangre. Jungkook miró sus manos, sus pies, tocó su cara, y se sintió sangrante. El hombre en su cocina se reía loco y trastornado y el hedor de su cigarro se diseminó por cada rincón de su hogar.

—¡Paga por todos los daños que has hecho!

Esa voz...

—¡Hasta nunca, traidor!

¡No! ¡No!

Agarró su cráneo entre sus manos y lo apretó, deseando poder terminar con toda esta pesadilla.

Porque sí era una pesadilla.

—¡Jungkook! ¡Jungkook! Tranquilo... Hey, tranquilo... —Taehyung abrazó el descontrolado y sudoroso cuerpo de Jungkook. Acababa de tener una pesadilla en medio de la noche el mismo día de su regreso. Ambos estaban en casa y dormían juntos. Fue realmente una gran suerte el que Kim estuviera a su lado, y Jungkook le agradeció infinitamente con un muy fuerte abrazo necesitado— Tranquilo... Dios, ¿estás bien ahora? Dime que estás bien. No quiero que nada malo te vuelva a pasar, Jungkook.

El castaño buscó los labios de Taehyung con apuro y el pelirrojo percibió su irregular respiración. Jeon repitió pequeños besos por toda la comisura de sus labios y acabó con su frente en el hombro del mayor.

—Contigo estoy bien. Contigo estoy bien... —repitió en un murmuro, como si estuviese hablando consigo mismo— Tae, necesitaba escuchar tu voz.

El pelirrojo se conmovió y suspiró, besó su cuello y subió hasta sus delicados oídos. Sus respiraciones se aplacaron y sus corazones se apaciguaron al tenerse el uno al otro. Taehyung acarició los revoltosos rulos de Jungkook y este trazó más caricias suaves por el rostro de Kim, como si fuese un tesoro demasiado frágil para poner siquiera un dedo encima. Delineó sus párpados, peinó con delicadeza sus pestañas, se deslizó por el puente de su nariz, contorneó cada lunar en su piel besada ligeramente por el sol y llegó a sus preciosos labios. Sus ojos hicieron ese tan conocido click y contrastaron.

—Yo también quería oír la tuya —confesó con una melosa sonrisa, sosegando los sentidos de su chico—. ¿Puedes cantarme?

Jungkook intentó esconder una sonrisa en esa oscuridad y aceptó. Sus ojos se encontraron gracias a sus destellos en medio de esas cuatro paredes y la voz de Jeon llenó la habitación.

There was a time when I was alone
Nowhere to go and no place to call home
My only friend was the man in the moon
And even sometimes he would go away, too

camaleón ¹ • taekookWhere stories live. Discover now