2. Clock ticking pt 2

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14 horas antes

"— ¡Estás loco si crees que te acompañaré! — Le gritó Jimin a Jungkook.

— ¡Pero hyung! — chilló viéndose demasiado tierno para su propio bien — ¡Solo será un trago!

El rubio bufó mirando al techo. Aún se preguntaba como en su sano juicio habían visitado Shibuya en primer lugar. Llevaban apenas dos días en el caluroso verano de Japón y el pelirojo sentía ya unas ganas indomables de salir a un bar. Cómo resistirse, si el primer distrito representativo había estado lleno de apuesto jóvenes felices y ebrios por doquier haciendo invitaciones provocativas. ¡Era una locura! ¡Todo el lugar era una locura!. Relucientes luces, mucha gente y mucho pero mucho alcohol.

— ¡No!— repitió — No volveremos allí y punto. Siempre te pasas de tragos y no estoy dispuesto a cargarte de nuevo.

— ¡Por favor! — rogó el menor poniendo su mejor cara de conejito indefenso. — Solo será un ratito nada más.

Jimin suspiró cediendo. — Si pasa algo será tu responsabilidad. — Sentenció cerrando la puerta del baño en el pequeño departamento que habían rentado para la ocasión. "

Esos eran los recuerdos que atestaban la cabeza de Jimin, mientras tomaba su décimo shot de tequila. Desde que tuvo edad para beber jamás se había dado cuenta lo delicioso que sabían los tragos fuertes cuando los mezclabas. En ese momento Jungkook se encontraba bailando en la mitad de la pista, moviendo sus caderas en un vaivén muy tentador, así que el rubio se alejó de la barra con la imperiosa necesidad de acompañarlo. 

Al final amaban bailar juntos y provocar a tantos como pudieran a su alrededor. Se encontraban pasados de copas, sudados y mareados. Jimin movía de forma sugestiva su esponjoso trasero y bailaba frente a jungkook que mostraba la gran flexibilidad de sus caderas.

El delgado cuerpo del rubio se tensó cuando sintió unas grandes y blancas manos rodearlo por la cintura con una gruesa voz susurrándole al oído — ¿Podemos bailar? 

Los bellos de su nuca se erizaron, el toque fue electrizante, excitante a niveles insospechados. Movió su cabeza en afirmación mientras el hombre pegó su pelvis a su trasero, sintiendo con cada canción como su empalme aumentaba en los apretados jeans.

En aquel momento Jimin y Jungkook eran la prueba de que el alcohol inhibe toda vergüenza, mientras el rubio recostaba su cabeza en el hombro ajeno y veía al techo del bar con las luces por doquier y esas posesivas manos acariciando toda su parte baja, Jungkook se restregaba sensualmente contra el empalme y las fluidas caderas de un pelinaranja que ajustaba sus manos en sus muslos sin ningún ánimo de dejarle escapar.

* La foto es original y es lo único que diré al respecto* (^3^) ¡Se nos viene el drama!

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* La foto es original y es lo único que diré al respecto* (^3^)
¡Se nos viene el drama!

Escape «Yoonmin»Where stories live. Discover now