Capitulo 23.-

2.9K 173 7
                                    

No one's point of view.

—¿Quieres hablar sobre eso? —preguntó Dinah Jane con cautela, acariciando el muslo de su mejor amiga.
Eran cerca de las cuatro de la tarde y en cuanto la polinesia se enteró por los cuchicheos de sus compañeros sobre el enfrentamiento de Camila y Lauren en los pasillos a la hora de entrada, salió corriendo dejando las clases tiradas. Ella sabía que para su amiga debió haber sido bastante duro ya que decían que la habían visto salir convertida un mar de lágrimas.
Y así mismo fue como la encontró. Cuando Dinah llegó a casa de Camila y ésta última no abrió la puerta, Jane tuvo que ocupar la llave de emergencia que escondía la familia Cabello bajo un masetero al lado de la puerta de entrada.
Camila se encontraba hecha un ovillo sobre su cama, con las rodillas pegadas a su abdomen y el rostro escondido en la almohada, donde ahogaba sus sollozos.
Dinah se acercó con pasos vacilantes y se sentó a la altura de su mejor amiga en la orilla de la cama. Cuando Camila sintió que el colchón se hundía, levantó su vista de inmediato pensando que la intrusa podría ser Ariana pero se tranquilizó al ver el rostro preocupado de Dinah, y volvió a esconder su cara en la almohada.
—Quiero... pero no puedo. —susurró Camila, aún con el rostro escondido en la almohada.
—Vamos, Camila... debes decirme lo que sucedió. O si no, no podré ayudarte —la persuadió la polinesia dejándole pequeñas caricias en la cabeza—. Necesito que mi mejor amiga confíe en mí.
—Confío en ti, Chancho —Camila levantó su mirada, buscando el rostro de su amiga—, pero no quiero volver a llorar...
—Ay nena ¿Qué más da? Unas lágrimas más, unas lágrimas menos, no harán la diferencia —trató de bromear, soltando una risita.
—Si no te has dado cuenta, no estás ayudando mucho que digamos, Dinah Jane. —espetó Camila, sentándose bien. Apoyó su espalda en la pared y jugueteó con sus dedos.
—Lo siento. Fue una mala broma —Dinah hizo una mueca. Se sentó al lado de su amiga y tomó su mano—. Puedes contarme, chica. Sabes que te ayudaré y te apoyaré. ¿Qué fue lo que sucedió la semana pasada para que la idiota de Lauren se comportara así?
Camila la miró entre sus pestañas, y soltó un suspiro. Aún no le había contado a nadie con lujo y detalles lo que sucedió el viernes por la noche en la casa de Liam. La única persona que sabía, más o menos lo que había ocurrido era Hailee.
—El viernes, en casa de Liam... vi a Ariana —susurró Camila. La mano de Dinah que descansaba sobre las de ella se tensó—. Traté de escapar de ella, pero me logró alcanzar. Ariana... nos encerró en una habitación... me golpeó y... trató de... trató...
Camila cerró los ojos con fuerza intentando disipar todos los recuerdos que se rehusaban en abandonar su mente. Un sollozo estaba atascado en su garganta, dificultando le la respiración.
—¿Abusó de ti? —preguntó Dinah, con terror.
—No —Camila susurró—. Quiero decir... no alcanzó.
—¿Lauren la detuvo? —Camila negó— ¿Qué mierda? Explícame eso.
—Le envié un mensaje a Lauren, cuando estaba arrancando de Ariana y ¿sabes lo que me envió de vuelta? —Camila rió sin ganas. Una risa llena de dolor. Dinah negó con la cabeza— Me dijo que me fuera a la mierda. Que lo que me ocurriera o me dejara de ocurrir no era de su importancia.
—¿De verdad dijo eso? —Dinah cuestionó con la voz ronca. Camila la miró a los ojos y no tuvo para que responder. Sus ojos llenos de agua tibia y salada hablaron por ella— Maldito pedazo de mierda...
