Capitulo 16.-

2.7K 172 8
                                    

Camila's POV.

Solté un suspiro entrecortado cuando mis ojos se posaron sobre esos iris verdosos. El miedo iba disminuyendo en mi cuerpo pero aun así no podía bajar la guardia. Eran cerca de los una de la madrugada, estaba sola en casa ¿Cómo carajos Lauren entró?
Lauren fijó su vista en mi mano derecha, y rió, al ver mi pequeña mano rodear el candelabro. Mis dedos apenas alcanzaban a rodearlo, pero aún así podía defenderme. Lauren era una idiota y yo odiaba cuando ella me subestimaba de esa manera.
Carraspeé la garganta. Dejé el candelabro en la isla y rodeé mi cuerpo con mis brazos. La mirada de Lauren sobre mí me causaba escalofríos, pero no eran de estos agradables que sientes cuando la persona que amas te observa. Su mirada era penetrante, hasta desquiciada. Y me daba miedo.
—Qué estás haciendo aquí? —susurré con voz ronca.
Al igual que en la llamada, Lauren guardó silencio. En otra circunstancia, podría decir que hubiera sido un silencio agradable, pero ahora, no era el momento ni el lugar adecuado para su estúpido silencio.
—¿Cómo entraste? —probé con otra pregunta.
—Por la puerta. —Lauren respondió con simpleza y se encogió de hombros.
Comenzó a caminar, rodeando la mesada sin quitar su mirada de mí. Me sentía como un estúpido criminal en un interrogatorio policial antes de ser enviado a la corte. Escuché con atención cada uno de sus movimientos.
Lauren se detuvo justo a mis espaldas. El vello de mi nuca erizándose a medida que ella respiraba. La chica de ojos verdes, pasó la punta de sus dedos sobre mis brazos desnudos y la piel se me erizó automáticamente. Lauren rió.
—Me encanta cuando estás asustada... —ronroneó cerca de mi oreja. Cerré los ojos con fuerza, aguantando la respiración.
—¿Cómo entraste a la casa, Lauren? —probé una vez más.
—Ya te lo dije, nena —ella susurro, acariciando mi hombro esta vez. Me estremecí—. Entré por la puerta.
—Basta de juegos por favor —me giré a verla, y retrocedí un paso, al estar tan cerca de ella.-- Las puertas estaban cerradas. ¿A qué has venido?
—A hablar contigo.
Una sonrisa que cubrió todo el rostro de Lauren se formó. Me quedé mirándola por unos segundos, y vi como sus pupilas se dilataban de a poco. Estaba drogada.
Preferí llevarle la fiesta en paz y aceptar que hablara conmigo. Además, mañana no se acordaría de nada.
—Está bien —asentí. Ella sonrió aún más—. ¿Quieres una taza de café?
—No. Solo quiero hablar contigo.
Lauren tomó mi mano, y con mucha libertad, se movió con agilidad dentro de mi casa. En un momento, titubeó y dudó. Si ir a mi habitación o quedarnos solo aquí, en la sala.
—Mamá no está en casa. —susurré y ella asintió.
Nos guió a ambas al sillón. Me senté, y ella se ubicó a mi lado. Miré cada uno de sus movimientos. La droga en su cuerpo la volvía un poco torpe. Alborotó su cabello, y me miró. Sus ojos, que antes eran verdes, ahora eran negros como la noche.
—He recordado algunas cosas... —comenzó ella. Le puse toda la atención posible, pero cuando iba seguir hablando, mi teléfono, que aun se encontraba en mi mano izquierda comenzó a vibrar.
Miré la pantalla, y la llamada era de Hailee. Lauren me miró, y le hice una seña para que esperara. Solo asintió.
—Hola? —atendí la llamada, sintiendo la respiración agitada de mi mejor amigo por el otro lado de la línea.
—Mierda, Camila ¿Estás bien? Voy saliendo a tu casa ahora. Recién leí el mensaje. ¿Está todo bien?
—Sí —reí por lo bajó intentando tranquilizarla, sintiendo encima la mirada de Jauregui—; solo era Lauren.
—¿Lauren está en tu casa?
—Así es.
—¿Necesitas que vaya? Porque si me necesitas ahí, sabes que iré.
—Todo está bien, Hailee. Muchas gracias por todo, de verdad.
—Bien —ella suspiró—. Si necesitas algo, cualquier cosa, por favor llámame.
—Está bien, Haiz. Muchas gracias por todo. Que descanses.
Ella bufó —No podré pegar un ojo hasta que me avises que estás bien, pero bueno. Te quiero. Buenas noches.
—Yo igual, Hailee. Buenas noches.
Cuando corté la llamada, apoyé el móvil sobre la mesita de centro, y centré toda mi atención en Lauren.
—Por favor, continúa.
Lauren se encontraba callada, mirando a un punto fijo, sin si quiera pestañear. Detestaba eso. Antes que Lauren y yo fuéramos novias, ella fumaba marihuana y aspiraba cocaína pero después de que comenzamos a salir, lo dejó. O eso creí.
—Lauren —toqué su hombro, y ella brincó un poco. Me miró, y sus ojos estaban desorbitados. Fruncí el entrecejo y ella comenzó a reír—. ¿Podrías hablar ya? Tengo sueño y quiero ir a dormir.
—Si quieres, puedo acompañarte —ronroneó. Se abalanzó sobre mí, y como pude tiré su cuerpo hacia atrás.
—Ya... —protesté. Ella se acomodó bien en su lugar, y me miró sonriendo—. Si no vas a hablar, te invito a que te retires.
Me puse de pie, y Lauren jaló mi mano, para que mi cuerpo cayera sobre su regazo. En cuando traté de ponerme de pie de nuevo, me moví sobre ella y Lauren gruñó. La ojiverde rodeó mi cintura con sus brazos, apretándome contra su cuerpo. Traté de moverme, quitar sus brazos que serpenteaban alrededor de mi cuerpo, pero lo único que conseguía, era que Lauren lanzara gemidos estúpidos.
—No te pongas pesada... —reclamé, mirándola fijo.
—Eres tan aburrida —ella bufó, como una niña pequeña, haciendo un mohín. Me liberó de su agarre improvisado y me senté bien, manteniendo un poco la distancia—. Bueno, como la señorita aburrida aquí presente, no quiere jugar un rato, yo...
—¿Podrías dejar tus idioteces de lado y hablar de una vez? Dime lo que tenías que decir y lárgate.
Lauren rodó sus ojos, y brotó sus manos. Chupó sus labios hacia dentro de su boca, y me miró, ladeando la cabeza.
—¿Y bien? —insistí, un poco más calmada.
—Como te iba diciendo, he recordado algunas cosas.
—¿Sobre qué? —la ansiedad de que ella me revelara lo que había recordado jugueteaba en mi estómago.
—Sobre ti...

Same Mistake (Camren)Where stories live. Discover now