Capitulo 22.-

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No one's point of view.

Una semana había pasado desde aquel incidente en la fiesta de Liam. Una semana en la cual Camila y Lauren no se vieron las caras. Una semana en la que ella no salía de su habitación por miedo a encontrarse con Ariana en la calle. Una semana, donde hubo lágrimas y dolor.
Los sentimientos encontrados que recorrían en ese momento a Camila la hacían sentirse físicamente enferma. Después de una semana de haber faltado a clases, ahora se encontraba ahí, parada en medio de la puerta de entrada siendo empujada por algunos estudiantes que entraban apresurados. Ella se encontraba estática. Quería huir de todo aquello, quería paz, quería libertad. Quería volver a su habitación y resguardarse bajo los edredones y desahogarse, pero sabía que eso era algo que su padre no le había enseñado. Alejandro Cabello antes de morir, le había enseñado a Camila desde pequeña que debía luchar contra sus miedos, ser alguien fuerte. Ella no debía adaptarse al resto. Si quería ser diferente, que lo fuera. Pero que nunca se dejara pasar a llevar. Pero ella se sentía rota porque en el momento en que se decidió a entrar vio a Lauren bajar de su motocicleta con Stella de la mano. Ambas chicas pasaron por su lado. La morena la miró con una ceja alzada y una sonrisa triunfante. Lauren la miró con resentimiento, como si supiera algo de Camila y que la ella no sabía.
Y es que ese era el problema. El día de la fiesta de Liam, Lauren había recibido un mensaje multimedia con una foto de Camila y una chica tendidos en una cama. Ella la estaba manoseando y visiblemente, ella se dejaba.
Cuando su celular vibró, Lauren había dejado de besuquear a Stella. La ojiverde había mirado la pantalla de su teléfono y había borrado el mensaje de la castaña sin siquiera abrirlo, sin saber el error que había cometido. Y después, olvidó todo. Quizá fueron las copas de más que se tomó con Stella o el simple hecho de estar tan enojado con ella mismo y con Camila que el odio que sintió por ella en ese momento bloquearon los pensamientos y la hicieron pensar con la cabeza. Y no precisamente con esa cabeza, sino más bien, con la cabeza.
Lauren y Stella se detuvieron en la puerta de entrada para besarse. Camila soltó un suspiro y armándose de valor comenzó a caminar. Sintió como su corazón se encogía cuando pasó por el lado de su ex novia, la cual soltaba leves gemidos provocados por los jalones en el cabello que le proporcionaba la otra chica.
Camila pasó por su lado y la chica de piel pálida rompió el beso para seguirla con la mirada. Se sentía culpable por estar comportándose de esa manera con la chica. Pero ella se lo había buscado ¿no? Aun así, pensando miles de cosas malas de la castaña, tiró a un lado a la morena y siguió a su ex novia por el pasillo levemente vacío.
Ella caminaba con cuidado, como si estuviera buscando a alguien y si lo veía, saldría corriendo. Sus delgados brazos iban abrazando su frágil cuerpo. Sus hombros caídos hacia adelante.
Cuando la ojiverde estuvo a un metro de distancia, apoyó su gran mano en el hombro de ella. Camila saltó, quedando congelada en su lugar. Se estremeció, y cuando fijó su mirada en los ojos verdes de Lauren, visiblemente se relajó. Sus ojos castaños habían perdido el brillo, su piel estaba más pálida de lo habitual, y sus ojos eran adornados por potentes ojeras. Parece que llevara días  sin poder dormir, pensó Lauren. Y estaba en lo correcto.
—¿Qué te sucede? —susurró Jauregui. Camila la miró, frunció el ceño y se alejó.
Lauren suspiró derrotada, sabiendo que Alexis estaría enfadada por la actitud que ella había optado hace unos minutos atrás. Ignorando los chillidos de la morena a sus espaldas llamándolo, Lauren caminó detrás de Camila.
—Camila —volvió a hablar Lauren, pero ella lo ignoró—. Oye Camila, te estoy hablando.
Con un poco de brusquedad, Lauren hizo girar a la castaña haciendo que su pequeño cuerpo pegara un golpe en la pared. Ella comenzó a sollozar y ella no supo qué hacer. Los pocos estudiantes que estaban en el pasillo fijaron sus ojos en la pareja que visiblemente, a sus miradas estaban teniendo una discusión.
Con mucho cuidado y tragando en seco, la ojiverde se acercó a Camila. Ella se alejó, temblando. Lauren tocó su mano, pero ella se giró, bajando su vista a los pies, haciendo que su largo cabello cayera en cascadas sobre sus hombros.
—Hey, Camila, ¿por qué lloras? —susurró Michelle, con cautela. Ella guardó silencio, escondiendo su rostro entre su cabello. Lauren posó su mano en su antebrazo, y ella se alejó.
—No me toques... —siseó Camila, con la voz ronca.
—Solo te estoy preguntando por qué lloras, maldición.
—Y eso a ti que te importa? —gruñó ella— Si mal no recuerdo, fuiste tú quien dijiste que no te jodiera la vida con mis cosas.
—¿Qué? —Lauren preguntó, realmente confundido— Estás loca, Camila, yo nunca he dicho eso.
—¿Ah no? —ella sorbió la nariz y sacudió la cabeza— Lo que sea, no quiero verte.
—Solo quiero saber cómo estás.
—¿Después de una semana quieres saber cómo mierda estoy? —ella soltó una carcajada carente de humor. El pecho le dolía, y su corazón se iba haciendo más pequeño, pero se rehusaba a que Lauren jugara una vez más con sus sentimientos— ¿Después de que te pedí ayuda el viernes pasado y me mandaste a la mierda, quieres saber como estoy?
—¿Así que es por eso que andas de llorona? —atacó el Jauregui. Ya se había dado cuenta qué era lo que le sucedía a Camila. Aparentemente, ella no era tan santa como se daba a demostrar, pensó el Lauren— ¿Después de que te las das de puta, vienes y te haces la víctima?
Lauren la miró directo a los ojos, y solo rompió el contacto visual cuando la pequeña mano de Cama abofeteó su mejilla. Ella se veía realmente dolida, pero los demonios internos de Lauren Jauregui, hablaron por ella.
—Y ahora te haces la ofendida —ella sobó su mejilla, con una sonrisa sarcástica en el rostro—. Claro. Para que Lauren no se dé cuenta que eres una zorra, actúas indiferente ahora ¿no?
—Cállate. —ella susurró, con un nudo en la garganta.
—¿Crees que no me iba a enterar? —contrarrestó la ojiverde— ¿Crees que no sabría realmente en la maldita persona que te has convertido, Camila?
—De qué estás hablando? —ella cuestionó, con incredulidad.
—Quieres saber de  qué mierda estoy hablando? —Zayn gruñó. Sacó su móvil de su bolsillo delantero del jeans y buscó la fotografía de Camila y ella chica sobre ella— De estoy hablando... —Lauren le entregó el celular a ella. Los ojos de Camila se llenaron aún más de lágrimas—. Ahora no lo puedes negar ¿no? Te comportas como una verdadera perra cuando no estoy ¿cierto? Solo te estás aprovechando, porque no puedo recordar ni una mierda. —mintió al final.
—No sabes lo que estás diciendo.
—Claro que lo sé —Lauren anunció—. Sé que te las das de puritana y blanca virgen y cuando me doy la vuelta, te acuestas con cualquier imbécil. ¿No es a eso a lo que fuiste a donde Liam? ¿Eh?
—No sabes lo que estás hablando —ella dijo, limpiando sus lágrimas—. Y cuando te enteres de la verdad de esa fotografía, te arrepentirás de estarme diciendo todas estas cosas.
—Lo dudo —la ojiverde espetó—. Pero dime una cosa, Camila. ¿Quién es esa chica? ¿Las tiene grandes?
—¡Cállate! —ella chilló, lanzando con fuerza el móvil de Lauren contra la pared. El aparato se rompió en mil pedazos— ¿Quieres saber quién es ella? Esa chica que supuestamente tú, las tiene grandes, es Ariana ¿Vale?
—¿Q-qué? —Lauren frunció el ceño— ¿Qué dijiste?
—Eso —ella dijo, con los dientes apretados—. Ariana me atacó en la fiesta de Liam. Ella apareció y a la única persona que pude enviarle un mensaje para que me ayudara a salir de eso, me defraudo ¿sabes? La persona en la cual confiaba a ojos cerrados, me mandó a la mierda.
—Camila... —Lauren comenzó. Sus ojos temblando en el rostro humedecido de la chica.
—No digas nada. ¿Qué importancia tiene explicarle las cosas a la maldita puta?
—Yo, lo siento, no quise decir eso... —Titubeó. Lauren Michelle Jauregui, la había cagado—. Si hubiera sabido que ella estaba ahí, te hubiera ido a ayudar.
—¡Mentira! —Camila chilló, con histeria— Te envié un puto mensaje. ¿Acaso no recuerdas?
Lauren la miró con el ceño fruncido, preguntándose de qué estaba hablando.
—No sé de qué estás hablando.
—¿No sabes de qué estoy hablando? –ella rebuscón su móvil en el bolso y leyó el mensaje que la ojiverde le había enviado, en voz alta— "Deja ya de joderme la vida. Si algo te ocurre o no, no es de mi incumbencia. Tú y yo no somos nada, así que no me importa lo que te suceda. Tengo cosas mejores que hacer".
Lauren parpadeó perpleja. Se sentía en un agujero, sin salida. Primero que todo, había tratado como la mierda a la castaña, culpándola de algo que ella no había hecho. Segundo, la había tratado de la peor manera, sin siquiera detenerse a pedir explicaciones. La había dañado con sus malos comentarios, pero ya era tarde para arrepentimientos.
—Yo...
—No me importa lo que tengas que decir —ella lo interrumpió—. Haré caso a tu mensaje ¿vale? Desde ahora, tú por tu lado, y yo por el mío.
Y sin esperar alguna respuesta por parte de Lauren, Camila se devolvió por el mismo camino hasta la salida de la secundaria. Las pocas ganas que tenía de entrar y asistir a clases se le habían ido gracias a Lauren Jauregui.

Same Mistake (Camren)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin