10. Real

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⚠️¡Aviso! ¡Contenido sexual! ¡Si eres una persona sensible y pura mejor omitir!⚠️

Así, en un férreo abrazo se mantuvieron por lo que creyeron fueron horas. El pelinegro lo levantó del suelo y lentamente sin parar de consentirlo lo llevó hasta su recámara. Con toda la delicadeza que un hombre sin alma podría mostrar lo guió al baño, sentándolo sobre la tasa mientras llenaba la gran tina con agua caliente. Jimin miraba a la nada, todavía con leves lloriqueos y algunos espasmos, viéndose como un muerto viviente, pálido, lleno de vómito y destrozado. 

Suga solo lo observó, rogando porque saliera del estado catatónico en algún momento. Cuando la tina se llenó, lo desnudó rápidamente, el menor no opuso resistencia. Levantó el liviano cuerpo y lo depositó con delicadeza en la tibia superficie.

— Shh pequeño... ya pasará ... — dijo tratando de calmar los pequeños gimoteos con suave voz.

Pasado unos minutos, el menor no reaccionó, tan solo siguió sollozando y temblando. Ante esto, el mayor se desvistió, ingresando en la tina con un pequeño estremecimiento por el cambio de temperatura. Se quedó allí, perdido en la suave y bronceada piel que tenía enfrente, tratando de pensar alguna forma de hacerle reaccionar. Tomó algo de agua y la regó en el sedoso cabello rubio, buscando repartir algo de calor en las esponjosas mejillas. 

Se acercó a los carnosos labios, temeroso y con cuidado, intentando no asustarlo. Comenzó a besarlo lento y seguro, sin prisa y con fuerza llamando a la lujuria que sabía el menudo y esponjoso cuerpo contenía en su interior. Lentamente Jimin empezó a entregarse, despertando una a una, las terminaciones nerviosas de su cuerpo, nublando el dolor y dando paso al absoluto y lujurioso deseo, a todas esas oscuras ganas que albergaba en lo profundo de su ser por ese hombre del que no era más que un esclavo. 

Las grandes y pálidas manos trazaron caminos por todo el cuerpo ajeno, asegurándose en las delgadas caderas para obtener mejor control. El menor empezó a balancearse lentamente, cegado por el deseo que ahora se había apoderado de su cuerpo. Hábilmente se subió a horcajadas sobre las piernas contrarias, ubicándose sobre la pronunciada erección del mayor. 

Suga lo separó en busca de un pequeño frasco cuando el menor lo jaló del cabello húmedo.

— Sin lubricante — susurró extasiado y estuporoso.

— Mmhg... ¿Seguro?

— Si~ — sollozó demasiado excitado como para pensarlo dos veces.

El pelinegro cambio de posición, recostándole contra el borde de la gran tina. Se subió sobre él, acariciándolo con delicadeza, como si profundamente le importase. Abrió los suaves muslos hasta que rozaron con los bordes de la bañera, se arrodilló un poco y lo penetró despacio, sosteniendo con fuerza la cadera, sacando un agudo y doloroso gemido del menor. Esperó algunos minutos disfrutando de la piel del cuello, mientras el rubio se relajaba.

—Mmm... ya ... puedes... ya

Sus palabras fueron cortadas a la mitad cuando empezó un lento y profundo vaivén de caderas, escalando el placer sin prisa estocada tras estocada. 

— Más — pidió el menor en medio del estupor. — A-as-sí~

Sollozó cuando Suga cambió de posición, llegando más profundo, llenándolo por completo. En unas cuantas embestidas el ritmo se tornó intenso, ahondando en Jimin, quien gemía cada vez más fuerte. 

— ¡Ah! Su-su-ga, me voy ¡ah! ¡ah!~ — su orgasmo fue interrumpido por el repentino abandono de su cavidad. Con un puchero subió sus ojos brillantes, turbados y confundidos a la penetrante mirada del pelinegro.

— Yoongi — dijo sin más.

— ¿Q-ué? — preguntó el menor desorientado.

— Yoongi ese es mi nombre... — susurró el mayor — No me llames de otra forma si estamos así.

El rubio asintió, tratando de acelerar la situación antes que la excitación lo abandonara. El mayor lo embistió de nuevo, rápido y certero, llevándolo al nivel donde antiguamente se encontraba en unas cuantas estocadas.

— ¡Yoon~ yoongi! — gritó Jimin corriéndose entre sus abdómenes cuando era llenado por la esencia del pelinegro.

Se quedaron un momento así, superando el letargo post orgasmo mientras el agua se enfriaba a su alrededor. Los ojos cafés del menor se centraron en Yoongi, asimilando lo que había pasado hace unos instantes.

¿Me ha dicho su nombre real? 

El pelinegro sintió la incomodidad crecer en su vientre, se levantó rápidamente saliendo con torpeza de la tina, buscó sus pantalones y los calzó sin siquiera detenerse a secarse. Dejó la estancia como un rayo de luz y a un Jimin absolutamente desconcertado en el agua.

Primero que todo pido por perdón... dos semanas sin actualizar... esta vez no tengo excusas... solo puedo decir que lo siento. Espero haya funcionado lo que escribí. Soy mala con los detalles excesivos del Lemon demasiado explícito, suelo inferir más aunque me estoy entrenando para que salga mejor. Espero les haya gustado el capítulo. Rían sin moderación y nos leemos esta semana con otro capítulo. Los amo muchísimo.



Escape «Yoonmin»Where stories live. Discover now