9.

18.3K 1.5K 64
                                    

—¿Por qué te has pintado los labios?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Por qué te has pintado los labios?

—¿Me queda mal? Pensé que así iría un poco más arreglada.

Nunca me he pintado los labios más allá del típico cacao del supermercado. Abby me ha dejado el suyo y lo cierto es que me gusta bastante cómo me queda. Como mi piel es ligeramente morena sienta bien.

—No he dicho eso —dice tras aclararse la garganta. Arranca el coche sin decir nada más.

Hemos quedado a las nueve. No es una hora en la que una fiesta deba empezar, al menos por lo que tengo entendido, así que supongo que primero vamos a establecer un plan. Al cabo de un rato, llegamos a uno de los barros más adinerados. Detiene el coche en un hueco libre y se gira hacia mí.

—Mírame.

—¿Para qué? —respondo desconcertada y me giro también.

—Mantener el contacto visual te hace parecer más segura.

Sus ojos me analizan como si tuviese algo en la cara. Me doy cuenta de que son marrones, como los míos. Son comunes y, a pesar de eso, son bastante bonitos.

—¿Puedo parpadear?

Resulta bastante incómodo estar así, pero intento aguantar.

—No mucho —responde abriendo más los ojos—. Tienes que probar a hablar mientras lo haces.

—¿Qué quieres que diga?

—Haz como si yo fuese Jude, ¿qué le dirías?

—No pienso hacer eso —contesto y desvío la mirada, inquieta.

—¡Has perdido! —grita de repente, pero luego se vuelve a poner serio—. Venga, tienes que intentarlo. Cuando hables con él mírale siempre a los ojos.

—Está bien —respondo y tomo aire para reunir el valor. Vuelvo a mirarle.

—Háblale de cualquier cosa.

—¿Qué tal el entrenamiento? —digo haciendo como si Wade fuese Jude. Es imposible. Niego con la cabeza y me paso las manos por las piernas.

Wade me mira frunciendo el ceño.

—¿Eso es lo primero que le dirías? Venga, esfuérzate un poco más.

Esto me está dejando de gustar. Entonces recuerdo una de nuestras conversaciones por internet en la que le conté mis primeras vacaciones tras mudarme. En aquel momento, como no sabía quién era en realidad, no le mencioné ningún nombre, pero puede que ahora sea un buen tema de conversación, ya que él estuvo conmigo en ese viaje.

—¿Te acuerdas cuando fuimos a la playa hace cuatro años? —empiezo a hablar.

—Claro —responde poniendo una voz un poco rara.

Hago una mueca y él resopla sabiendo que está exagerando el tono.

—Recuerdo que George nos sorprendió a todos con aquel viaje y tú tenías un miedo terrible al agua. Abby se burlaba de ti todo el rato y al final acabasteis haciéndoos aguadillas en la piscina del hotel.

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora