34. Ready, set...

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Jungkook miraba alrededor tomando rápidas respiraciones. No podía negar que se encontraba nervioso, estudió su parte tan bien que no había forma de que fallara, aún así la zozobra no lo abandonaba. Aseguró el casco de la moto bajo su barbilla y avanzó. Era una misión fácil y luego... tendría que correr para lograr entrar en el sendero a tiempo. Si se perdía corría el riesgo de ser atacado por un animal salvaje, pero cruzaba los dedos rogando que su suerte fuera tan buena como aquella que lo trajo de la muerte. El la motocicleta zumbó bajo sus muslos y entonces comenzó su recorrido. La carretera de grava y arenilla dejaba una estela de polvo detrás cuando pasaba rápidamente por el terreno. 

Los controles de la entrada principal habían sido rápidamente evadidos, tal y como Suga lo había descrito cuando lo entrenó. Un poco de coqueteo con al chica de la entrada y toda la misión había empezado. El recorrido hasta la segunda puerta, se sintió eterno, pues era realmente aquí donde necesitaría que nada saliese mal. 

Al divisar el custodiado acceso, alistó la marcadora de Paintball y ubicó el blanco listo para disparar.

Estoy seguro que si les doy en la frente obtendré 10 puntos más.

Apretó el gatillo llenando la amplia frente del oficial con pintura violeta.

— ¡¿QUIÉN CARAJOS SE ATREVE?! — gritó el hombre encolerizado.

Jungkook sonrió y disparó al menos cuatro veces más. Los oficiales corrían unos contra otros como pequeños muñequitos estrellándose entre sí. Ante aquella imagen la risa de Jungkook escapó de sus labios

— ¡Allí está él mocoso! — vociferó uno de los oficiales cuando divisó al peli rojo.

— ¡Mierda! — siseó jungkook lanzando la marcadora al suelo, encendiendo la motocicleta y derrapando en la dirección contraria cuando los oficiales corrieron hacia los autos, disparados en su dirección. 

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Yoongi rió levemente cuando observó lo que Jungkook había hecho. Un trabajo limpio lo llamaría él años atrás. Con su mano dio la señal para que los cuatro integrantes de su pequeña tropa se acercaran a su espalda.

— Llegaremos en tres horas a la casa de Jian, tomaremos un camino alejado de los peatones. Probablemente tenga un helipuerto cerca de Dasean- Ri, cuando encontremos el río, sabremos que estamos cerca y lo cruzaremos fácilmente.

Los demás asintieron sin dudar y le siguieron. El camino era genuinamente maravilloso, los amplios campos de flores rosadas y violetas, los frondosos árboles y la exuberante vegetación, convertían la travesía en un cuento de hadas. La sombra de los árboles les resguardaba del sol y les permitía ver a lo lejos los lugares que tenían una vegetación mucho más baja, llenos de pastizales y rocas.

— ¿Cómo llegará Jungkook? — preguntó Taehyung cuando descansaban en un recoveco rocoso cercano, fatigado después de la larga caminata. — No hay nada alrededor para que logre guiarse — afirmó revisando su entorno — ¿Estás seguro que son 3 horas?

— ¿Tres horas? — cuestionó Yoongi divertido. — Dije 3 días Taehyung, hay montañas y no podríamos atravesar la seguridad por el lado de Yeongdang - Ri. Es un parque de más de trece kilómetros cuadrados... No logras atravesarlo en tres horas...

El peliverde dejó caer su boca en asombro mientras los demás se burlaban de él.

— ¡Que mierdas les parece gracioso! — refutó — ¡Estamos atrapados en un puto bosque por tres días sin comida y si-

— Deja la estupidez — le reprendió Hoseok, golpeándole el cuello. — Yoongi pasó toda su vida aquí, llegaremos en algunas horas más si andamos rápido, el que puede tardar un poco más es Jungkook. Ahora deja las preguntas idiotas y camina.

Todos se levantaron dejando algunas risitas ante el pronunciado puchero que hizo Taehyung. Cuando formaron la fila india que llevaban todo el trayecto, Jin jaló despacio la manga de Namjoon buscando su atención.

— ¿Te preocupa algo rosita? — consultó el moreno con una sonrisa cómplice.

Jin sonrió sonrojándose por el apodo. — Calla — le dijo con una leve risa — ¿Cuando me contarás la verdad sobre Jackson?

El moreno perdió algo de color. No había forma de explicarle a Seokjin que Jackson lo plantó en el altar, después de ser novios toda la vida. Su primera vez, su primera amor, el inicio de todo en su vida siempre había sido Jackson... hasta aquella vez, claro, ese día su matrimonio no fue lo único que se fue a la mierda. El mayor lo detuvo por los hombros y lo vio fijamente a los ojos.

— Mira Jin, no hay explicaciones para ello, Jackson es parte del pasado, uno al que no deseo ni puedo regresar. ¿Lo entiendes?

El menor asintió, observando como Yoongi volteaba la cabeza y le daba una advertencia silenciosa, en su interior, era absolutamente consciente de la relación que estaba estableciendo con el moreno y que a pesar de ocultarla con la mayor cautela posible, el pelinegro tenía un absoluto conocimiento de lo que sucedía. No entendía a ciencia cierta cómo fue que se enteró, pero no cabía duda que sabía mucho más de lo que dejaba entrever. 

El camino continuó largo y silencioso mientras la oscuridad se iba posando sobre ellos, la temperatura estaba realmente baja, faltaría poco para que nevara por lo que disimuladamente todos se frotaban las manos y contemplaban el vaho salir de sus bocas. 

— Allí — susurró Hoseok deteniendo al grupo, cuando una imponente y amplia casa, con lo que lucía como un hangar se asomaba ante ellos. 

— Se estaban tardando ¿No creen? 

La melodiosa voz de Jungkook les hizo dar un saltito en su sitio. El depositó su maleta de camuflaje en el suelo diciendo

— Elijan bien sus armas. Porque esta tiene que ser la última vez que veamos a ese hijo de puta. 


Estamos tan cerca del final, ya lo ven, ya lo veo y simplemente saltará sobre nosotros. Los amo rían sin moderación y nos leemos por ahí. (UvU) 

Escape «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora