24. Catch me if you can

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 Jimin corrió detrás de Yoongi hasta que logró tomarlo del brazo. 

— ¿Qué quieres? — cuestionó el pelinegro volteando de forma brusca. 

— Yo... este... qui-quier-o

¡Mierda Jimin! ¡Deja de tartamudear! 

El mayor levantó una ceja esperando impaciente. 

— Yo quiero ir — declaró el menor rápidamente. 

— No — anunció Yoongi, volteándose para seguir su camino. 

— Pero... ¡Por qué! — alegó siguiéndolo como un niño pequeño. 

— Porque no. Es una orden, así que déjame en paz. 

El rubio no se rindió y siguió al mayor hasta que llegaron a la biblioteca. Tras cerrar la puerta a su espalda tomó aire e intentó de nuevo, sonando lo más razonable posible. 

— Estamos hablando de Jungkook... es la razón por la que estoy aquí... 

La única por la que continúo  aunque sabía que sí decía eso estaría mintiendo. 

— Jimin no pretendas que... — habló el mayor sacando un estilizado revólver repujado en la empuñadura, desde uno de los cajones del escritorio. 

— No estoy pidiendo mucho Suga, solo quiero estar allí para él... si es muy difícil, él me reconocerá y vendrá. 

— No — aseguró el mayor irritado. — No trates de hacerme cambiar de opinión porque no sucederá. 

— Pero Yoongi... — probó de nuevo. 

— ¿Qué pretendes? — objetó colocando una bala en el cilindro — ¿Tengo que recordarte lo que sucedió la última vez? 

Las mejillas de Jimin se encendieron levemente con vergüenza. 

— No sucederá de nuevo — aseguró confiado — No cometeré una torpeza igual. 

El pelinegro le otorgó una penetrante mirada y bufó. 

— Baja y haz que Hoseok te prepare — le dio la espalda no sin antes gruñir — Usa el maldito chaleco antibalas. 

Cuando la puerta se cerró, colocó sus manos sobre el escritorio y suspiró. 

Este mocoso va a enloquecerme... pero esta mierda tiene que parar 

— Hoy será la última vez que me jodas la puta vida Jian. Jamás tendrás la oportunidad — afirmó ajustando el tambor del revólver y guardándolo en su pantalón. 

🔍

Se encontraban rodeando el edificio donde aparentemente estaban todos encerrados, las instrucciones de Jin habían sido más que precisas, cuatro puertas dos ventanas y ninguna otra salida visible a la superficie. Probablemente tres estancias internas. Yoongi sacó su revólver y lo empuñó frente a su cuerpo, dirigiendo a los demás con su mano izquierda, enviándolos a las puertas contiguas. Alrededor de treinta hombres distribuidos por el edificio. Con un empujón de hombro, atravesó la puerta, entrando a una estancia completamente oscura y posiblemente solitaria. 

Desde algún lugar provino una estridente risa que puso en alerta todos sus sentidos.

— ¿Quién es? — preguntó la voz en tono divertido — Sé que estás solito — rió — Ven conmigo no te dañaré... demasiado. 

Yoongi respiró sonoramente tentando a responder, pero eso revelaría su ubicación, así que prefirió estar seguro de seguir oculto hasta tener una mejor percepción del sujeto. 

— Humm, con que inteligente ¿Eh?... entonces debes ser Yoongi  — el pelinegro se detuvo en seco — Hoseok es muy impaciente y Namjoon muy distraído. Di en el blanco ¿No es así? — comentó el hombre feliz al sentir que ya no había movimiento. 

— Estamos solos ¿Sabes? Jian me dejó aquí, dijo que necesitaba entregar recados — el sujeto rió con amargura esta vez. 

— Debes saber una cosa cariño mío, el mocoso no regresará a ti y ya que tomaste a Seokjin por tu cuenta, deberíamos tomar algo también ¿No crees? al jefe le suena mucho un rubio que te sigue como perro faldero. 

— ¡No te atrevas! — amenazó Yoongi sin poder evitarlo — Si le ponen un dedo encima... morirán todos. 

El contrario rió  — No seas tan ingenuo Yoongi, Jian viene por ti, así como lo hizo con el traidor de tu padre, irá por ti y no descansará hasta tener tu cabeza en sus manos. ¿Serías tan estúpido como para creer que esto se trata de dos simples chiquillos? 

El pelinegro exasperado, corrió hacia dónde sus odios le decían que estaba la figura del hombre. Sintió los músculos contrarios tensarse cuando el cañón del revólver apuntó justo a la frente. 

— ¿Un revólver? ¿Enserio Yoongi? ¿Qué eres? ¿Un abuelo? 

Los ojos del pelinegro brillaron cuando reconoció a Jackson, el estúpido que había roto el corazón de Namjoon hace muchos años atrás dejándolo plantado en el altar. En ese momento, la puerta fue abierta por varios hombres con linternas apuntando a la pareja. 

Jackson sonrió gritando — ¡No olviden que viven con un traidor! — y entonces apretó el gatillo de una pistola que Yoongi no había notado que tenía, volándose los sesos. 

El mayor no logró reaccionar cuando RM, Hope y un rezagado Jimin corrieron hacia él. Los ojos del moreno se asombraron un poco, atravesando el shock de ver a la persona que más amó en su vida, muerta en el suelo en medio de un charco carmesí. 

— ¿Qué fue lo que pasó? — susurró Hope en su oído, sintiendo el ambiente absolutamente tenso. 

— No lo... lo sé — tartamudeó Yoongi, no sin antes decir — Creo que estamos en problemas. 


Maratón 4/? 

La pregunta aquí es ¿Se prendió esta mie***? 


Escape «Yoonmin»Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz