Capitulo 36.-

2.4K 160 8
                                    


Lauren's POV.

Rápidamente me puse en cuclillas y traté de acercarme a Camila. El maestro pidió que los demás alumnos desalojaran en salón y así lo hicieron. Algunos se quejaron, pues no se querían ir sin saber si ella estaba inconsciente o no, pero mierda, en menos de lo que todos nos podíamos imaginar, el rumor se correría por los pasillos.
Posé con cuidado mi mano sobre la mejilla de Camila. La pelirroja, a la cual conocía como Trisha negó con la cabeza.
—Tienes que llevarla a la enfermería —aconsejó y yo asentí con frenesí. Me puse de pie de nuevo y traté de cargar a Cabello en mis brazos, pero la pelirroja gruño—. Trata de ser un poco más cuidadosa. Se dio un fuerte golpe en la cabeza.
Volví a asentir y con todo el cuidado que pude reunir, acomodé a Camila en mis brazos. Cuando giré con ella sobre mi pecho, el viejo me envió una mirada fulminante. Traté de dar un paso para comenzar a avanzar, pero el idiota de Charlie aún yacía en el piso.
—Muévete, idiota —gruñí y él solo se quejó cuando con la punta de mi pie, lo golpeé en la pierna.
****
—¿Fue muy fuerte el golpe? —le pregunté. Alcé la mirada, para encontrarme con los ojos inquisitivos de Fanny. Ella siguió anotando algo en su carpeta y luego, soltando un suspiró volvió a mirarme nuevamente— ¿Qué sucede?
—¿Qué hiciste esta vez, Lauren?
La miré por unos escasos segundos. Me sentía tan avergonzada. Muchas veces Fanny me había atendido en la enfermería, producto de todas las peleas en las cuales me había visto envuelto pero nunca antes Camila era la que estaba recostada en esa camilla.
Sabía que si le contaba la verdad a Fanny, ella me reclamaría y realmente no estaba de ánimos para aguantar un sermón de aquellos. Bastante tenía con la jodida preocupación de que Camila estuviera inconsciente  y más encima la suspensión que claramente me darían al salir de la enfermería.
Inhale todo el aire que pude y tomé la mano de Camila. Su piel estaba más blanca y Fanny me había dicho que cuando despertara, lo haría con un fuerte dolor de cabeza y no era para menos, ya que cuando la lancé contra la pared, estaba tan enceguecida por la rabia que no medí mi fuerza. Volví a alzar la vista y Fanny aun me seguía mirando, solo que esta vez tenía su definida ceja derecha alzada. Ella sabía perfectamente lo que había pasado. Lauren Jauregui, solo va a la enfermería porque se mete en problemas. Es golpeada o golpea, esa es la única razón. Y ella quería que yo lo admitiera y lo tendría que hacer, ya que tenía que escribir en el registro escolar el por qué de la asistencia de Camila en la enfermería.
—Me peleé... —susurré, jugando con los delgados dedos de Camila. Me clavé sus uñas en mis dedos, queriendo sentir un poco de dolor que ella sentiría cuando despertara.
—¿Con Camila? —preguntó la enfermera. Tomó una silla y la posiciono a mi lado— ¿Te peleaste con ella?
—Maldición, no —sacudí mi cabeza. Giré un poco mi cabeza, y la mire de reojo—. Nunca sería capaz de golpearla con tanta brutalidad.
—¿Entonces? ¿Qué fue realmente lo que sucedió, Lauren?
—No quiero hablar de eso —hablé. Me puse de pie y acaricié la mejilla de Camz—. ¿Se despertará pronto?
—Cuando el calmante haga efecto, despertará —Fanny se puso de pie también y rodeó la camilla. Volvió a coger la carpeta con su mano derecha y con la izquierda tomó el bolígrafo—, pero aun así necesito saber que fue lo paso, Lauren. Tú sabes perfectamente que debo escribirlo en el registro... debes decirme. Lo siento.
—Me peleé con Charlie —gruñí, mirándola fijamente.
—¿Stevenson? ¿El jugador de Hockey? —asentí— ¿Y cómo Camila terminó así?