Dinah la abrazó, rodeando su cuello con sus brazos, tratando de quitarle un poco de dolor a su mejor amiga. La polinesia no se lograba explicar por qué todo eso le ocurría a la castaña. Ella era una persona tan dulce y que una sicópata la estuviera prácticamente acosando, era enfermizo.
—¿Has ido a la policía? —susurró Dinah, después de unos minutos de silencio.
—No. Me da miedo salir de casa. Después de la fiesta de Liam, no he salido y hoy cuando me decidí en ir a la escuela, me volví a casa, por culpa de Lauren.
—Así me he enterado —Dinah bufó—. Esa idiota no hace más que cagarla. ¿Qué fue lo que te dijo?
—Me dijo que era una perra. Que me hacía la santa y cuando ella se daba la vuelta yo me follaba a todos —Burge soltó un suspiro—. Le mandé una bofetada, diciéndole que se arrepentiría de decirme todas esas cosas pero ella se negó. Y cuando le grité que a la verdadera persona que había visto en la fiesta era Ariana, ella...
—Trató de disculparse —Dinah terminó por ella, y la castaña asintió—. Lauren siempre es tan predecible. Maldita idiota.
El silencio inundó la recámara de Camila. La polinesia se encontraba mirando a su mejor amiga con detenimiento tratando de buscar alguna pequeña, pero factible solución para su creciente problema. En cambio Camila, solo jugaba con sus dedos sobre su regazo, con la mente en blanco.
—Bien. Esto es lo que haremos —Dinah se puso de pie, y se acercó al closet—. Te irás a dar una ducha... —la apuntó con el dedo índice. Rebuscó un par de jeans  y una remera a tirantes color verde— y después, ambas iremos a la policía, a colocar una constancia y pediremos que le apliquen la ley de alejamiento a Ariana.
—No quiero salir —Camila sacudió su cabeza, con fiereza—. ¿Qué tal si Ariana se nos aparece por el camino?
—Eso no sucederá.
—Y si sucede?
—Bueno, si sucede yo misma la golpearé en las boobies —Dinah le dio un manotazo al aire y Camila soltó una carcajada. La polinesia sonrió de lado, viendo como los ojos pequeños de Camila tomaban un poco de brillo—. Además, iremos en mi auto y si la idiota se nos cruza, le tiro a mi hermoso Edward encima.
—Está bien —Camila chupó los labios dentro de su boca y se levantó. Dinah le tendió la ropa y la castaña la cogió.
—Estaré lista en veinte —avisó entrando al baño de su pieza.
—Genial. Yo por mientras, llamaré a Louis para que me contacte con Niall.
—¿Para qué quieres comunicarte con él? —Alexis volvió a reaparecer en su cuarto.
—Le daré los datos de Ariana–Dinah se encogió de hombros—. Quiero que él se haga cargo de esto.
—No puedes hacer eso. Él es alguien serio.
—¿Y esta situación no lo es? —la polinesia alzó una ceja—Además, el trabajo de Niall es investigar a las personas. Duh.
—Creo que eres una exagerada. —la castaña rodó los ojos.
—Y yo creo que tú eres una tonta. Lo menos que podemos hacer en este momento, es poner un gorilón como Niall a tus espaldas. Creo que necesitarás de vigilancia. ¿Qué pasa si Ariana se aparece y ocurre lo mismo de la otra vez? ¿Eh?
Camila abrió sus ojos al tope y su cuerpo se estremeció.
—Tienes razón... —susurró, con un poco de temor.
—Siempre la tengo —Jane guiñó un ojo—. Ahora ve a ducharte, que la policía nos espera, y después, un delicioso licuado.
Camila asintió—Vale. Y gracias Chancho.
—No tienes nada que agradecer, querida. Eres mi hermana y es mi deber poner tu seguridad primero.
Camila sonrió, y abrazó a su amiga con un abrazo de oso. La besó en la mejilla, y se dirigió al baño, para tomar una ducha, y después dirigirse juntas a la estación de policías

Same Mistake (Camren)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant