27. He died

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⚠️ ¡Aviso! ¡Alusión a métodos de tortura! ¡Si eres una persona sensible y pura mejor omitir! ⚠️

Jimin miró hacia la ventana sintiéndose extraño de nuevo, la noche que pasó con Yoongi fue demasiado reveladora para sí mismo. Aún no sabía nada del mayor, no conocía sus gustos, sus tristezas y felicidades. No compartía nada con él más que la cama y las desgracias que le causó y aún así ya lo quería. No deseaba palabras mayores, demasiado compromiso y demasiado dolor.

El firme cuerpo a su lado se removió atrayéndolo al imponente calor que emanaba, como si necesitase un peluche para dormir.

¿Por qué su personalidad es tan difícil de leer?

En ese momento la puerta fue abierta de par en par por la cabellera naranja de Hoseok. 

— ¡Suga! — le gritó en medio del afán — ¡Han venido por nosotros!

El mayor se levantó como un resorte y lo observó aturdido.

— ¡Nos encontraron hombre! ¡Hay que dejar este maldito país!

Con esa orden salieron corriendo, porque ahora el rumbo había cambiado, aunque, era imposible saber si había sido para bien o para mal.

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Jungkook removía sus muñecas entumecidas por el dolor, intentando no tocar sus dedos, pues se encontraban cicatrizando a medias después de que le retiraron todas las uñas una a una. Aún sentía las náuseas del viaje. Odiaba andar en barco y estar atado de manos y pies lo había hecho una tortura más. Él podría jurar que el viaje fue de al menos 23 horas. Viendo la oscura habitación reflexionó sobre lo que había pasado durante estos casi 5 meses. Su cabeza llevaba la cuenta, aunque sabía que para su cuerpo se sintió como una década. Siempre creyó que lamentarse sobre el pasado estaba mal, que de alguna forma todo sucedía por una razón determinada y que en la vida lo último que podría decir es no debí, pero ahora, se arrepentía profundamente de esa noche.

El sexo con Hope había sido la cosa más espectacular que probó en sus cortos 20 años. El hombre estaba perfectamente construido y se movía con la fluidez de los dioses, si tan solo pudiese tenerlo en su cama una vez más, podría darse por bien servido o al menos, ese era su consuelo cada vez que Jian Lei entraba en la habitación para golpearlo hasta el cansancio por información que desconocía.

Su cuerpo se estremeció en el momento en que el robusto hombre atravesó la puerta principal, prendiendo la luz y cegándolo momentáneamente con ella,  esta vez venía acompañado de dos gorilas que cargaban un tanque de agua.

No el agua de nuevo rogó mentalmente recordando lo horrible que había sido respirar el líquido y sentir cómo quemaba en sus pulmones.

— Buenos días — dijo el hombre con una amplia sonrisa en su rostro. — Espero que estés colaborativo Jungkook. Vamos a empezar.

El menor fue sentado en una silla, amarrado con sus manos a la parte posterior, con el tanque a su espalda, listo para ser abalanzado sobre el líquido otra maldita vez.

— Por cada no sé que respondas hoy, te ganarás un minuto en el agua ¿Entendiste?

Las lágrimas no tardaron en aparecer, su pecho comenzó a subir y bajar frenéticamente ante el recuerdo, hiperventilando de inmediato, sintiendo de nuevo el mareo apoderarse de su cerebro, con todas su fuerzas se negó lo mejor que pudo, siendo sujetado bruscamente por el cuello.

— ¿Dónde esconde Suga su mercancía?

Jungkook movió su cabeza de lado a lado siendo incapaz de responder. Cerró sus ojos cuando su cabeza fue sumergida en el agua fría, sintiendo su nariz quemar al verse obligado a respirar en el fondo. Sus pulmones sofocados hacían el mayor esfuerzo por aguantar, hasta que salió del agua y tomó una dolorosa bocanada de aire.

Quería gritar por auxilio, sollozar y retorcerse del dolor como la última vez. Rogaba perder pronto el conocimiento para no pasar por el suplicio, pues sería mil veces mejor jamás recordar.

— Si sigues así, será una larga tarde chiquillo — aseguró Jian riendo.

Jungkook lo miró indefenso, mostrando que realmente no conseguiría nada, ni siquiera cuando deshiciera su cuerpo a pedazos. El hombre arrugó el entrecejo, enojado por el estúpido descubrimiento.

— No me gustan los mentirosos ni los maricas — afirmó — Y ya que no me sirves para nada, me desharé de ti. Eres un saco inútil de carne.

El peli rojo lo observó con absoluto pánico.

¿Él va a matarme?

— Prende la cámara — ordenó a uno de los gorilas — Envía esto directamente al celular de Suga, si es que aún lo conserva y logra escapar del regalo que le envié — exigió con sorna.

Cuando el botón rojo alumbró comenzó a decir felizmente.

— ¿Cómo estás Suga? ¿La policía te trató bien? imagino que te escabulliste como la rata que eres, así que quería enviar un pequeño regalo. ¿Sabes como me gustan los chiquillos? — preguntó sonriendo al lente — Estoy seguro que Jackson te dió una perfecta demostración de ello — rió — Me gustan muertos, calladitos como las putas maricas que son. Así que aquí te lo envío... ¡Claro! Si logras encontrar el cuerpo antes de que se pudra con las ratas.

Jungkook gritó con terror cuando fue retirado de la silla y lanzado al suelo. Un hombre delgado y sonriente entró usando botas militares.

¿Pero qué pretende?  se dijo cuando lo vio acercarse. Sintió como los dos gorilas ataban sus piernas y lo sostenían de los brazos esperando al sujeto. Cuando estuvo cerca de su cuerpo, notó las claras intenciones y se llenó de espanto.

— ¡NO! — aulló cuando el hombre saltó por primera vez sobre su pecho, sacando todo el aire de sus pulmones y causándole un agudo dolor. Un salto tras otro fue quedándose sin voz y sintiendo como sus costillas comenzaban a ceder. Notando que posiblemente sería el último respiro que podría dar soltó con fuerza — ¡No fue tu culpa!

Y así con un salto final sobre su tórax el menor dejó de respirar, el mundo a su alrededor se tornó más oscuro de lo que jamás había sido y estaba seguro que no regresaría esta vez. 

Por algo me dicen la reina del drama 💅🏽. ¡Los amo! ¡Rían sin moderación y nos leemos mañana (?)!

Escape «Yoonmin»Место, где живут истории. Откройте их для себя