26. Estamos conectados

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⚠️      ¡Aviso! ¡Contenido sexual explícito ¡Si eres una persona sensible y pura mejor omitir! ⚠️

Jimin se revolvió en la cama recordando los sucesos de la tarde anterior. Todo se salió de control de forma tan inesperada que le provocó un escalofrío. Jamás había visto a alguien quitarse la vida y definitivamente la imagen del chico disparándose, nunca se borraría de su cabeza. ¿Cómo es que había sido capaz de semejante cosa? ¿Estaría realmente loco? Y luego estaba Yoongi, confundido y tartamudeando por primera vez en su vida. ¿Qué representaba un traidor en una organización como esta? Esas eran cosas que él jamás lograría saber, pues había crecido alejado de ello toda su vida. 

La sensación que tenía en su interior le irritaba. Tenía miedo. ¿Y si alguien desconfiaba de Yoongi, lo mataría? Movió la cabeza alejando el sombrío pensamiento. Él, no lo dejaría porque sentía esta especie de estúpido lazo, esa extraña conexión que le recordaba que estaba jodido cada vez que veía el rostro del pelinegro. Con todos los sentimientos revueltos en su interior y la tristeza de saber que había perdido el rastro de Jungkook por segunda vez, se levantó de la cama, a pesar de ser de madrugada, ansiaba ver al pelinegro, aplacar un poco toda la angustia que sintió cuando lo vio caminar junto a los demás hacia el estudio. 

Cuando se disponía a atravesar la puerta Yoongi entró con el rostro cansado, se veía más viejo, un poco arrugado y con los ojos levemente desorbitados. La situación no podría con él o acaso ¿Sería tan frágil? 

— ¿Qué ha pasado? — preguntó Jimin cauteloso.

— No mucho más de lo que has visto, pequeño— respondió con una sonrisa fatigada. 

— Yo... ¿Pu-puedo ayudar? 

Yoongi sonrió de nuevo, acercándose a él y abrazándole con fuerza. Reposando un suave beso en su coronilla le susurró

— Con esto es más que suficiente... ¿Seguro que ya quieres levantarte? Aún no ha salido el sol... 

Jimin se acurrucó más cerca del grande y macizo cuerpo, sintiendo la indecisión y ese sentimiento que no deseaba reconocer ascendiendo por su estómago. Con delicadeza agarró la mano de Yoongi, áspera y grande comparada con la suya pequeña y regordeta, lo dirigió hacia la gran cama. El mayor sonrió al sentir que por fin podría descansar después de una larga noche, una maldita y extenuante noche. 

En el momento en que tocó las sedosas sábanas un pequeño quejido abandonó sus labios. Jimin se había lanzado hacia él como un cachorro mimoso buscando besos cortos, delicados e inocentes. Se río, acomodándose sobre la gran cama, dispuesto a dormir hasta que llegara la tarde. Sin embargo, algo lo aturdió mucho antes de que siquiera considerara descansar. 

 ¿Él quiere que nosotros...?  pensó cuando el menudo cuerpo de Jimin se subió a horcajadas sobre él y comenzó un lento vaivén de caderas. 

El beso se tornó apasionado, frenético y profundamente necesitado. Sus huesudas manos empezaron a recorrer el cuerpo contrario, recordando la deliciosa y apetitosa piel que se escondía bajo la ropa. Pronto sintió su excitación despertar desesperadamente en sus pantalones completamente atrapada y dolorosa. El menor jadeaba sobre su boca, repartiendo pequeños gemidos con cada lengüetazo. Jimin sintió la urgencia de retirar la camisa del mayor, de eliminar los malditos botones y perderse en la blanquecina y translúcida piel. 

Cuando Yoongi notó sus intenciones lo detuvo al instante, sujetando sus muñecas con una mano y con la otra apoyándose en la cama. Miró los brillantes ojos castaños de Jimin, congelados y sorprendidos pero también expectantes. 

— ¿Tú deseas esto? — cuestionó con la voz gruesa por el anhelo. 

El rubio se sintió enrojecer hasta las orejas. Temiendo que su voz temblara en un vergonzoso y ansioso gemido asintió con la cabeza. 

Escape «Yoonmin»Where stories live. Discover now