Capítulo 29: De aquí a allá (editado)

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Era pasado mediodía cuando regresaron, así que, a pesar de tanto esperar, decidieron que como alguno necesitaba un baño urgente, y como estaban muriéndose de hambre, fueran al gran comedor sin ellos.

Taissa entró con los demás al comedor y notó que no fue la única al sorprenderse cuando vio las nuevas incorporaciones en la mesa. El hombre, que vestía elegantemente, y un hombre de unos cincuenta años. Taissa creyó saber quién era este último, el noble que había llegado cuando estaba hablando con lady Meahlly.

—Ronald, os presento a Jordy Campbell, a Danielle Carver, hija del marqués de Rist, a Grainne Grey y a Taissa Owens. Chicos, este es Ronald Hunt, conde de Realm —Todos inclinaron sus cabezas para saludar y ellos hicieron lo mismo.

—Ya conocía a la señorita Carver, y había visto al señor Campbell de vez en cuando, con Dylan de Uller.

—Y usted es el padre de Dominic, ¿cierto? —Ronald sonrió.

—Así es, y de Sarah, a quien debéis excusar, ha sido un viaje largo y su estómago no los soporta del todo bien.

—Claro, no os preocupéis —dijo lady Meahlly.

—Estuvimos en la boda de su hijo, por cierto. Soy una gran amiga de Bianca, su nuera.

—¿En serio? Perdonad, pensaréis que no la conozco en lo absoluto, pero llevan de viaje de novios desde que se casaron, y apenas paran por casa para saludar.

—Qué tiempos fueron aquellos, ¿no, Ronald? —preguntó Meredith.

—Es cierto, quien los viviera de nuevo. Sin embargo mi hija no parece interesada de momento, y ya tiene 21 años.

—Es como tú, eh. A lo mejor os lleváis bien —le dijo Meahlly a Dani. Ésta sonrió.

—Aunque yo tengo 22.

—Voy a mandarla a la Corte, estaría bien que tuviera una compañía como la vuestra —Taissa reconoció la expresión de Dani. Ni en un millón de años aceptaría.

—De momento estoy bien, pero, ¿y eso que llegáis tan pronto? —preguntó —. Pensaba que los invitados no llegarían todavía.

—Nos venía mejor venir ahora. Íbamos a ir a la casa principal de la familia, y era venir antes o tendríamos que haber hecho el camino dos veces.

—Así es, ellos son los únicos. Los demás llegarán en unos días —contestó Meredith —. Bueno, aparte de vosotros y de lord Michael.

—Eso parece, aunque ni siquiera tenía planeado venir en un principio —dictó él. Taissa no supo qué sensación era la que le daba exactamente, pero no le gustaba.

—¿Y eso? —preguntó Jordy curioso.

—Trabajo, que es lo que me trae aquí.

—Así es —dijo de manera tosca lord Henry con una mirada un tanto oscurecida—. Lady Helene nos ha provisto de guardias para protegernos hasta que termine la fiesta.

Taissa se tensó. Si Helene aún tenía el poder de mandar guardias de un lado a otro era que el asunto de la mansión y los experimentos aún no había avanzado. O había pasado algo, aunque Rob había asegurado que lo había dejado en manos de la unidad antimagia.

—¿Sois vos los que os ocupáis de ellos? —le preguntó. Él asintió.

—De hecho, soy su capitán.

...

La comida se desarrolló rápidamente, y a medida que transcurrió el tiempo, a Taissa le sorprendió ver que ninguno de los chicos iba a bajar a comer. Entendía a Chris y a Rob, ya que estaban muy sucios y cansados, pero, ¿Dylan?

El grimorio robado (La corte de los desterrados #1)Where stories live. Discover now