33. Proud

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Yoongi se sentía ajeno a sí mismo. Su barba comenzó a crecer de forma irreconocible, cambiando su duro semblante al de un vagabundo... como alguien que no hace el mínimo esfuerzo por vivir. Los demás se sentían impotentes al ver cómo el mayor, se dejaba morir, simplemente existiendo de forma obligada.

— Encontramos algo... — le susurró el pelirosa asomando la cabeza por la puerta de la vieja y sucia habitación — Sería mejor si bajaras para hablar.

El mayor gruñó en respuesta y se levantó sin ganas. Arrastró sus pies a través del lugar hasta llegar a la sala. Todos los presentes se encontraban en una media luna mirándolo inquisitivamente.

¿De que me perdí? 

— ¿Por qué hay medallas policiales en el sótano? — preguntó Jin visiblemente inquieto.

Todos voltean a mirar al chico como si tuviera dos cabezas.

— Eso no era lo que íbamos a preguntar... — le interrumpió Namjoon molesto.

— ¡¿Ah, sí?! ¿No les intriga? — tomó una respiración, intentando calmarse — ¡Él es un jodido mafioso buscado en al menos 7 países por delitos que a veces son difíciles de mencionar y vienen y me dicen ¡¿Que no pregunte?! ¡¿Acaso algo falla en su maldita cabeza?!

— ¿Para eso me llamaron? — preguntó el pelinegro irritado — Si no tienen nada más impor-

— ¡Alto ahí Min! — le ordenó Taehyung silenciando los reclamos que pronto haría Jin.

 — También encontramos algunos mapas... Jian tiene otra propiedad a las afueras de la ciudad.

— ¡¿Qué esperamos para ir?! — contestó despertándose, sintiendo la adrenalina llenar sus venas, la simple sombra de una sonrisa de mejillas regordetas se iluminó detrás de su cabeza, llenándolo de ansiedad— ¡Jimin podría estar allí en peligro y noso-... — sus palabras iban tan rápido que difícilmente podría coordinar sus pensamientos, pero una vez más fue interrumpido. 

— Queda al interior del Bosque Biseulsan.

El mayor palideció. Allí se llevó a cabo la muerte de su padre. Conocía el lugar como la palma de sus manos o al menos eso creía hace 10 años y a pesar de ello había un problema aún mayor. No había parque más custodiado por la policía en toda la maldita ciudad, ya que al ser un parque recreacional tenía que ser una maldita zona segura.

Bufó frustrado deteniendo todos los posibles planes que rápidamente se habían estrellado contra su cabeza.

— Yo podría entrar — dijo la dulce voz del pelirrojo apareciendo en la habitación — Estoy limpio y no tendría problemas para atravesar seguridad.

— Ni lo pienses — ordenó Yoongi — Deja las estupideces de lado. Esto es un tema de adultos.

Jungkook frunció el ceño espontáneamente cabreado.

— ¡¿Qué?! ¡¿Quién te crees tú para venirme a decir a mí que puedo o no hacer?! ¡Es la vida de Jimin de la que hablamos!

— ¡Por la misma jodida razón no podemos arriesgarte tanto!

— ¡Silencio! — demandó Namjoon haciendo que todos lo miraran un poco desconcertados.

— El chico no es del todo inútil. Podría generar una distracción que dure lo suficiente para lograr atravesar seguridad.

Jungkook sonrió con suficiencia. De haber podido habría saltado en un pie, pues los demás no se imaginaban lo que él tenía planeado.

Yoongi los miró frustrado, esperando algún alegato más. 

— Sabes que RM tiene razón — agregó Hope en tono condescendiente — El mocoso podría ser el boleto seguro. 

Yoongi rascó la parte posterior de su cuello, aguardando. Cuando nadie más respondió, tuvo plena conciencia de que no habría poder humano que les hiciera cambiar de opinión, porque probablemente sí era su mejor opción...  por no decir la única. A pesar de ello, ninguno dio la última palabra, instalando un tenso ambiente en la sala pues esperaban que él diese su aprobación.

— Preparen todo... — susurró resignado. 

Antes de dejar la habitación se volteó hacia Jin y le dijo — Donde vuelvas a husmear en mis cosas colgaré tus órganos en el patio.

El pelirosa cerró sus labios en una delgada y fina línea mientras todo el color de su cuerpo se perdía. Había gato encerrado y no se detendría hasta descubrirlo, incluso cuando Yoongi sonrió descaradamente, caminando escaleras abajo hasta el viejo sótano de los Min. 

Cerró la puerta tras de sí, buscando algo de privacidad que de seguro tendría. Las escaleras crujieron a su paso, contándole las viejas historias de su niñez, a pesar de no tener madre, su padre jamás le abandonó y fue todo lo que necesitó en su vida. Con nostalgia buscó entre las cajas desperdigadas por todo el lugar, encontrando rápidamente las brillantes medallas. Jin no habría tenido que esculcar mucho para localizarlas y por primera vez en muchos años... se quebró. 

— Yo lo sien... siento viejo ... — le susurró entre lágrimas a las insignias  — Lo perdí ... y si ... él no... no regresa a mí ... no puedo... no podré vivir si le hago... — sollozó —  lo mismo que te hice a ti... 

Se abrazó a la caja sintiendo su corazón despedazarse ante la ausencia. — Lo he perdido todo y si lo pierdo a él ... no ... no continuaré.

Sus lágrimas mojaron el sucio cartón, trayendo recuerdos del pasado, donde su orgullo fue su sombra, una que le costó una vida y que tal vez ahora volvería para cobrar deudas. Con los ojos bañados en agua sacó el revólver del fondo de la caja, con las iniciales Min en su empuñadura, aquel que pasó de generación en generación representando el honor y la valentía de la familia Min. Lo cargó en sus manos sintiendo ante él, el familiar peso, uno que marcaría el final de la vida como la conocía y el comienzo de lo que deseaba ser y si había un precio por pagar... su vida debía cubrirlo. 

Recibo comentarios, tomates podridos y cualquier otra cosa que quieran decir. ¡Hablen por favor! Siento como si conversara sola y... ¡Es terrible! Rían sin moderación y nos leemos hasta la próxima. 

Escape «Yoonmin»Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang