25. Untrusted

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Todos se encontraban en el auto sintiendo la tensión colarse por su cuerpo, Yoongi conducía y Jimin iba como su copiloto. La situación era tan extraña que RM y Hope no lograron evitar otorgarse algunas miradas contrariadas. ¿Un traidor? ¿A qué se refería Jackson con ello? El viaje fue tan rápido que no les dio tiempo para pensar. Al llegar a la casona la situación explotó de forma controlada. 

— ¿Jefe? — preguntó uno de los mejores asesinos de Yoongi, en voz alta en la mitad de la gran estancia.

 — ¿A qué se refería el muchacho? 

El pelinegro frunció el ceño, altamente irritado con la situación. 

— ¿Tendría yo que saberlo? ¡¿No se dieron cuenta que estaba loco?! ¡Él mismo se voló la cabeza! 

Namjoon también arrugó las cejas. El Jackson que él conocía no sería capaz de hacer algo similar. Estaba consciente de que se casaba con alguien muy particular pero de allí a suicidarse, tendría que haber algo más. 

— ¿Estás seguro de ello Suga? — cuestionó el moreno — Siento que hay piezas faltantes aquí. 

El mayor levantó una ceja y le dio una mirada acusadora. 

¿Está desconfiando de mí? pensó el pelinegro con terror. 

— ¿No tienen trabajo que hacer? — demandó Yoongi fastidiado. 

— ¡A trabajar, todos! — finalizó moviendo la cabeza, para qué Namjoon y Hoseok le siguieran. 

El ambiente se sentía tenso, como una bomba que podría estallar en cualquier momento. Si los de menores rangos empezaban a desconfiar de Yoongi, estarían perdidos. No habría nada que les impidiera vender la información que poseían o incluso aceptar las recompensas por las cabezas de sus jefes. No era un secreto que por Suga, RM y Hope, ofrecían millones de wones en el mercado negro. Sus negocios eran tan prósperos, que toda la competencia les quería muertos, incluyendo la policía. 

Desde el segundo piso Taehyung y Jin habían observado todo, preguntándose qué había pasado. 

— Iré a esa reunión — le susurró el peliverde a Jin —Siento que podría salirse de control. 

El de cabello rosa asintió con la cabeza y se fue detrás de Jimin quien por orden del mayor fue enviado a la habitación. 


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— ¿A qué carajos te referías con eso Namjoon? ¿Qué insinuaste delante de todos? — bufó el mayor cuando entraron la habitación. 

— ¡Qué esperabas! ¡Jackson no era así! — replicó el moreno moviendo su cabeza de un lado para otro negando. 

— Él no... no podría... 

Su voz se fue desvaneciendo, siendo reemplazada por lo que jurarían todos sería un sollozo. Taehyung llegó a su lado en silencio absoluto abrazándolo, recostando la cabeza del peliplata en sus hombros. 

— ¿Tú tampoco me crees? — cuestionó Yoongi a Hope. 

— No puedo negar que es extraño Yoon... — se arrepintió de decir su nombre real, aunque al final decidió que era el momento de ser más sinceros que nunca. 

— Habló de traición ¿Sabes lo que eso significa? Los cuatro sabemos que la información se está filtrando, que no hay pistas de Jian, porque se resbala de nuestras manos como azúcar. ¿Por qué será? 

— ¿Estas insinuando que es mi culpa? ¿Acaso soy yo el sapo? 

— ¿Quién más? — susurró el moreno con los ojos rojos por el llanto  — Todo se parece a lo que sucedió en aquella época, justo cuando estábamos cerca de la gran misión y tu padre murió. 

Yoongi cerró con fuerza los ojos, no estaba listo para abrir esa herida. Se había sincerado con Jimin hace un mes y eso casi le cuesta su cordura. Su corazón estaba sangrando por todos los secretos, simples afirmaciones que podrían llevarse su vida con ello. No estaba listo para aceptar en voz alta que la muerte de su padre fue su culpa, que sus errores fueron los que los arrastraron a esta realidad de mierda, los que los convirtieron en las escorias humanas que eran en la actualidad. 

— ¿Crees que yo no desearía regresar el tiempo? — preguntó con dolor — No hay nadie que lo anhele más que yo, retornar a los años de academia donde nuestro futuro era brillante, hermoso y... 

Las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Hoseok estiró su cuerpo en un intento por librarse la incomodidad. 

— La muerte de tu padre fue... inesperada Yoongi, no solo arruinó tu vida — aseguró el pelinaranja mirando a la ventana.

 — Los cuatro estamos aquí por ello. Un cirujano experimentado — señaló a Taehyung — El mejor hacker — volteó  su cabeza hacia Namjoon — el mejor francotirador — se apuntó a sí mismo — Y el mejor estratega — concluyó señalándolo a él. — En aquel entonces las posibilidades de que tu padre muriera eran nulas, por ende, no te preguntas ¿Por qué fue él, el primero en recibir un disparo? 

El pelinegro se volteó hacia la mesa y sujetó el borde con fuerza. No podía confesarlo todo, no ahora que sabía que Jian Lei solo había encontrado en los dos chiquillos una excusa para cobrar los errores del pasado. ¿La vida de su padre no había sido suficiente pago? ¿Qué más podría dar si ya no tenía nada? Un cabello rubio alborotado, unos cachetes esponjosos y ojos de color chocolate aparecieron ante su mente. Tras 10 años de mierda había aparecido una debilidad, aquella que estaba poniendo en duda todo lo que construyó a través del dolor. 

Taehyung suspiró sonoramente, odiaba esto. Él era un chiquillo con futuro hasta que la mierda cayó sobre él y ahora no podía sacarse de encima la pena que fluía en la habitación. 

— No es como si lográramos cambiar el pasado ¿Saben? Hemos comido mucha mierda, pasado por muchas cosas y tenemos suficiente de ello. Y a pesar de no saber qué pasó, también siento que Yoongi nos debe una parte de la historia... ¿No nos dirás nada más? — le preguntó con voz suave y comprensiva. 

El pelinegro exhaló con fuerza antes de decir — Jian quiere a Jimin como presa, pues según él, Seokjin siempre le ha pertenecido. 

La ira se apoderó rápidamente de la expresión del moreno. 

— Jin no es una propiedad para intercambiar — aseveró con voz gruesa. 

El mayor movió su rostro y lo miró a los ojos. Namjoon era uno de sus mejores amigos, su hermano de otra madre y estaba allí, indignado y contrariado por sus acciones. Aún así se mantuvo de pie, fuerte y sin chistar cuando Jackson se voló la cabeza. 

— Lo sé. Lo entiendo perfectamente, solo hay un problema con ello — se lamentó dedicando una mirada adolorida a todos los presentes — No puedo dejar ir al rubio, no a menos que quieran que muera.

Los tres se miraron con asombro y a pesar de no tener telepatía un pensamiento dominó en la sala. 

 Estamos jodidos 

Maratón 5/?

Perdonen si quedo muy largo pero... lo necesitaba. Creo que tanto su escritora como el escrito lo deseaba así. 

Escape «Yoonmin»Where stories live. Discover now