—Ella se me lanzó en la espalda. Ni siquiera sabía que era ella. De haber sido así, lo habría evitado... —hablé cabizbajo, sintiendo la vergüenza rodear mis mejillas.
—¿Ella trató de detener la pelea?
—Así parece —me encogí de hombros—, pero no estoy segura.
—Está bien —Fanny lanzó un suspiro al aire y comenzó a garabatear algunas letras en su carpeta—. Iré por un pase de licencia. Ella tiene que estar en reposo por todo lo que queda del día y si la jaqueca sigue hasta mañana, tiene que mantenerse en cama todo el fin de semana ¿vale? —preguntó, apuntándome con la punta de su bolígrafo. Asentí— Y si los dolores de cabeza siguen de aquí a la siguiente semana, ella debe ir a un médico. Los golpes en la cabeza pueden dejar secuelas. Lo mejor será que se haga un chequeo médico.
—Está bien —chupé mis labios  dentro de la boca.
Fanny me guiño un ojo y se alejó de nosotros, saliendo de la habitación. Volví mi mirada hasta la castaña que estaba durmiendo plácidamente sobre aquella blanca camilla. Su rostro se veía pálido pero tranquilo.
Bajé mi rostro, dejando que me separaran del suyo solo unos centímetros. Estudié su rostro con cuidado. Tenía pequeños lunares cerca de sus ojos, la pequeña cicatriz que se había hecho cuando era niña, ya casi era invisible bajo su ceja derecha. Sus pómulos estaban adornados por diminutas pecas, casi transparentes. El puente de su nariz también tenía pecas, pero tenias que mirar su  rostro de cerca para darte cuenta. Baje la vista hasta sus labios y por acto reflejo me relamí los míos. Mierda, tenía tantas ganas de volver a probarlos.
Volví a subir la vista hasta sus ojos, pensando en la diminuta posibilidad de que ella podría abrirlos. Mi corazón latía con fuerza y me pregunté en qué momento Camila se había calado tan dentro de mí. ¿Fue cuando recién la conocí? ¿Cuándo ella acepto salir conmigo? ¿Cuándo perdió su virginidad conmigo? La chica que estaba delante de mí había dado todo por mí y yo por ella..., nada. Desde que Camila me había regalado una de sus hermosas sonrisas, supe que ella tenía que ser mía. En ese entonces, yo solo era una mocosa y quizá no sabía lo que quería, pero el tiempo ha pasado y estoy tan decidida como el jodido infierno que la quiero a ella en mi vida. No puedo imaginar una vida sin Camila, aunque suene completa y jodidamente maricón aceptarlo, no me visualizo en un futuro sin ella. No sé donde estaré, pero lo que tengo más que claro, es que si estoy a su lado, todo saldrá bien.
La respiración pausada y lenta de Camila golpeaba mis labios y la tentación era cada vez más grande. Ella era mi jodida tentación. Ella era la que dominaba mi mundo, aunque muchas veces no lo parezca, si a Cabello se le ocurre que yo me lance desde la punta del Big Ben, maldición, soy capaz de hacerlo, solo con verla sonreír y me aprieta los cojones darme cuenta que ella es tan estúpida que ni siquiera se da cuenta.
Me volví a relamer los labios y mande todo al demonio. Sin pensarlo y tirando las dudas de lado, junte mis labios contra los de ella, con suavidad. Quería ser delicada con ella. Mi corazón amenazaba con salir de mi pecho, mientras que mis labios presionaban los suaves de ella. Cerré mis ojos, entregándome al cien por ciento a las sensaciones que ella hacía sentir en mi cuerpo, aunque estuviera inconsciente.
Hasta la que la maldita puerta se abrió.
Me separe de golpe y mire hasta la puerta. Apreté los puños con fuerza. La paz que me había transmitido los labios de Camila se fueron a la mierda cuando vi entrar a Gigi Hadid con su maldita cara de niña buena y preocupada. Maldita hija de puta.

Same Mistake (Camren)Where stories live. Discover now