17. No estás listo pt 2

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Jimin se ubicó detrás del chico para soltar los fuertes amarres, tardaría un buen rato en deshacer los hábiles nudos y con el intermitente dolor en sus costillas llevaría un poco más de trabajo si un ataque de dolor lo atravesaba.  Decidió aligerar el ambiente con una pequeña conversación. 

— Cuéntame tu historia Jin. ¿Por qué acabaste en manos de Jian?

— Por imbécil — susurró el muchacho, dejando entrever la amargura en su voz. 

— Es una larga historia — suspiró. 

— Tardaré un poco, así que ... tenemos tiempo.

El pelirosa, se aclaró la garganta trayendo los recuerdos a su cabeza. 

— A mi me encantaban los ... juegos... creo que tenía un problema con el juego, pasaba mis tardes en el casino, apostando y ganando dinero. Me acostumbré a nunca perder. Me volví bueno en ello. Hasta que un día... lo perdí todo...

Jimin podía notar la desesperanza en la voz de Jin, se escuchaba afligido y derrotado. 

— Las deudas comenzaron ha aparecer, los cobradores acosaban día y noche. Si las cosas seguían así iba a perder a mis padres. Jugué aún más fuerte, creyendo ciegamente que podría recuperar el dinero. Tenía fe, sabía que la mala racha se iría... pero como un adicto... jamás vi las cosas objetivamente... no fui consciente de la realidad. — Su voz se encogió. 

— Un tarde, hace un año, Jian Lei me encontró y ofreció pagar todas mis deudas a cambio de algunos "favores". Fui tan ingenuo... — finalizó suspirando. 

Jimin sonrió tristemente en simpatía, acabar en esta mierda no era agradable de ninguna forma. 

— He terminado — anunció con un deje de emoción — Esperemos que esto funcione. 

— ¿Qué planeas hacer? — preguntó el pelirosa, sobando sus muñecas. 

— No te asustes ... — dijo Jimin mientras sacaba un revólver de su pantalón — Esto será algo... 

El pequeño salto que dio Jin al ver el arma no pasó desapercibido.

Está genuinamente asustado 

— Te sacaré de la casa y luego tomaremos un auto. Te llevaré al consulado o algo así para que puedas regresar. 

— ¿Regresar?

— Eres coreano ¿No es así? 

El pelirosa asintió lentamente con la cabeza, sintiendo algo de felicidad inundarle. Después de tanto tiempo regresaría a casa, todo el dolor en su corazón podría ser lentamente sanado mientras cocinaba Kimchi con su madre. 

— Gra-gracias — tartamudeó con pequeñas lágrimas asomándose por sus ojos. 

— Te deberé una muy grande.

Jimin sonrió hasta que sus ojos desaparecieron. Sentía el regocijo de ayudar, él haría algo que desearía le pasara a Jungkook. Juntos se levantaron dando una profunda respiración y saliendo por la puerta. 

— Solo sígueme la corriente ¿Está bien? 

El pelirosa asintió con la cabeza dando cortos pasos detrás del rubio. Pronto se encontraron en una amplia estancia, asumiendo que era el ala principal. Dieron un pequeño gritito cuando un hombre salió de la nada diciendo 

— ¿Dónde creen que van? 

— Lo llevaré a... afuera.

El hombre levantó una ceja, mirando fijamente a Jimin 

— ¿Por orden de quién? 

En cuestión de minutos había varias personas en la habitación, por no decir que todo el personal que constantemente rondaba la casa estaba allí. Solo faltaban los tres principales, RM, Hope y por supuesto Yoongi. 

— ¡Él se va con... conmigo! — declaró desafiante, cayendo en el pánico y la provocación del momento.

El hombre cuyo nombre desconocía se acercó, tratando de tomar a Jin por los brazos, entonces Jimin levantó el revólver y apuntó a su cabeza. 

— Si te mueves, disparo. Suga no estaría tan feliz ¿Verdad? 

El hombre se congeló en su lugar. Hay una orden tácita sobre todos y cada uno en esa casa. Nadie toca lo que es del jefe. 

— ¿Crees que dejaría ir un prisionero solo por ti, mocoso? — lanzó alguien desde la escalera. 

Jimin se quedó en silencio, viendo cómo se ubicaban formando un pequeño camino de humanos.  Se abrió paso con tranquilidad, sosteniendo firmemente el revólver en su sien. En ese momento la puerta principal fue abierta, se obligó a detenerse cuando RM, Hope y Yoongi la atravesaron.

— ¿Qué está pasando aquí ? — preguntó el pelinegro desconcertado, viendo la fila hecha por sus sirvientes. Cuando su vista cayó en Jimin, el revólver y el chico de cabello rosa, la ira le atravesó.   

Jimin se doblegó ante la furia en su mirada. Sintió a Jin temblar a su lado, estremeciendo su cuerpo. 

— ¿Qué crees que haces Jimin? ¿Planeas soltar a nuestro prisionero?  — interrogó con la mandíbula apretada. 

— Yo... este... yo 

Sintiendo los músculos de sus hombros tensarse, habló con la voz más inerte que encontró. 

— Vamos dispara. Hazlo . Si tanto lo deseas libre, darás tu vida por él entonces. 

El arma en la mano del rubio vibró. Tantos ojos sobre él lo tenían absolutamente nervioso. 

— Vamos Jimin, todos aquí tenemos muchas cosas que hacer como para esperarte. Dispara. 

El menor logró notar que el tono relajado de Yoongi no era más que una fachada. Cólera  contenida junto a sentimientos indescifrables se agolpaban detrás de los penetrantes ojos negros. 

— ¡Ah! — gritó Jimin cuando el arma fue arrebatada de sus brazos, cayendo al suelo con un ruido sordo. De pie con los ojos como platos, observó a Seokjin arrodillarse diciendo 

— No le hagan nada. Ha sido mi culpa yo lo... lo engañé. Es a mi a quién...

Su discurso fue cortado por RM, que pateó el arma y sujetó al pelirosa por el cuello. 

— Tu y yo tendremos una seria conversación — aseguró mientras lo arrastraba a alguna habitación. 

— ¡A lo suyo! — ordenó Yoongi — ¡Ahora!  

Todos escaparon de la estancia prácticamente corriendo, incluso Jimin iba a moverse cuando el pelinegro lo tomó del brazo y susurró — Al estudio. No te atrevas a escapar esta vez. 


¿Qué tal están todos? Yo... sucumbiendo a la universidad. Perdón por tardar tanto. Siento que se viene un montón de drama y tortura pero no se si llene sus expectativas. ¡Los amo! nos leemos el otro lunes. Sonrían sin moderación y sean MUY MUY felices. 

¿Algún día tendremos un Yoongi no tan psicópata? 


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